Capítulo 14

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Realmente no me había dado cuenta de cuando comencé a sentirme mejor, más cómoda y menos temerosa. Aunque no por completo, aún así cuidaba lo que decía y hacía frente a Ethan, pero me sorprende que ya no bajaba tanto la cabeza ni me sentía completamente intimidada por él. Tampoco me ha tratado tan fríamente o dominante como lo había hecho, ahora... él también estaba relajado.

-Oye... ¿Cómo te sientes de tus heridas? -me atreví a preguntar.

-Creí que no era de tu incumbencia -enarcó una ceja al hablar.

-Yo... bueno, es verdad. Pero solo pregunto.

Él suspiró y terminó de comer el trozo de carne que tenía en la mano. Se limpió y levantó su remera sorpresivamente. Chillé y me sonrojé, pero dejé eso de lado cuando vi sus heridas.

-Oh por la Diosa... necesitas tratamiento urgente -dije preocupada-. Eso podría infectarse y será peor.

-Pues si eso ocurriera, ya lo habría hecho -bajó su remera-. ¿Por qué crees que lo limpio todo el tiempo?

-¿Cómo es que no sangra? Eso es un agujero literalmente -pregunté asombrada.

-¿Realmente no sabes sobre nuestras capacidades? -me mira sorprendido-. Con la concentración suficiente podemos evitar el flujo de sangre en alguna zona y así no desangrarnos hasta morir.

-¿En serio podemos hacer eso?

Se apunta a su costado herido como dándome el vivo ejemplo obvio de que sí es posible. De verdad que no lo sabía, nadie me lo había dicho.

-¿Cómo? -pregunté- ¿Cómo se hace eso?

-Es muy complejo como para enseñarte... tardarías en aprender.

-Quiero saber, quizás y me sirva -respondí-. Por favor, ¿puedes enseñarme?

Se me queda viendo un segundo antes de levantarse suspirando y acercarse a mí, se sienta a mi lado e iba a tomar mi brazo pero algo lo detiene. Lo piensa un poco y me tiende su mano.

-Acerca tu brazo.

-¿Para qué? -pregunté entrecerrando los ojos.

-¿Quieres aprender o no?

Hice una mueca con los labios torcidos hacia un lado y desconfiada acercaué mi brazo a su mano y lo dejé apoyado en el. Ethan se espera un poco y me mira a los ojos antes de acercar su otra mano, ante de que me diera cuenta saca sus garras y me hace una herida.

-¡Auch! -me aparté adolorida-. O..Oye...

-Concéntrate en tu sangre, cada vena y vaso. Sientelos. Encuentra el origen y deten el sangrado, respira hondo.

Lo intenté. Cerré los ojos y suspiré profundo, aunque el dolor me desconcebtraba.

-No pienses en nada más, olvídate del dolor y concéntrate.

Apreté los dientes como si eso me ayudara a concentrarme. Sentí entonces cuales venas estaban rotas en mi brazo. Abrí los ojos de par en par al hacerlo y entonces me concentré en que la sangre ya no fluyera por esas venas.

-Bien, aprendes rápido.

-¿Lo hice? Genial.

-Claro, soy el mejor maestro -sonríe egocéntrico.

Rodé los ojos pero miré como mi brazo dejaba de sangrar y mi curación se activaba hasta cerrar la herida. Estaba nuevamente sorprendida, había aprendido dos cosas muy útiles hoy, gracias a alguien de quien no esperaba nada. Ethan se aleja de nuevo y se sienta mirando al fuego, volvimos a guardar silencio por un tiempo, pero yo tenía más para preguntar.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora