Llamada.

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//Una pequeña aclaración; tiene poco contenido del ship, pero se me hizo muy chido (y sin sufrimiento de por medio) como pa' eliminarlo. Disfruten//


─ ¡Miguel nos va a matar! ─Bramó.

El grito de Miles asustó a Gwen, dicho tono era extraño de escuchar de su boca, siendo un chico calmado la mayor parte del tiempo.

Oh, sí. Miguel O'Hara los iba a matar apenas se enterara que tenía que ir a sacarlos de la cárcel.

─No podemos decirle ni a él, ni a Jessica y menos a Lyla. ─Aseguró la única chica del grupo.

─Miguel es nuestra única opción. ─Aceptó, derrotado, el boricua.

Nunca espero decir eso.

─Miles, ¿Estás seguro? ─Dijo Pavitr, expectante y con miedo. Nunca esperó terminar entre las rejas, ¿Qué pensaría su suegro de esto? ─Podrías llamar a Peter. ─Propuso.

Estaba total y plenamente seguro que ese viejo Spider-man los ayudaría sin importar la situación en la que se encontraran. Porque así era Peter B. Parker, bondadoso con sus seres queridos.

Ante esa segunda opción viable. Hobie y Stacy estaban de acuerdo. No había nadie mejor que Peter para esa ocasión. Esa sería la mejor idea, pero no a los ojos de Miles.

─No es una buena idea... ─Sus ojos se movieron por todos los lados de la habitación, evitando las miradas de sus amigos y compañeros de aventuras. ─Hasta podríamos terminar peor... ─Susurró.

Con esa revelación, las dudas y preguntas inundaron esas cuatro paredes.

─ ¿Y eso por qué, Peter Pan? ─Ironizó Brown. No entendía en lo más mínimo su punto. Aunque se hacía una idea muy abstracta.

─Miles, ¿Estás consciente de lo que dices? ─La rubia se acercó al otro Spider-man. ─ ¡Peter es un pan de Dios! Él nos ayudará si se lo pedimos, si tú se lo pides. ─Le imploró con su mirada.

─ Llamemos a Peter y problema resuelto.

─No, primero que nos diga el porqué.

─Si nos tardamos más, Miguel podría enterarse de esto.

─No debí seguirlos e ir con ustedes. ¡Es su culpa!

─ ¿Nuestra? Te recuerdo que fue idea de Hobie.

─Yo lo planeé, pero ustedes me siguieron. Me siguieron como el dinero sigue al...

─ ¡Ya cállate, no quiero oír nada de política!

Mientras ellos tres seguían en su interminable y agitada discusión. Miles se quedó pensando en las opciones que tenían, les quedaba poco tiempo antes que el Spidey encargado de retenerlos llamara a O'Hara. Jessica no podría ayudarlos por estar en su universo junto a su bebé y esposo. Lyla seguro le diría a Miguel, causando que se enfadara más con ellos al enterarse por terceros. Morgan era una opción secundaria, pero no sabe contactarla. Penny estaba descansando de todo el trabajo que tuvo, por lo tanto, no quería importunarla por algo como eso.

¿Los demás? No tenía la menor idea.

Peter B Parker era su única opción, pero habría consecuencias con eso.

Miguel se enteraría de todas formas y era un castigo asegurado por parte de su mentor (y tutor durante su estancia en la Spider-society).

Aunque también estaba el hecho de que el de ascendencia mexicana no se molestaría tanto al tener a Peter de su lado. Lo que daría una balanza equilibrada entre pros y contras.

─ ¿Miles?

La voz de Gwen hizo que saliera de sus profundos pensamientos. Sus amigos estaban esperando su elección al respecto.

─Me arrepentiré de esto... Pero llamemos a Peter. ─Soltó a duras penas.

Con eso, le avisó al Spider-man de seguridad que estaban listos para hacer su llamada.

·•·•·•·•·•·


Habían pasado más de cinco minutos desde aquella llamada. La celda estaba en silencio, con el ruido exterior llenando ese vacío.

Hobie miró fijamente a Miles.

─ ¿Nadie preguntará? ─Cuestionó esta vez mirando a Gwen y Pavitr. Quienes se hicieron los desentendidos.

─ ¿Preguntar qué? ─Dijo confuso Morales.

─ ¿Por qué no habías querido llamar desde antes a Peter?

Tanto Stacy como Prabahkar estuvieron atentos.

En cambio, Miles solo atinó a esquivar las miradas.

─Es.... Mi tutor. No quería que se molestará. ─Se excusó.

─Primer error, Peter Pan. Nuevo intento.

─Estoy diciendo la verdad.

─ ¿Acaso crees que me comeré esa mentira? Mientes peor que un político ─Se burló. ─Ahora, dinos la verdad.

Ante eso, Miles se rindió. Nunca ganaría esta batalla.

─Peter... Y Miguel... ─Comenzó a decir. ─Él, bueno, ellos dos. Están en casa.

─ ¿Y eso qué? ─Cuestiono Pavitr.

─No me entiendes. ─Suspiró. Tratando de buscar la forma de expresarse. ─Desde que llegué aquí, Peter me recibió en su casa y me dio un lugar donde dormir. ─No hablaba de su casa en su tierra proveniente, más bien, de su hogar en la sociedad arácnida. Cosa que ellos tres tenían en cuenta. ─Es un buen sujeto, pero no saben lo difícil que es para mí.

─ ¿Qué? ¿Te quita tu trajecito y reloj para que no salgas?- preguntó divertido Hobie.

─Miguel va constantemente allá. ─Soltó Miles ignorando a su amigo. Haciendo callar a los otros dos. ─Vive, prácticamente, con nosotros. Es su pareja, creo.

El silencio se intensificó, Gwen y Pavitr parecía que incluso habían dejado de respirar por un instante. Mientras que Hobie rió como nunca, ya esperaba algo como eso desde que empezó la interrogación.

─Pavitr, me debes 50. ─Le recordó al indio. Quien lo miró hastiado.

No era el mejor momento para eso, había un asunto más importante.

─Es por eso que no querías avisarle. ─Comentó Gwen con aire de comprensión.

─Sí, por eso yo...

El sonido de la puerta siendo abierta lo interrumpió.

Allí estaba su mentor. Destacando su malhumorada cara y su ropa mal arreglada. Supo que había interrumpido algo entre él y Miguel. Ese día no pudo ser peor, pero claro, el destino no se apiadaba de él. El mexicano-irlandés estaba con él.

La reconfortante mano de Gwen en su hombro le daba esperanzas de que nada iba a ir peor.

─Miles Morales estás castigado, señorito. 5 meses, tienes 5 meses castigado.

Y vaya que se arrepentía de su llamada.



·•·•·•·•·•·•·•·•·•·•·

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