Capítulo 25

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No podía dejar de hablar con Deimos, ahora comprendía a Lorraine. Debía contarle todo lo que había sucedido y él a mí. Todo lo que ha sufrido con los cazadores... y no solo ellos, cuando escapó la primera vez unos vampiros lo encontraron, lo usaron como juguete de persecución, se divertían, mientras mi hermano sufría. Luego de volver a escapar trató de volver pero había olvidado el camino y terminó en otra manada. Tampoco lo trataron muy bien. Así se la pasó huyendo y escapando de diferentes enemigos, los cazadores no se rendían, y finalmente dio conmigo.

-Me alegra que ya estés a salvo, Deimos -dije abrazándolo aún más fuerte.

-A mí igual, y saber que tú estás bien...

-Ya quiero que papá y mamá te vean. ¿Te imaginas sus caras? Apuesto a que papá llora primero -hablé pensando en las reacciones de ambos.

Pero él no sonreía conmigo, en cambio, su sonrisa había desaparecido. Me miró confundido y un poco cauteloso.

-Thalía... ¿no sabes lo que ocurrió? -preguntó.

-¿Huh? ¿Qué cosa?

Él me mira sorprendido pero entonces mira a Ethan, quien se acercó un poco y suspiró.

-Ella ha perdido ciertos recuerdos... -comenta Ethan-. Hace unas semanas atacaron la manada y le han golpeado la cabeza.

-¿Y tú no hiciste nada para evitarlo? -gruñe Deimos pero apoyé mis manos en su pecho.

-Hey, tranquilo. Estoy bien... Sí, perdí recuerdos pero nada importante, ¿cierto? -miré a Ethan.

Ninguno dijo nada y eso me hizo sentir un poco nerviosa. ¿A caso sí había olvidado algo importante? Los miré de forma intercalada, Ethan parecía negar con la mirada mientras que la de Deimos decía algo como: "tiene que saber". Ethan resopla derrotado y asiente.

-Thalía... escucha, debo decirte algo importante -dice Deimos.

-¿Está bien...? ¿Qué es? -pregunté.

-Cuando escapé por última vez... Me enteré de algo sobre nuestra manada, algo grave -traga grueso, se puso tenso otra vez-. Los cazadores los habían atacado... dijeron que no hubo sobrevivientes.

-¿Qué? -lo miré atónita y negué con la cabeza-. No, e..eso solo son rumores, ¿verdad? Tienen que serlo, no puede ser verdad.

-Pequeña... Fui allí -hizo una mueca de lástima-. Me hubiera encantado que solo fueran rumores pero... cuando realmente no había quedado nada más que escombros y... cadáveres.

Cubrí mi boca con ambas manos del horror. Realmente quería no creer en lo que estaba diciendo pero era mi hermano... jamás jugaría con algo así.

-N..No... No puede ser verdad... No.

-Thalía... -Deimos apoya su mano sobre mi hombro pero me giré hacia Ethan.

-¿Lo sabías? -pregunté.

-Las noticias vuelan rápido. Me enteré de una manada del sur que fue aniquilada por cazadores... pero no sabía que era la tuya.

-¿En serio? ¿No sabías? ¿Jamás te había mencionado nada? ¿A mi Mate?

Se quedó en silencio por poco tiempo, yo no podía creer que estando tanto tiempo juntos antes de perder los recuerdos no le haya dicho nada sobre mi familia o manada. Pero todo tuvo sentido, el estar escapando de cazadore... Fue porque ellos atacaron mi manada, ¿por qué no habría de decirle?

-No lo habías hecho, solo en el hospital... y allí lo supe.

-Entonces ¡¿por qué no me lo dijiste?! -alcé la voz sin darme cuenta.

-Aún te estabas recuperando. Si te daba esa información tus emociones se desbordarían y podría haber empeorado todo, incluso podrías haber terminado en coma. No podía arriesgarme.

-¡Pero ahora estaba mejor! ¡Debiste decirme! -me sujeté la cabeza con ambas manos.

-Thalía, ya... debes calmarte -dice mi hermano-. Te está afectando.

-¡No! ¡Es mi manada... Mi familia, joder! -sollocé, traté de relajarme y apenas pude hacerlo, oculte mi rostro entre mis manos mientras respiraba, aunque mi pierna se movía mucho-. Quiero ir.

-Está muy lejos y es peligroso -responde Ethan, entonces me levanté de un salto.

-¡No me importa! Tengo que saber lo que ha pasado... -volví a mirarlos a ambos-. Así que si no vienen conmigo yo...

Abrí los ojos de par en par cuando Deimos tomó mi mano y se levantó a mi lado. No hizo falta más que una mirada para reaccionar y saber que estaba por cometer el mismo error. Por un segundo lo recordé de joven, cuando dije las mismas palabras... en ese momento era más saludable y su piel limpia, pero ahora... después de lo que yo causé, todo cambió.

Bajé la mirada apretando los dientes de la impotencia y frustración. Me solté del agarre de Deimos y me fui casi corriendo escaleras arriba hasta encerrarme en mi habitación. Me tiré en mi cama y abracé la almohada buscando algo de consuelo. Me negaba a creer que solo nosotros dos éramos los únicos sobrevivientes, eso significaba que mamá y papá... también habían muerto.

Toda mi manada lo estaba...

-No puede ser cierto... -murmuré-. Mamá, papá... por favor.

Segundos después escuché como alguien golpeaba la puerta, por el olor supe que era Ethan.

-No quiero ver a nadie -hablé entre sollozos.

-Lo entiendo... pero no me gusta escucharte llorar y no hacer nada por ti -suspira un poco-. Mi luna... déjame entrar, necesitas de alguien. Pero si te sienta mejor que Deimos entre...

Guardé silencio por un momento en lo que pensaba en mi respuesta. Limpie la mayoría de mis lagrimas a pesar de saber que seguirían saliendo.

-Está bien... entra.

La puerta se abre lentamente y Ethan pasa, cerrandola tras él después. Se acerca a mí y se sienta al borde de la cama, no supo que hacer hasta que yo me dejé llevar y lo abracé, aferrándome a él. Pronto me correspondió y me abrazó tan cálidamente que me sentía más segura para hablar.

-Es que... no puedo aceptarlo. Necesito verlo con mis propios ojos.

-No quiero que te sientas peor cuando te encuentres con eso. Será muy difícil para ti.

-Aún así quiero hacerlo, es mi manada. ¿Qué harías tú si te enteras que la tuya también ha sido aniquilada hasta el punto en que solo tú eres el sobreviviente porque no estabas allí...?

-Tú ganas. Tienes razón, también querría asegurarme de que eso fuera verdad.

Sollocé más fuerte y él me estrechó mejor entre sus brazos. Acarició mi cabello y me trató tan delicadamente que se sentía mejor.

-Quiero ir... -insistí-. Pero no quiero que pase lo mismo, no quiero perder a nadie más... No quiero perderte.

En ese mismo instante escuché y sentí su corazón acelerándose. Sus caricias se detuvieron por unos segundos y su respiración se hizo pesada, pero entonces volvió a suspirar y me abrazó mejor.

-No pasará, lo prometo... Si tanto quieres ir entonces iremos.

-Dijeron que es peligroso.

-Pues llevaremos a guerreros. Pero no te preocupes, quien se atreva a intentar ponerte una mano encima está corriendo el riesgo de perderla al instante.

Suspiré para calmarme y sonreí leve, apoyé mi cabeza en su pecho, me sentía cansada.

-¿Puedes quedarte hasta que me duerma? Realmente es como dijiste... necesito de alguien.

-¿Es lo que quieres? -asentí segura-. Está bien. Me quedaré.

Ambos nos acomodamos en la cama para que fuera más fácil quedarme dormida. Usé su hombro como almohada y lo abracé otra vez, era muy cómodo. Su calor me hizo bien y el sentir su corazón era relajante. No me costó nada quedar dormida.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora