Solo detente.

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El ruido que realizaba el coche al chocar con las barras de metales y otros materiales inundaba los oídos de Miguel, al igual que el doloroso grito de agonía de Peter. Más los terroríficos pensamientos que albergaban su mente constantemente desde el momento del accidente.

─ ¡Solo déjame aquí, Miguel! –gritó, apretando más la cuerda alrededor de su brazo. Tratando inútilmente de tener más tiempo.

O'hara negó frenéticamente, conduciendo más rápido a su refugio.

Debía conseguir sus medicamentos e implementos médicos lo antes posible. Debía llegar lo antes posible, quedaba poco tiempo. Debía ser fuerte. Debía actuar. Debía...

─Todo estará bien... –dijo en un susurro para sí mismo.

Buscando de creer en sus palabras, de tener esperanza.

El coche derribó varios cuerpos en descomposición. Algunos zombis intentaban perseguir la camioneta, pero les era imposible. Las calles estaban repletas de cadáveres y basura, el desastre era lo más acertado a la situación.

Por el espejo, vio con angustia como su novio intentaba contenerse. Luchando contra esa infección.

Desde hace más de tres años que estaban juntos en ese caótico nuevo mundo, teniéndose solo a ellos dos. Sobreviviendo ambos y amándose el uno al otro. Protegiéndose sin importar el riesgo que conllevaba eso.

Todo ese tiempo...

Estaban juntos...

Y ahora, una de esas cosas muertas había mordido a Parker en una de sus tantas misiones.

─ ¡Escúchame ya, Miguel! –refuto. ─ ¡No puedo más, no sobreviviré!

─ ¡¡Cállate!! –exclamó con temor.

Nunca lo había gritado, pero el miedo se apoderó por completo de su ser. No quería escuchar eso, él sobreviviría. Tenía que seguir juntos en ese camino.

¿Qué haría estando solo?

Peter era el motivo de existencia en ese acabado planeta.

Incluso si llegaba a su refugio, ¿Qué iba a ser para detener lo inevitable? No había una medicina que contrarrestara eso.

─Voy a morir... –dijo el castaño. Causando estragos en su ser. No era cierto, se repetía constantemente. ─Y quisiera poder estar un momento contigo antes de eso. Solo detente. –suplicó, con lágrimas cayendo por su rostro.

Solo necesitaba eso.

Y podría morir.

Otro dolor atravesó el sitio de la mordida, apretó sus labios entre sus dientes. Intentando en vano callar ese desgarrador grito.

Mientras hacía eso, sintió como el vehículo se detenía.

A duras penas, con sus ojos hechos agua salada, vio la espalda de Miguel. Estaba temblando, quizá llorando también, peor no podía ver su cara.

El de tez morena bajo primero, antes de abrirle la puerta. Cargándolo entre sus brazos, ambos quedaron afuera.

Teniendo ese lúgubre ambiente a su alrededor.

Quedaba poco tiempo, pero a Miguel poco le importaba. Lo apego más a su cuerpo, tratando de darle confort. Trasmitiéndole su absoluto cariño y amor.

Si ese era su deseo, lo cumpliría.

─Me quedaré contigo...

Ante eso, Peter por fin rompió su corazón.

Era un tanto egoísta porque quería que se quedara con él.

Tenía miedo y el cuerpo de Miguel lo hacía sentir protegido. Su amor le era suficiente par a morir en paz.

─Te amo tanto. Te amo, Miguel. Te amo. –Repitió tanto como pudo y como su cansado cuerpo se lo permitía.

O'hara sintió el frío cuerpo de su pareja caer poco a poco. En su garganta se hizo un nudo y sus ojos ardían en lágrimas.

Su transformación ocurrió, lanzándose a atacarlo. Mordiéndolo duramente en su hombro.

─No me hagas a hacer esto solo, cariño... –pronuncio. Apuntando con su arma.

Preferiría morir junto a Peter, que morir solo algún día en el futuro.

Con una sonrisa, su dedo hizo presión.

Por las calles resonó el sonido de un disparo. Después otro.



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No mamen, quiero escribir historias bien rosas, pero solo me salen sad. Es un don, una maldición.

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