Colmillos alargados dignos de un animal, ojos rojos brillantes que ven a largas distancias,, habilidades más allá de las humanas y un gran físico que atraía a cualquiera.
Tomadores de sangre humana. Asesinos sin corazón, moral ni ética.
"Son bestias muertas en vida sin derecho a estar entre nosotros. Son pecadores creados de la maldad, Dios no los permite en nuestro camino. No deberían existir. ¡Deben morir esos monstruos sangrientos!" Fue uno de los muchos comentarios y sermones de sus hermanos católicos. Y de los muchos ciudadanos del pueblo.
De pequeño su curiosidad por esas supuestas bestias sedientas de sangre era inmensa, pero no confiaba en nadie para revelar esa información. Su fascinación era impensable, e insanas según las leyes de su Señor Dios. Porque esas bestias eran creaciones del señor de la oscuridad y muerte. Porque estaban muertos en vida sin sangre corriendo por sus podridas venas. Porque su corazón ya no latía como el de los humanos. Porque eran diferentes.
Y siguió aumentando cuando fue salvado por uno.
Aun lo recordaba. Había salido por yerbas medicinales a la pradera, y aunque no era de noche estaba oscureciendo con velocidad. Estaba tan concentrado que no se percató que un gran lobo hambriento estaba por atacarlo. De no ser porque hombre de gran volumen corporal y aspecto extranjero hubiera acabado herido en gravedad.
Lo había matado con sus garras en un rápido movimiento, dañando su frágil piel ante la poca luz que emanaba el sol. Estaba a la sombra de un árbol, sin atreverse acercarse más. Al estar llorando, preocupado por haber pasado algo así, él solo le lanzó a sus pies una pequeña daga con grandes detalles. Como modo de defensa.
Después desapareció de su vista entre los árboles. No lo pudo seguir con su mirada por las grandes habilidades que poseía diferentes al de las personas.
Diferentes... Peter nunca pensó que eran diferentes. Quizá un poco en el físico, pero nunca en su forma de ser. Quería seguir averiguando sobre aquel hombre.
A sus catorce años volvió a aquel lugar donde lo había salvado, aun con la extravagante daga entre sus ropajes. Sentándose en las raíces del árbol a su espera.
─Humano, no debes volver por estos lares. ─Él, un vampiro, dándole órdenes a un humano. ─Hay peligros de los cuales no serías capaz de salvarte. No es tu momento de morir.
─Tú eres él que debe irse. Muchos de los pueblerinos han dado avisos de que alguien merodea estas zonas. ─Él, un humano, contrarrestando a un vampiro. ─Aunque es extraño, ya que no hay muertes ni olor a sangre por las calles.
─No es de tu incumbencia, humano. ─Atinó a decir, antes de desaparecer nuevamente.
─Me llamó Peter Benjamín Parker.
Sabía que se había ido, pero según sabe tenían un gran oídio.
Solo por esa breve charla. Supo que era de fiar, no era como los de su especie. Eso dio a entender que las muertes para él eran innecesarias. La sangre no era una necesidad.
Rompía con todo lo dictado por sus hermanos católicos y superiores. No era acorde a los veredictos. No encajaba con los comentarios de sus vecinos. No. Él era diferente.
Al ser huérfano, no era necesario a quien decirle a donde iría. Por ello, comenzó su rutina de investigar sobre esa supuesta bestia amante de la sangre y caos.
Se levantaba temprano, hacía sus deberes y limpiaba el monasterio junto a otros huérfanos. Todo para irse en las tardes hacia aquella pradera.
Esperanzado de entablar una conversación con ese vampiro anormal a como suelen describirlo.
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• Feelings •
FanfictionOne-shots y Drabbles de esta hermosa pareja. ·•·•·•·•·•·•·•·•·•·•· ₪ Cada lectura es individual. ₪ Contiene Omegaverse y otros temas que trataré. ₪ Actualizaciones cada cierto tiempo. ₪ No pago terapia emocional si leen algo sad, banda. ₪ Disfruten...