Capítulo 15

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Poco a poco comenzaba a reconocer el lugar en el que estábamos. Miré a nuestro alrededor mientras seguía caminando tras Ethan de nuevo, y entonces habíamos cruzado los límites de su territorio. Rápidamente fue rodeado por lobos civiles, guerreros y su Beta y Delta.

-Alpha, ha regresado.

-Oh Diosa, finalmente está de vuelta.

-Alpha, ¿a dónde ha ido?

-¡Está herido! Debe ir al hospital.

Yo estaba fuera de ese círculo pero no tardé en ver a dos guardias de la prisión acercarse a mí y tomarme de los brazos con brusquedad.

-No sabes los problemas que nos causaste -habla el que se supone debía vigilar la entrada. Me miraba enfadado y con cierto rencor.

Bajé la cabeza resignada. Era obvio que volvería a esa celda horrible y fría. Me jalaron para hacerme caminar y yo solté un quejido.

-Deténganse los dos -una voz fuerte y dominante hace que los tres dejemos de caminar.

Nos volteamos para ver como Ethan se hacia espacio entre la multitud y se nos acerca.

-Alpha... no se preocupe, la llevaremos de regreso a donde pertenece -dice aquel guardia rencoroso mientras me mira molesto.

-¿Se puede saber quién les dio esa orden?

-B..Bueno pues... nadie, p..pero...

-En primer lugar están despedidos. No cumplieron con su trabajo, dejaron que alguien se colara con las llaves y la dejara escapar.

-¡A..Alpha...!

-¡Silencio! ¡Y sueltenla ahora!

Ambos guardias cierran la boca a la vez que me quitan sus manos de encima y retroceden. Los miré sorprendida pero luego me concentré en Ethan.

-No puedo dejarla a su cargo, se volvería a escapar por su descuido. Yo mismo la llevaré. Ustedes vayan a recoger sus cosas. Zack, Aarón encárguense de ellos. Luego quiero un informe completo de lo que pasó mientras no estuve.

-Sí, Alpha.

Ambos pasan por nuestros lados y se llevan a los dos guardias que seguían rogando que no los despidan. Yo los miré pero volví a ver a Ethan quien me mira serio. Bajé la cabeza sabiendo lo que pasaría a continuación. Nada había cambiado, en realidad... volvimos a lo mismo.

-Vamos -pasa por mi lado y yo no tuve más remedio que seguirlo con la cabeza gacha.

Caminamos en silencio otra vez. La gente a nuestro alrededor murmuraba sobre Ethan y sobre que había vuelto, el resto murmuraba sobre mí cosas que no presté atención. Seguía sus pasos sin mirar a otro lado, pero entonces me detuve en seco cuando vi unas escaleras blancas y no el piso de piedra de la prisión. Ethan siguió de largo y finalmente levanté la cabeza hasta encontrarme con una casa realmente hermosa y enorme.

¿Qué estábamos haciendo aquí?

-¿Qué esperas? -Ethan me mira esperando que entre.

-¿Qué hacemos aquí? ¿No me llevarás a la prisión? -pregunté confundida.

Apartó la mirada por un segundo antes de resoplar y volver a mirarme, no cambiaba su mirada, seguí siendo seria así que no quería ilusionarme.

-Me dijeron que las camas de allí no son muy cómodas... y necesitas ducharte de vez en cuando.

Abrí más grande los ojos al estar sospechando. Él se pasa la mano por el cabello irritado.

-Esto no quiere decir que algo ha cambiado, solo estoy dejando que te quedes aquí. Es todo.

No sabría decir como era mi expresión en este momento, ¿estaba feliz? ¿Aliviada? ¿Sorprendida? Sinceramente, no tenía ni idea pero tampoco me importaba. Lo único que sabía era que iba a dejar de estar en esa celda. Ethan entra a la casa y yo detrás de él, todo era tan diferente... nuevos aromas, colores y sensaciones. Aquí era cálido e iluminado.

-Disculpe...

Me sobresalté cuando una mujer no tan mayor se presenta frente a mí me mira sonriendo empáticamente. A su lado estaba Ethan quien apoyó su mano en el hombro de ella.

-Ivanne, ella es Thalía. Te la encargo ¿está bien? Muéstrale dónde se quedará y qué puede y qué no hacer

-Por supuesto, Alpha.

-Bien. Ah, y llama a un médico, por favor. Aguantar el sangrado es agotador.

-Sí, enseguida.

-Gracias.

Ethan pasa por mi lado y se va escaleras arriba. Yo lo vi alejarse pero entonces la mujer se me acercó, llamando mi atención.

-Venga por aquí, la llevaré a su nueva habitación.

-¿Tengo una habitación?

-Oh sí, el Alpha nos dijo que la preparemos para usted.

Pero... si acabamos de llegar... ¿En qué momento les dio tiempo de hacerlo?
Antes de poder preguntar ella me guió escaleras arriba, por un pasillo realmente largo hasta una de las habitaciones. Abrió la puerta y juraría que cerrar mi boca ahora era imposible, por la impresión no podía hacerlo.

Me paseé por la habitación viendo todo sin poder creerlo. Los colores son tan tranquilos y la cama se veía enorme y cómoda. Miré dentro de las puertas, encontrándome con el baño, lleno de cosas para mí y en la otra puerta había un armario enorme lleno de ropa.

-¿Esto... es para mí? -pregunté sin creerlo.

-Por supuesto, pero si hay algo que no le gusta con gusto podemos cambiar...

-No... Me encanta. Todo está muy hermoso.

-Entonces me alegro que le guste, Luna.

Me giré a verla confundida mientras ella sonreía pero justo en ese momento llaman a la puerta y ella va a abrir.

-Buenas tardes, el Alpha me ha mandado para ver por la salud de nuestra Luna.

Otra vez...

-Oh, por favor, pase -Ivanne deja pasar a una doctora y su enfermera.

-Luna... -ambas se inclinan ante mí, yo estaba muy confundida como para decir algo-. Por favor, si me permite revisarla...

Me hace una seña para que me siente en la cama, yo, aún confundida, lo hice. Ella se me acerca y su enfermera deja las cosas a un lado. La doctora se coloca su caleidoscopio y empieza con su revisión. Me hace pruebas para revisar todo en mí con diferentes instrumentos.

-Su sistema está algo débil, será por eso que su curación es lenta y en estos momentos es más propensa a contraer enfermedades que normalmente no nos afectan. ¿Siente frío, no es así?

-Sí... de hecho, estos días sentía que me estuviera congelando -respondí.

-Hm, me lo puedo imaginar. No se preocupe, con los cuidados que le recomendaré volverá a la normalidad. Sana y fuerte -me sonríe amable.

Asentí aliviada, ella se dirige a Ivanne y habla sobre ciertos cuidados que deberé de tener, sobretodo mi alimentación. Luego le dará una lista de medicamentos. La enfermera se me acerca preparando una geringa y yo me alejé.

-¿Qué? ¿Para qué es eso? -pregunté.

-No se preocupe, Luna. Esto es para mejorar su sistema -responde la enfermera.

-Esto es parte de su medicación, le permitirá activar mejor su metabolismo -la doctora se me acerca para tranquilizarme.

-Y..Yo creo que esperaré a los otros medicamentos. No me gustan las agujas... -admití.

-Entiendo... Está bien -responde la doctora haciendo guardar lo demás a la enfermera.

Suspiré profundo sintiendo un gran alivio por haberme salvado de esa cosa enorme. Ambas guardan todo y se despiden para irse de aquí, dejándome sola en esta habitación totalmente nueva para mí. Miré la cama, me causaba comodidad y sueño tan solo mirarla. Me acerqué a las almohadas y com solo dejar caer mi cabeza sobre estas sentía como me quedaba profundamente dormida.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora