Capítulo 20

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Narra Ethan

Aferré mis colmillos al cuello de un cazador hasta partirlo y luego lanzarlo contra sus compañeros, derribandolos. Vi a un guerrero siendo atacado por más de uno, corrí en su ayuda y aparté a los cazadores de él. Lo ayudé a levantarse mientras él soltaba quejidos de dolor.

-Gracias, Alpha...

-Vete a curar, no estás en condiciones de seguir -dije.

-Lo siento, pero la manada necesita a sus guerreros.

El soldado corre a ayudar a sus compañeros. Lo vi hacerlo y eso me hizo darme cuenta de los demás, no importaban sus heridas ni su dolor... ellos seguirían luchando para proteger la manada.

-¡Alpha! -Aarón y Zack corren hasta mí.

Pero repentinamente escuchamos una explosión a un lado, me cubrí el rostro por los escombros y observé el lugar del estallido. Abrí los ojos de par en par al saber de donde vino.

-Lorraine... -escuché a Zack y lo vi salir corriendo.

-Quédate aquí -le dije a Aarón antes de correr tras mi Beta con dirección al refugio.

No lo entiendo, estamos en una guerra y en lo primero en lo que piensa fue en su Mate. No dudó ni dos segundos en correr a por ella, para salvarla... ¿por qué? ¡¿Y por qué estoy haciendo lo mismo?!

Thalía.

Esa mujer no deja mi mente ni por un segundo, ¿por qué me estoy preguntando si estará bien? ¡Maldición! Me detuve en seco cuando una explosión ocurre a unos cuantos pasos de mí, levanté la mirada para ver por Zack pero él solo seguía corriendo.

-¡Zack! -lo llamé pero parecía no escucharme, o mejor dicho, me estaba ignorando.

Gruñí frustrado y volví a levantarme. Corrí tras él de nuevo, esquivando las explosiones y disparos. Un cazador aparece junto a mí en una moto, me apunta con su arma pero yo frene para quitarme de su alcance y salté sobre él hasta derribarlo y desgarrar su cuello con mis colmillos. No perdí más tiempo, volví a correr.

Cuando había llegado me encontré con la escena de Zack peleando contra varios cazadores mientras Lorraine ayudaba a civiles que habían sido víctimas de la explosión. Él no permitía que nada ni nadie se le acercara. Pero mi concentración fue afectada cuando escuché un chillido familiar, al observar a todos lados y dar con la responsable, vi que estaba interponiendose entre un cazador y un joven lobo. El cazador disparó y ella cayó al suelo adolorida.

Fue como sentir un gran impulso que me obligó a correr hacia ellos. Mi sangre hervía y mis colmillos querían desgarrar y despedazar a ese cazador. Así como sucedió con aquel que cuando salimos de casa la había derribado. Un instinto que me hacía querer asesinar a todo aquel que le pusiera la mano encima. ¿Por qué? Esto es mucho más intenso de lo que alguna vez pude sentir con Emma.

Solté un rugido que llamó la atención del cazador pero solo le alcanzó a gritar por menos de un segundo para cuando aterricé sobre él, puso sus manos frente a mí queriendo alejarme pero las mordí y arranqué con facilidad. Él gritó de dolor. Intentó arrastrarse lejos y yo se lo permití mientras lo seguía.

-No. ¡No! ¡Déjame! -rogó pero mordí su pie y lo jalé para atraerlo de nuevo.

Si tuviera más tiempo lo torturaría para que se arrepienta de haberse metido en mi territorio, pero no podré sentirme satisfecho ahora. Mordí su cuello y arranqué su cabeza de una vez para acabar con esto.

Volteé la mirada para encontrarme con Thalía, chillando en el suelo pero aún consciente como para mirarme. Levantó la cabeza pero aulló de dolor y la dejó caer de nuevo, el joven que estaba con ella estaba asustado, no sabía que hacer. Iba a ir hacia ellos pero sentí una cuerda amarrarse a mi cuello, quemaba, así que supe que era de plata.

Gruñí y miré hacia atrás, iba a matar al cazador pero otra cuerda se amarra a mí y luego alguien dispara en mi costado. Rugí, me costó levantarme pero lo hice, hasta que una nueva bala se incrusta en mi cuerpo. Caí al suelo adolorido, mi interior quemaba y mi cuello lo sentía a punto de desgarrarse. Gruñí pero apenas podía mantener la consciencia, mi vista empezó a empeorar, casi me dejé llevar por el dolor pero el mismo chillido familiar fue lo único que escuché.

Abrí los ojos y la vi levantándose a pesar del dolor, mandó con los demás al joven lobo y trató de mantener el equilibrio. Me miró, por primera vez vi tanta preocupación en su mirada, ¿por qué es así? Debería de aprovechar esta situación para irse. La vi acercarse de a poco, fue como si eso me hiciera sentir... asustado...

Solté un rugido para evitar que se acercara, ella pareció entenderme. Volvieron a jalar de mí y yo aullé de dolor, quería soltarme pero ya no tenía fuerzas para hacerlo. La plata era como lava directa en mi cuerpo... pero a pesar de mis ganas de querer rendirme, algo me lo estaba impidiendo. Escuché un quejido de dolor y una de las cuerdas en mi cuello se aflojó.

Al observar vi a Thalía, había derribado sl cazador pero no había conseguido matarlo. En su lugar, este la golpeó y la dejó tirada en el suelo, pisó su cabeza y con cada una de esas pisadas mi ira aumentaba. Me levanté con esfuerzo, los cazadores intentan detenerme pero yo agarré la cuerda y jalé al hombre hasta mí. Lo golpeé contra el suelo y lo maté tan rápido que no pudo ni reaccionar. Me sentía con nuevas fuerzas, ¿de dónde las había sacado?

-¡Ahora, disparen! ¡Ya!

Salté de mi lugar evitando las balas y asesine a cada uno de los cazadores que me rodeaban. Corrí hasta Thalía y el cazador que estaba a su lado me apuntó directamente pero lo esquivé cuando disparó, salté sobre él y mordí su muñeca para luego golpearlo una y otra vez contra el suelo. Lo lancé y esta vez mordí su costado, lo desgarré de tal forma que su interior se derramó por todo el suelo, incluyendo sus órganos. Al acabar de matarlo me di cuenta de un detalle, y era que todos los que quedaba se estaban retirando.

Mis soldados en el frente aullaron, anunciandonos que ya la batalla había terminado, habíamos ganado.

Suspiré aliviado de que esto haya terminado, justo antes del amanecer. El sol nos cubre a todos, dándonos calidez al instante. Miré hacia un lado cuando Zack se reúne con Lorraine y ambos buscan consuelo en el otro, se abrazan tan efusivamente que no pude apartar la mirada por un tiempo. Entonces miré para el otro lado y caminé hacia Thalía, que aún estaba tirada en el suelo.

-Oye... -moví su cabeza con la mía pero no reaccionaba.

Analicé sus heridas, tenía tres balas en su cuerpo y heridas por las cuerdas de plata. Pero noté algo formándose bajo su cabeza, abrí los ojos de par en par al ver que era un gran charco de sangre que seguía aumentando.

Solté una maldición y la cargué en mi lomo, Zack se acercó rápido para ayudarme a acomodarla. No perdí tiempo y corrí hacia el hospital. Varios soldados ya estaban siendo atendidos pero me dieron paso al verme correr. Fuimos atendidos de urgencia inmediata, le dieron una medicina que la volvería humana y se la llevaron en la camilla.

-Alpha, debe venir conmigo -me habla una enfermera.

-Quiero que ella despierte. Hagan todo lo necesario para que eso ocurra -hablé mirando a los doctores.

-Haremos lo posible, Alpha.

Asentí sin más, volví a mirar hacia la dirección en la que se llevaban a Thalía mientras trataba de encontrar una explicación a este sentimiento de preocupación excesiva que estaba sintiendo.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora