¡¿POR QUÉ APARECISTE?!

Capítulo 21

Me mantenía escribiendo rápidamente en mi computadora todos los informes de las bajas que habíamos conseguido cubrir hasta ahora, tras la batalla contra los cazadores. La reconstrucción ya estaba en proceso y los que habían quedado sin hogar ahora estaban ubicados en casas de quienes se habían ofrecido a acogerlos para ayudar. Todo estaba yendo bien, pero aún así recordé que Thalía estaba en el hospital... durante cinco días ha estado en coma pero los doctores creen que despertará pronto.
Escuché a alguien llamando a la puerta y cuando di permiso de entrar vi que se trataba de Zack.

-Alpha, aquí tengo el informe que me has pedido -dice dejando la carpeta sobre mi mesa.

-Gracias, la revisaré en un momento -respondí sin dejar de mirar el monitor.

Nos quedamos en silencio, pero él no se iba. Lo vi de reojo y noté que estaba en su celular, seguramente hablando con Lorraine. Recordarlos me hizo pensar en su situación cuando fue la explosión en el refugio. Dejé de escribir finalmente y me atreví a preguntar.

-Oye... Tú... -guarda su celular y me presta atención-. Cuando supiste que el refugio explotó no pensaste en nada más que no fuera en tu Mate, ¿cierto? -asiente confundido- ¿Por qué? ¿No has pensado en nadie más?

Él se puso pensativo por pocos segundos pero entonces suspira y niega con la cabeza.

-Siendo sinceros no, ella fue lo primero y lo único que cruzó por mi mente en ese momento.

-¿Tuviste miedo por ella?

-Por supuesto, ni el más fuerte de todos sobreviviría a una explosión así estando tan cerca. Tenía que asegurarme de que estuviera bien -respondió pero pasó a mirarme con una ceja enarcada- ¿A qué se deben estas preguntas?

-No, por nada -respondí volviendo a escribir en mi computadora.

-Ya... -dice sin creerme- ¿Y tú?

-¿Huh? -volví a detenerme.

-¿Tú no has pensado en nadie? ¿No te has preocupado?

Sin que pudiera evitarlo pensé en Thalía. Pensé en como me había sentido cuando ella estuvo en peligro, fue justo como se lo había dicho una vez... Me sentí tan asustado y preocupado por pensar en que ella no podría defenderse sola, fue por instinto... ¿o quizás no?

-Fue extraño, nunca me había sentido así con Emma -expresé sincero-. Quiero decir, sí la defendía... pero jamás maté por ella, jamas me había enojado tanto porque alguien la había tocado.

-Entonces admites sentir algo por Thalía.

-No dije eso -respondí a la defensiva.

-Aha... Dime algo, cuando estuviste por rendirte luego de ser rodeado por los cazadores y que ella te ayudara... Vi que no lo hiciste, no te rendoste y en su lugar te levantaste. ¿Por qué?

-Yo... no lo sé. Creía no tener más fuerzas para seguir luchando, pero de repente las tuve. Me sentía más fuerte que nunca, no me importaron ni mis heridas ni nada más.

-¿Nada? ¿En serio?

Zack sonríe de lado, como si hubiera conseguido algo de mí que aún no comprendía. Me quedé en silencio analizando sus palabras pero él suspira y se aleja hasta la puerta.

-Te diré algo, uno no saca fuerzas de la nada. Tiene que tener una motivación para eso, está más que claro que esa motivación no ha sido tu manada. ¿Entonces quién?

Seguí sin responder. Zack recibe un mensaje en su celular y lo mira, parece sorprendido pero me mira con una sonrisa diferente.

-Thalía despertó -no iba a negarlo, me ha sorprendido la noticia tan repentina-. Deja de ocultarte en el trabajo, ve a verla y sé mejor con ella.

Se va cerrando la puerta tras él y dejándome a solas de nuevo. Dejé mi computadora y me recosté contra el respaldo de mi silla. Miré el techo, siendo lo único que tenía en mi campo de visión mientras pensaba en lo hablado con Zack. Decidí terminar con el trabajo, quedarme un par de horas más. Dudaba en ir al hospital en realidad.

Pero a la tarde, cuando ya no tenía excusas porque había terminado con todo... decidí ir. Agarré mis cosas necesarias y fui hasta mi auto, me monté en este y conduje hasta el hospital, mientras más me acercaba, más nervioso me sentía. Bajé del auto y entré al edificio, usé las escaleras para tomarme mi tiempo en ir, pero cuando ya estaba en el pasillo aue daba a su habitación, sentía como si no hubiera marcha atrás. Alguien sale de la habitación haciéndome detener, Aarón se me acerca con una mueca nerviosa.

-Alpha, ha venido.

-¿Está despierta? -pregunté directo.

-Sí, lo está... -asentí-. Pero antes... quería decirle un detalle importante.

-¿Qué es? -cuestioné.

-Pues, resulta... que esos golpes en su cabeza fueron más severos de lo que pensamos... y bueno...

-Aarón, ve al grano, por favor.

-Ella tiene amnesia, no recuerda nada de lo vivido en la manada.

Realmente no sabía cómo reaccionar, ¿no recuerda nada? ¿Eso era malo? Resoplé al reaccionar ante la noticia y asentí.

-Está bien, lo entiendo. Gracias por avisarme.

Aarón asiente como respuesta, ambos entramos a la habitación llamando la atención de todos, pero observé directamente a la mujer en la camilla. Ella parece sorprendida, supongo por saber que soy su Mate, pero mira a Lorraine.

-No lo entiendo... Es mi Mate, pero... ¿por qué siento tanto miedo?

Sus palabras se sintieron como una opresión enorme en mi pecho. Dolía más que la traición de Emma. Lorraine la abraza para darle consuelo, ella se deja y me mira confundida.

-Tranquila, todo estará bien.

-Estás herido -menciona separándose de Lorraine.

-No importa, no es nada... -respondí.

Ella dudosa tiende su mano hacia mí. La observé un segundo antes de acercarme lentamente para no crearle más miedo y apoyé mi mano sobre la suya. Se sobresalta por algo, estaba por quitar mi mano pero ella me sujeta de nuevo. Me mira a los ojos y estira su otra mano hacia mi rostro, no alcanzaba por estar sentada y yo de pie, así que me agaché y dejé que su mano tocara mi mejilla, donde tenía una herida. Desliza su mano, bajando por la herida de mi cuello, y luego por mis brazos.

-¿Te duele? -preguntó asustada.

-Sí... -murmuré mirando su mano deslizándose por mi piel- ¿No me tenías miedo?

-Lo tengo, pero... también me siento preocupada. Mucho en realidad -responde- ¿Por qué?

Tenía el impulso de decirle la verdad, decirle que yo había sido un imbécil con ella cuando la vi por primera vez, que quería alejarla de mí pero que por necesidad la obligué a mantenerse a mi lado. Pero lo que salió de mi boca fue diferente.

-No lo sé... -tomé su mano con delicadeza-. No sé porqué mi Luna me tendría miedo.

Besé sus nudillos consiguiendo que soltara una leve exhalación. La miré a los ojos con atención, analizando cada una de sus reacciones.

-O..Oye, y..ya nos habíamos visto, ¿no? Pero no recuerdo nada, y tampoco cuando nos encontramos por primera vez... no puedo recordar cuando nos reclamamos.

Y tampoco lo recordarías aunque recuperaras tus recuerdos. Solté su mano para tomar su barbilla y acercar nuestros rostros. Ella se puso roja y nerviosa, provocando que me sintiera enternecido.

-Puedo hacerlo, si eso quieres.

-S..Sí quiero... -responde avergonzada.

Dejé escapar una leve sonrisa pero me concentré en ella. Ahora es cuando me arrepiento de como la había tratado al inicio, por culpa de mi rencor había hecho pagar a alguien inocente. Había encerrado a una mujer increíble que es diferente a Emma, a una que sí vale la pena.

-Mía...