Su hija Mayday era y es lo más adorable del mundo para Miguel. Una pequeña, pero carismática, omega. Ella siempre seria su más grande tesoro. Sin embargo, nada están perfecto.
Siendo ella una omega le implicaba espantar a todo aquel que se osará a coquetear con su retoño. Y eso era en lo único con lo que estaba de acuerdo con su hijo menor.
─«Estoy a fuera de la casa del sujeto M, cambio» ─Escucho por el transmisor la voz de su hijo.
Resoplo con molestia.
─Solo vigila por el momento, araña. ─Fue su corta respuesta.
Se acomodó en la silla de su escritorio. Esta situación lo ponía de mal humor.
El nuevo chico que quería pasarse de listo con su pequeña. No pensó que duraría más de una semana para que terminará rindiéndose ante él y su hijo, pero ya llevaba un mes.
Le era estresante la persistencia del Alfa.
─ ¿Papá? ─La delicada voz de Mayday por fuera de su oficina lo hizo sonreír levemente.
Era algo que no saco de Peter. Educación y respeto a la privacidad. Aunque de niña era muy traviesa.
─Puede pasar.
Al terminar su frase, la puerta se abrió.
Mostrando a su hija. Desbordando de felicidad por cada poro de su piel.
─Sé que estás tratando de ser paciente con Wilfred. ─Comenzó a hablar, moviendo con nerviosismo sus manos. ─Pero me alegra que me des tanta confianza al escoger con quien salgo.
Sus brazos se enteraron en el torso de su padre. Dándole un muy afectuoso abrazo. Miguel reaccionó al instante, dándole algunas palmadas en su espalda. Eran pocos los momentos en que se expresaban tan abiertamente sus sentimientos.
─Confió en ti, May. ─Dijo. ─Peter también confía en ti. Ambos confiamos en ti.
¿Confiar en ella? Por supuesto. ¿En el chiquillo que trataba de tener el corazón de su bebé? Nunca.
─Lo sé... Gracias, papá.
─« ¡Lo detuve, Miguel! ¡Detuve a ese bastardo!»
El mágico ambiente creado entre padre e hija fue interrumpido por la estruendosa voz del hijo menor. De fondo oyéndose la risa de Hobie y algunos quejidos de otra persona a la cual Mayday conocía bien. También a la lejanía las reprimendas de Gwen.
─...
─No digas nada, por favor. ─La chica no quería arruinar más el ambiente. Se soltó de él y camino a la salida del despacho. ─Llegaré a las ocho, no quiero que no nos vigiles, papá.
Al abrir la puerta, estaba Peter B. Quien se despidió de su hija y le deseo una buena tarde.
Mirando de reojo al otro Spiderman. Una mirada que demostraba que ese día iba a ser muy largo.
─« ¿Miguel? ¿Empiezo el siguiente paso?»
─Solo cállate.
ESTÁS LEYENDO
• Feelings •
FanfictionOne-shots y Drabbles de esta hermosa pareja. ·•·•·•·•·•·•·•·•·•·•· ₪ Cada lectura es individual. ₪ Contiene Omegaverse y otros temas que trataré. ₪ Actualizaciones cada cierto tiempo. ₪ No pago terapia emocional si leen algo sad, banda. ₪ Disfruten...