Intereses cruzados

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No había lugar que Todoroki odiara más que el despacho de su padre. El lugar estaba lleno de asistentes rubias y voluptuosas que caminaban de forma chillona con sus tacones de aguja chocando contra el piso de cerámica. Era desagradable, como muñecas huecas que iban de un lado a otro con el único objetivo de servir igual que objetos de decoración.

—El señor Endeavor lo está esperando.

Todoroki exhaló y caminó detrás de la mujer. La falda que tenía cruzaba el límite de la decencia y eso solo agravó la repulsión que sentía hacia su padre. Cuando entraron a la oficina, el aroma del tabaco y el whisky añejo golpeó su nariz, reconocía ese aroma; la firma personal de Endeavor, un hombre que había juntado años de corrupción y excesos como uno de los diputados más influyentes dentro la cámara legislativa.

La rubia dejó una taza de café en el escritorio, sus caderas meneándose en un vaivén tan exagerado que Endeavor lamió sus labios hambriento. El estómago de Todoroki se revolvió.

—¿Para qué me llamaste? —Todoroki no trató de ocultar su hostilidad, después de todo no es como si estuviera allí para una visita social. Endeavor había aprendido con los años a mantener su distancia y Shouto agradecía que lo único que tenían que compartir era el apellido. Ninguno de los dos se toleraba, aunque por supuesto que Endeavor se había encargado de que su imagen pública reflejara todo lo contrario. Todoroki lo odiaba aún más por eso.

Endeavor ni siquiera se molestó en darle una respuesta, el hombre siguió revisando los documentos en su escritorio, como si apenas una mosca hubiera entrado en la oficina, algo insignificante, algo que no merecía su atención.

—Gracias, muñeca —le dijo a su asistente. La chica jugó con su cabello y le sonrió con sus perfectos dientes blancos. Todoroki carraspeó incómodo, no tenía tiempo para los estúpidos coqueteos de su padre. Endeavor suspiró con fastidio—. Mueve esas bonitas piernas y déjanos solos. —La chica asintió con un leve rubor y cerró la puerta.

—Hasta dónde sé, eso puede ser catalogado como acoso sexual.

Endeavor se rio como si fuera una mala broma.

—¿Y bien? ¿Qué hago aquí? —Todoroki se cruzó de brazos.

Endeavor dio un sorbo a su taza. Todoroki lo observó en silencio. Era bastante inusual ver a su padre bebiendo café, pero asumió que debía estar haciendo algunos cambios, después de todo, un hombre de su edad no podía mantenerse a base de whisky. Su padre dejó la taza en el escritorio y tomó en su lugar un sobre amarillo que estaba a un costado.

—Revísalo —dijo y se lo extendió. Tenía el ceño levemente fruncido.

Todoroki alzó una ceja sin entender.

—No tengo todo el día, Shouto.

Todoroki tomó el sobre y sacó su contenido. Un nudo se apretó en su estómago.

—¿Qué significa esto?

Endeavor se reclinó en su silla.

—Un reportero vino con ellas esta mañana, al parecer tu lindo esposo ha estado jugando a las escondidas con otro hombre.

Todoroki no supo qué decir. Las fotos mostraban a Izuku saliendo de un bar, el ángulo y la luz no ayudaban a identificar al acompañante, pero era obvio que estaba siendo más que cariñoso con el sujeto. ¿Izuku lo estaba engañando? No. No era posible, Izuku no sería capaz de hacerlo.

—Mi esposo no me engañaría —dijo con total seguridad.

Endeavor se rio.

—No, por supuesto que el imbécil que escogiste como esposo no lo haría, por eso tuve que investigar.

Dulce Tentación [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora