• Feelings •

¿Dónde está Peter?

Un incesante sonido taladro su cabeza sin parar, al punto de ser insoportable. Un fuerte dolor en su abdomen hizo que soltara un grito. El olor a sangre y fármacos llegó a su nariz. Un dolor inaguantable que provenía de la parte izquierda de su cabeza hizo que soltara otro gutural grito asustando a las demás personas que pasaban por su lado.

Ya las sirenas no se escuchaban tan cerca, solo podía percibir el ligero sonido de diferentes máquinas de hospital. 

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Otra vez ese olor. Pudo detectar que era desinfectante.

Busco de abrir sus ojos pero se le hacía complicado tan siquiera abrirlos. Justo después de que sus párpados dejaran dar paso a la luz del lugar a su iris volvió a entrecerralos por las obvias complicaciones.

¿Qué estaba haciendo ahí? No recordaba cómo llegó.

Solo que antes de que todo se fuera al abismo oscuro, él se encontraba discutiendo con su pareja por un asunto sin mucha importancia.

Su novio.

Él... ¿Dónde estaba él?

Su corazón se aceleró. ¿Qué había pasado esa noche? No podía recordar todo con claridad, pero algo en su interior le decía que algo estaba mal.

Terriblemente mal.

Antes de que levantara apenas unos milímetros de la cama de hospital, apareció un doctor un tanto mal arreglado y con profundas ojeras de bajo de sus ojos. Con un aspecto deteriorado y senil.

─Miguel O'hara, paciente 1999. ─Redactó. ─ No puede levantarse en lo más mínimo. ─Suspiró antes de tenerle unos documentos. ─Hace apenas tres días que realizamos la operación que le salvo la vida. Aunque claro, estuviste inconsciente.

─ ¿Operación?

─Sí, una operación de emergencia. Tuvo fracturas y hemorragias internas por el accidente. ─Dijo; antes de encaminarse a la salida. ─Tienes visitas, pero solo diez minutos.

El de descendencia irlandesa no comprendía nada de lo que sucedía. ¿Operación? ¿Tres días inconsciente? ¿Vida o muerte? ¿Qué había pasado esa noche?, pero aun más importante.... ¿Y su esposo?

─Miguel...

La decaída voz de Lyla hizo que dejará sus dudas abiertas.

─Lyla, ¿Dónde está Peter? ─Su voz salió rasposa y grave.

Seguramente por lo haber tomado agua en todo ese tiempo. Únicamente alimentándose e hidratándose por medio de sueroterapia y una sonda nasogástrica.

─Miguel, tú y él tuvieron un accidente automovilístico hace poco tiempo atrás. El doctor dijo que tuviste graves problemas y que no recordabas nada. ─Carraspeo un poco. ─Se me ha dado la orden de no revelar, ni decir, absolutamente nada.

─Lyla. ─La enfurecida voz de O'hara resonó por todo la habitación. ─Dime donde esta Peter, ahora mismo.

No estaba de humor. ¿Dónde estaba ese fastidioso hombre que tanto amaba? ¿Dónde estaba ese hombre que lo atormentaba siempre en sus pensamientos? Un dolor se instaló en su cabeza, la fuerte pulsación le estaba comenzando a dar factura.

─Debes entender que no puedo decirte nada hasta que te mejores. ─La chica evito la mirada del hombre enfrente de ella.

Lo quería volver a llorar como lo llevaba haciendo desde hace dos días atrás.

Su corazón no lo soportaba más.

Y dudaba que Miguel se sintiera igual a ella... No. Él se sentiría peor. Sintió su garganta arder de dolor.

─ ¡Lyla! ─El nombrado protestó. Intento levantarse, pero la voz de Jessica lo detuvo:

─Peter murió, Miguel. ─Su mirada cansada y preocupada se reflejaba en todas sus facciones.

─ ¡Jessica, se supone que no podíamos alterarlo con esa información! ─Dijo la chica a un pelo de llorar nuevamente. Apretando entre sus dientes su labio inferior, y con sus manos temblando levemente.

─No puedo mentirle. ─Suspiró, no podía mentirle como todos lo harían. Era más cruel de esa forma, era mejor decirle ya.

Otra vez evito la mirada de Miguel.

Jessica se había metido en esto, ella lo solucionaría.

─Eso... ─ El hilo de voz que salía de entre sus labios se acortó. ─ No puede ser... Real... No... ─Dije vacilantemente.

─Peter... El... ─En ese instante se fue la valentía de Jessica. ─El día del accidente, el murió por ser atravesado por una barra de metal.

─Por favor, no pienses que fue tu culpa. ─Intervino la rubia, preocupada por la mirada perdida de O'hara. Nunca lo había visto en ese estado tan shockeado. ─La policía dijo que fue un accidente común, algo que sucede comúnmente.

─Miguel... Solo no te culpes, no sabías que esto iba a ocurrir.

─Peter... Él dijo que quería casarse conmigo. ─Soltó entrecortadamente. ─Me negué porque estaba ocupado con el trabajo y no tenía tiempo suficiente para dedicarle... Me negué y él... Murió sin saber lo mucho que quería que fuera mi esposo.

Lyla comprendió algo de su tono de hablar.

Miguel no era alguien que llorará abiertamente para todos los presentes e incluso personas cercanas a él. Quería soledad para llorar, eso le indicaba su entonación.

Con una seña, indico que debían salir y dejarle solo unos minutos.

Una perdida no era sencilla, nunca era fácil.

Y menos si era alguien a quien amabas.

Miguel había perdido algo más valioso que su vida.

Había perdido a la razón de su existencia.

Perdió a Peter B Parker.

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Me gusta sufrir, vosotros también sufrirán.

Era un evento canónico que perdiera a su amorcito, así lo requería la trama.