Capítulo 27

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El camino de regreso no había sido tan silencioso como lo había pensado. En realidad... fue agradable. Ethan y yo conversamos bastante, nos habíamos conocido más. Mi hermano también se ha soltado un poco y se dio la oportunidad de escuchar y hablar con Ethan. Ya íbamos progresando, aunque no dudaba que a la mínima oportunidad, Deimos me querrá llevar alejada de mi Mate.

-Está oscureciendo. Acamparemos aquí -anuncia Ethan-. Aarón, agarra a tres lobos y vayan a buscar comida.

-Sí, Alpha -el nombrado escoge a sus soldados y se van.

-Gale, tú y otros dos busquen material para encender una fogata -le habla al general del escuadrón que nos acompañó.

-Como ordene, Alpha.

Gale hace una leve reverencia antes de hacer lo que se le ordenó. Mientras que Ethan dirige a los sobrantes para asegurar el área y confirmar que estuviéramos fuera de peligro. Yo me senté en una roca sin tener nada más que hacer.

-¿Agua? -Deimos me tiende un botellón.

-Gracias -respondí agrrándolo y bebiendo de este.

Él se sienta a mi lado mientras observábamos a los demás trabajando. ¿Debería ayudar en algo? Aunque ni siquiera creía que me dejaran hacer siquiera encender la fogata. Lo sé porque en el camino de ida sucedió exactamente eso.

-No es tan malo.

-¿Eh? -miré a Deimos sin comprender su repentina afirmación.

-Tu Mate, no es tan malo después de todo... pero aún no confío en él.

Reí un poco y miré hacia Ethan, tenía gotas de sudor corriendo por su rostro, cuello y brazos. Sí que hacía calor... él movía sus brazos mientras trabajaba, consiguiendo que sus músculos se marcaran mucho más de lo que ya se veía, y sus pectorales... y también sus abdominales... Uf, madre mía.

-Sí, no está mal... -murmuré.

Seguí observándolo hasta que los grupos volvieron con lo solicitado. Aarón trajo suficiente comida para dos viajes de estos y Gale trajo la madera seca y demás cosas para la fogata. Pronto la encendieron y yo me acerqué hasta sentarme a un lado para que me llegara mejor el calor.
Ver el fuego me trajo una sensación familiar, volteé a ver hacia Ethan quien estaba al otro lado, tirando ramitas al fuego mientras pensaba. Me levanté de mi lugar y fui a sentarme a su lado, sacándolo de sus pensamientos al hacerlo.

-¿Todo bien? -pregunté.

-Sí... solo pensaba -respondió sonriéndome.

-Bueno pues... -agarré su mano y pasé su brazo por sobre mis hombros para acercarnos- ¿En qué pensabas?

Él ve atento mi acción pero no se niega, en cambio, me acomoda a su lado y me atrae más hacia él.

-Nada importante, no te preocupes.

-Si tú lo dices...

Ambos miramos al fuego mientras esperábamos a que la comida estuviera lista. Lo cual sucedió luego de pocos minutos, nos entregaron la comida y todos empezamos a comer con tranquilidad mientras la mayoría hablaba entre ellos.
Deimos y yo nos miramos un segundo antes de sonreír, él empezó a golpetear el tronco en el que estaba sentado, llamando la atención de los demás. Lo miraban confundido pero entonces ambos empezamos al mismo tiempo a acompañar esos golpeteos con un silbido aninado. Ethan me mira mientras yo sonreía y seguía silbando la melodía hasta que nos detuvimos de golpe por pocos segundos cuando empecé a cantar.

Deimos se une a mí en la canción mientras continúa golpeando el tronco, entonces unos soldados nos sorprenden al acompañarnos, agarraron cacerolas para golpearlas y ayudaban en el coro. Pronto todos comenzaron a animarse y seguir la canción con improvisaciones. Me levanté comenzando a moverme al ritmo de la canción, y entonces me acerqué nuevamente hacia Ethan.

-Busco mi sitio, busco mi lugar... -le tendí la mano a Ethan y lo levanté hasta pegarlo a mí-. Busco un hechizo para enamorar.

Agarre sus manos y las puse sobre mi cintura antes de agarrar la cadena en el cuello que llevaba puesta y jalarlo, acercarndo nuestros rostros con tentación.

-Yo soy la muerte, soy la maldición -junté nuestras frentes y rodeé su cuello con mis brazos-. Soy tu perdición...

Amplié mi sonrisa apartándome de él y acercándome a Deimos mientras seguía moviéndome y cantando. Él me acompañaba en el ritmo y la voz, éramos un gran dúo. Los soldados empezaron a levantarse y bailar igual, siguiéndome al rededor del fuego.

Era tan revitalizante bailar y cantar esta melodía tan hermosa. Y el que todos los demás se la supieran me había asombrado. Finalmente la canción termina y todos aplaudimos mientras reíamos o aullábamos. Volví a sentarme junto a Ethan.

-Eso fue increíble -mencioné-. No sabía que se la supieran, es una canción muy típica del sur.

-Es verdad, no sabíamos que otros la conocieran -me sigue Deimos.

-Tengo amigos allí, me enseñaron muchas cosas -comenta uno de los soldados.

-Mi madre es originaria de allí, pero al encontrar a mi padre decidió mudarse. Claro que aún conserva sus tradiciones -responde otro.

-Pues fue asombroso -seguí.

-Ha sido divertido -menciona Ethan-. Lo haces muy bien, mi luna.

Sentí mis mejillas sonrojarse, aparté la mirada ya que me apenaba seguir viéndolo después de eso.

-Pues... gracias.

Poco a poco el sueño empezó a inundarnos. Uno a uno empezaron a caer dormidos mientras otros hacían guardia. Bostecé cansada pero sentí un par de brazos que me sujetaron hasta recostarme contra alguien, vi de reojo que se trataba de Ethan, besa mi cabeza con ternura mientras yo me acomodaba junto a él.

-Descansa, mi luna.

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