Capítulo 2: Arañita, maldita araña

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Desperté en la enfermería, con un dolor intenso en el pecho y náuseas. Peter estaba ahí, durmiendo sobre mis piernas cubiertas con una cobija blanca.

—Peter, oye Peter.— Intenté despertarlo, pero solo balbuceaba mientras dormía, parecía haber amanecido, probablemente se quedó despierto hasta tarde.—¡Peter!

—¡Aquí estoy!— despertó asustado.—¡Despertaste! Pensé que te habías muerto.

—Peter, la mayoría de las personas no muere por una picadura de viuda negra, creo. Quiero vomitar.

—¡Ah sí! Dijeron que eso pasaría.— corrió a buscar una cubeta, y en cuanto me la pasó, comencé a expulsar todo lo que había en mi estómago. Peter sin importarle lo grotesco del momento, tocó mi cara solo para asegurarse de que sí tenía fiebre.

Corrió a llamar a alguien, y regresó acompañado de una enfermera.

—¿Cómo te sientes?—Preguntó mientras buscaba algo.

—Terrible.

—Te ves terrible.— continuó Peter.— Lo siento.— se apresuró a decir en cuanto la enfermera y yo lo miramos mal.

—¿Quieres que llamemos a tus padres?

—¡No!— dije de inmediato.

—¡Sí!— dijo a la vez Peter.— ¿Y si te mueres?

—Concuerdo con la señorita Gosthler, el médico anoche dijo que no era tan grave, los síntomas deberían desaparecer en 15 horas, y pasaste 12 dormida.— Puso un termómetro en mi boca.— Creo que estarás bien.

—Pero, pero se desmayó anoche.— dijo Peter.

—Parece que tienes una fobia muy grande a las arañas, tuviste mala suerte, pero ahora mismo están fumigando el campus, nos consideramos un área sin especies invasoras, pero descubriremos qué pasó.— Retiró el termómetro.— Aunque no lo creas, estás mejor que anoche. Cuando la fiebre haya desaparecido te enviaremos a tu habitación, por mientras, también la fumigarán.

Salió de nuevo.

—Estarás bien, creo, espero.

—Peter, no ayudas. ¿Me perdí las clases?

—Sí, de hecho yo también, pero es una falta justificada, no te preocupes por eso. Tenemos el día libre.

—En estos momentos quisiera tener un mes libre. Me duele todo. No quiero estar cerca del suelo nunca más.— Llevé ambas manos a mi cara, cubriéndome los ojos, de repente sentí la luz demasiado intensa.—¿Le dijiste a MJ y Ned que vinieran?

—¿Qué? No, claro que no, de hecho, no les conté nada, no me moví de aquí.

—Pues están viniendo.

—¿Cómo sabes eso?

—Los escucho hablar.— Levanté una mano y comencé una cuenta regresiva con mis cinco dedos hasta llegar a cero, y en ese momento entraron murmurando.

—Yo no escuché nada. ¿Me estoy volviendo sordo?

—¿Qué pasa? ¿Quién se vuelve sordo?— preguntó Ned saludando con la mano a todos en la enfermería. Se acercó a mí para dejar una bandeja de comida en la mesita velador al lado de la camilla.— Te traje el almuerzo, es jueves de tacos, no podías perdérselo.

—Mi mamá es de Colombia, no de México, no comemos tacos Ned, te lo dije cien veces, de todas maneras gracias. Es un lindo gesto.— intenté sentarme para comer, pero no se me apetecía comer nada aún.

—¿Y para mí?— preguntó algo desilusionado Peter, ya que MJ llevaba entre sus manos un lindo globo que decía "Recupérate pronto" con una rosa blanca.

Spider-Woman: Across Our Hearts ৷ Gwen StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora