Bakugou era consciente de que debía existir una explicación razonable para que Izuku llegara junto a ese hijo de perra, pero al parecer era su corazón quien se negaba a entenderlo. La manera en como ese maldito bastardo guiaba a Izuku a través del salón, con una familiaridad natural en cada uno de sus movimientos; esa misma que le revolvía el estómago y le recordaba como un aguijón venenoso que el hombre al lado de Izuku todavía era su esposo. Fue por eso que, cuando los ojos de Izuku buscaron los suyos, por primera vez, Bakugou no pudo devolverle la calidez que Izuku esperaba encontrar en ellos.
En su lugar, había algo doloroso y aprensivo en su rostro. Izuku le había pedido que no llegaran juntos, y en cambio, era Todoroki quien tenía un lugar privilegiado a su lado, y no él. Bakugou sintió como si un cuchillo se clavara en su pecho, y fuera Izuku quien sostenía el mango y lo retorcía en el centro de su corazón, incluso si Izuku no lo quería de esa manera.
En un intento por apaciguar su ira, trató de recordar cada palabra que Izuku le había dicho estas últimas semanas, pero la tormenta en su cabeza era demasiado violenta, sentía que estaba en el borde de un precipicio y los vientos que lo golpeaban estaban a punto de hacerlo caer.
Bakugou nunca se había esforzado tanto en deslizar una máscara de indiferencia sobre su rostro. Aun así, sabía que Izuku podía ver a través de las grietas.
—Bakugou. —Todoroki fue el primero en saludar. El tipo extendió su mano y la estrechó con un apretón cordial. Bakugou contuvo el impulso asesino de querer arrancarle el brazo—. Lamentamos la demora. Izuku y yo tuvimos algunos asuntos que atender esta mañana, pero ya estamos aquí.
Bakugou ni siquiera se molestó en darle una respuesta. Sus ojos se fueron de inmediato a Izuku. Parecía molesto mientras miraba a Todoroki, en realidad, había un dejo de indignación en la línea de sus labios.
Izuku exhaló, y se volvió hacia Bakugou.
—¿Podríamos hablar un momento en privado? Hay algunos puntos que me gustaría discutir antes de la firma. —La mirada de Bakugou se suavizó cuando se conectó con la de Izuku. Te amo, decían sus ojos. Confía en mí. Confía en nosotros. Déjame explicarte.
Bakugou sintió como si toda la presión que aplastaba sus pulmones se esfumara de golpe. Por un momento se dio cuenta de que había estado actuando como un completo imbécil. Izuku lo amaba, Izuku era suyo incluso si seguía casado con Todoroki. Izuku debió ver el cambio en su expresión, porque sus ojos se iluminaron de una manera que le quitó el aliento. Izuku era hermoso, todo rizos verdes y pecas, y se veía jodidamente adorable con sus labios apretados en un intento pobre por contener una sonrisa. Bakugou quería tomar esa boca y aplastarla contra la suya hasta que Izuku se volviera una masa temblorosa y feliz contra sus labios.
—Por supuesto, hay un lugar al otro lado del salón donde podemos hablar, sígueme.
Bakugou no se detuvo a evaluar la expresión desconcertada de Todoroki, en realidad, no le importaba una mierda. Izuku caminó detrás de él. Bakugou estaba muy consciente de sus pasos mientras ambos se dirigían hacia un pequeño salón al otro lado de la habitación. Cuando la puerta se cerró tras de sí, Bakugou no tuvo tiempo de decir una sola palabra. Izuku tomó su corbata y empujó su boca contra la suya, en un beso dulce y desesperado.
Izuku hizo un ruidito feliz cuando Bakugou lo levantó por los muslos, y profundizó el beso hasta tener su cuerpo aprisionado contra la puerta. Izuku vestía el bonito traje azul que le había obsequiado aquella mañana en el hotel. Bakugou sabía que la elección del atuendo no había sido una casualidad, y saberlo lo hizo sentir tan malditamente satisfecho.
—Lo siento —dijo Izuku entre besos—. Quería avisarte lo de Shouto, pero mi teléfono…
—No importa —gruñó Bakugou. Y era cierto, ya no le importa las malditas razones por las que Izuku había llegado junto a su esposo. No importa una mierda. No cuando Izuku se derretía entre sus brazos, y hacía los sonidos más dulces, sonidos que iban directo a su polla. Joder. No podían seguir así.
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Dulce Tentación [KatsuDeku]
FanfictionMidoriya se derrumba luego de descubrir que su esposo Shouto Todoroki lo estaba engañando. Terriblemente herido Izuku termina en un club bebiendo para tratar de olvidar los retazos de su fracasado matrimonio. La noche oscura, las luces tenues y la p...