Capítulo 34

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Nunca creí ser tan importante para muchas personas, siempre creí que solo lo sería para mis padres y amigos solamente. Pero cuando llegué a la manada junto a los demás lo confirmé, ellos me ven como su luna y se preocupan por mí. No dejaron de preguntarme cómo estaba hasta que llegamos a la casa de Ethan, pero ni ahí me salvé de las chicas y los de servicio. Todos estuvieron tan pendiente de mí por todos estos días, porque han pasado tres.

-¿Necesita algo más, luna? -pregunta Ivonne.

-Estoy bien, gracias.

Ella hace una reverencia, a pesar de decirle de que no hacía falta, y se retira cerrando la puerta tras ella. Me levanté de la cama y fui hasta el espejo de cuerpo entero a un lado, me miré en este antes de levantarme la remera hasta descubrir mi herida. Ya solo quedaba una cicatriz, después todo estaba cerrado y curado.

-Mm... -me quejé viendo la cicatriz y luego ver las demás.

Miré mis brazos y piernas, comparando mi piel de ahora con la de antes del ataque a la manada. Nunca tuve que preocuparme por mi vida hasta que eso ocurrió, y desde entonces no paro de tener cicatrices. Me gustaría que estas también desaparecieran... o al menos que dejaran de aparecer nuevas.

Me alejé del espejo para salir de la habitación, quería alejarme por un momento y dejar de sobre pensar las cosas, aunque era realmente complicado. Bajé las escaleras a paso rápido, quería ir a pasear para animarme, pero percibí un aroma distinto antes de bajar por completo. Una loba extraña. Miré hacia la sala y la vi sentada en uno de los sofás, se veía muy cómoda pero al verme parece extrañarse.

-¿Quién eres tú? -pregunta ella.

-Creo que... yo debería preguntar eso. Jamás te había visto aquí -comenté acercándome con cautela.

-¿Tú a mí?

Ella se levanta del sofá, tragué un jadeo de sorpresa al verla. Alta... cabello ondulado negro, ojos grises, piel de porcelana y piernas perfectas. Se le veía muy bien con el vestido corto que llevaba, marcaba perfectamente sus atributos. Es... muy linda...
Es justo lo que no necesito en estos momentos. Me estremecí incómoda, tratando de cubrir mis brazos con mi ropa, hice una mueca que disimulé.

-A..Aún... no sé quién eres ni cómo entraste -dije tratando de desviar mi atención de su perfecto cuerpo.

-Pues estaba abierto, Ethan nunca cierra la puerta, así que solo entré -dice, haciéndome llamar la atención el que tuviera la confianza de llamar a Ethan por su nombre-. Soy Emma, por cierto.

Emma... ¿Podrá ser? ¿Es la misma Emma de la que me han hablado? La ex Mate de Ethan...

-¿Emma? -asiente- ¿La ex de Ethan?

-Bueno... pues sí, se podría decir. Supongo que ahora soy solo la ex... -suspira desanimada- ¿Y tú quién eres? Eres tan linda... perdón mi atrevimiento.

Ella sonríe con dulzura, me sorprendía tanto au actuar... No es para nada como me la había imaginado, creía que sería más... malvada.

-Y..Yo... am...

-¡¿Pero qué...?!

El rostro de Emma cambia rápidamente. Yo me giré y vi a Ethan en la entrada, mirándonos con tantas emociones cruzando por su rostro todas a la misma vez. Pero la que predominó al final fue la ira hacia Emma.

-Ethan... Qué gusto verte de nuevo, no sabes la tortura que fue estar lejos de ti todo este tiempo -habla Emma dulcemente.

Ethan, en cambio, se acerca a mí sin despegar su mirada asesina de Emma pero al verme cambia drásticamente y me observa completa.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora