Capítulo 48

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Mis patas ardían, empecé a dar pasos descoordinados hasta que tropecé conmigo misma y caí rodando por el suelo. Ya no podía seguir, quería llorar. Me volví a mi forma humana, arrastrándome por el suelo al no tener fuerzas para levantarme, enterre mis dedos en ma tierra y la apreté en mis puños.

-Ethan... ¿Dónde estás? Te necesito...

Sollocé y me hice bolilla en mi lugar, abrazándome a mí misma para buscar consuelo y calor. Pero de repente escuché pisadas, miré tras de mí y abrí los ojos de par en par cuando vi una figura conocida.

-Ethan...

-Mi luna.

Él corre hasta mí y me abraza con fuerza mientras yo me dejaba y lloraba en su pecho, estaba un poco frío pero no me importó. Estaba aquí.

-Estás aquí, me alegra verte... -mencioné-. La manada... nos atacaron, todo sucedió de nuevo. Tengo miedo...

-Está bien, Thalía. Ahora estás conmigo -sonríe.

Lo miré a los ojos y acaricié su mejilla hasta bajar por su cuello, me detuve allí, volví a mirar sus ojos. Podía sentir que sus manos aprisionaban mi cintura por lo que le di un zarpazo en el rostro con mis garras fuera.

-¡Agh!

Me aparté arrastras y lo miré alerta.

-No eres Ethan... -demandé mientras él empezaba a reír.

-Eres más lista de lo que creí -me miró a pesar de tener las marcas de mis garras cruzando su rostro, se levantó y se me acercó-. ¿Conoces las habilidades de un rey vampiro?

Me levanté y traté de huir pero él se colocó frente a mí en menos de un micro segundo.

-Somos más rápidos...

Traté de volver a golpearlo pero sujetó mi muñeca y me acorraló contra un árbol mientras aún sonreía.

-Somos más fuertes -gruñí mientras trataba de alejarme pero sujetó mi barbilla y me hizo mirarlo-. Más hermosos que cualquier otro y con una habilidad más.

-¡Tsk! -me quejé cuando cortó mi mejilla y limpió la sangre.

-Podemos tomar la apariencia física de quienes bebemos su sangre.

-¿Qué le has hecho? ¡Dímelo!

Se acercó tanto que podía sentir su pecho contra el mío, aparté la mirada pero él se acercó a mi cuello.

-¿De veras quieres saber? Quizás no te guste la respuesta.

-Tú... ¡Tú! -mordí su oreja y se la arranqué haciendo que se apartara.

-¡Maldita sea! -me golpeó en la mejilla haciendo que cayera al suelo-. Primero dañas mi rostro y ahora mi oreja.

Me sujeta del brazo y me levanta con brusquedad mientras yo gemía del dolor. Lo miré molesta.

-Me haces enfadar, mujer.

Noté como los demás vampiros empezaban a acercarse él me lanza a ellos, pude sentir tantas pares de manos sobre mí que era un asco.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora