Dulce Tentación [KatsuDeku]

Un pasado olvidado

—Estás de muy buen humor esta mañana —dijo Uraraka.

Izuku tarareó en respuesta. En realidad, había tenido una gran noche. Había encontrado una figura exclusiva en una subasta en línea de último minuto. Al parecer el antiguo dueño tuvo alguna clase de emergencia y necesitaba el dinero, así que luego de muchas horas de luchar con garras y dientes con algunos buitres desalmados, Izuku era el nuevo dueño de una de las trescientas figuras de All Might con el traje de la Air Force.

Aunque pasar toda la noche en vela había tenido sus desventajas. Necesitaba café. Mucho café. Tanto café que diera positivo para cafeína en sangre. Bueno, eso sonaba bastante ridículo, pero ese no era el punto. El punto era que necesitaba con urgencia un mocachino con extra de chocolate para poder aguantar lo que restaba de día. Y para su mala suerte, la fila de la cafetería estaba kilométrica, aunque esa no era ninguna novedad. Después de todo, era un lunes por la mañana en la facultad de derecho. Todos los zombies jurídicos necesitaban algo fuerte para sobrellevar el día, y él no era la excepción.

—¿Volviste a desvelarte? —preguntó Shouto.

Izuku lo miró con sus enormes ojos de cordero, esos que siempre lo ayudaban a salirse con la suya.

Shouto suspiró, y le agitó el cabello.

—Deja de usar tus poderes para el mal, cariño —dijo, y le sonrió de vuelta.

Izuku se echó a reír y le dio un enpunjocito juguetón.

—Consíganse una habitación, qué asco —murmuró Uraraka en un tono bastante ácido.

Izuku la ignoró. Últimamente ella y Shouto no se llevaban bien. Izuku no quería pensar demasiado en eso, confiaba en que de una u otra manera su mejor amiga y su novio lograrían entenderse. Aunque eso era en absoluto lo que estaba pasando.

Izuku suspiró para sus adentros. Tal vez no debió contarle a Uraraka lo solo que se sentía. Después de todo, no era culpa de su novio estar ocupado. Shou tenía demasiadas responsabilidades, y no podía pasar tanto tiempo con él. Tampoco era su culpa que no compartieran los mismos intereses, pero su mejor amiga no pensaba lo mismo.

“Eres su novio, Izuku, al menos debería esforzarse por hacerte feliz, pero ni siquiera lo hace”. “Siempre estás solo”. “Tú estás para él, pero jamás veo a Shouto interesado en nada que de verdad te importe”. “¿De verdad quieres compartir tu vida con alguien así?”, Izuku todavía podía escuchar las palabras de Uraraka en su cabeza.

—¿Estás bien? Estás muy callado —mencionó Shouto.

—Lo estoy, no te preocupes, solo me siento algo cansado, después de que tome mi café estaré mucho mejor.

Shouto no parecía muy convencido.

—Bien.

—Ammm, Shou —murmuró Izuku—, ahora que lo pienso, la próxima semana habrá una proyección en la escuela de artes, es sobre el cambio de la narrativa en los cómics después de la postguerra. Sé que no suena muy interesante, pero ¿te gustaría ir conmigo? Tal vez luego de que termine podríamos cenar, ¿qué dices?

—¿Qué día es?

—El viernes por la noche, la proyección comienza a las seis y media. Podemos ir juntos después de clases y…

—No puedo.

Izuku trató de que no se notara la decepción en su rostro.

—Oh, ¿ya tienes planes?

—Lo siento, cariño, se supone que tengo que reunirme para el comité de graduación, estamos algo retrasados con los preparativos.

Izuku jugó con su camisa. Se sentía un poco culpable por sentirse mal. No era responsabilidad de Shouto acompañarlo. En realidad era su culpa, siempre se le complicó un poco el tema de hacer amigos, y aunque tenía a Uraraka, era más que claro que necesitaba otro nerd fanático de All Might en su vida. De esa manera podrían ir a todas esas convenciones juntos, y hablar por horas sobre las ventajas y desventajas de los quirks. Quizás tendría suerte y también sería otro amante de las novelas. El único problema era que nadie así existía, ¿verdad?