Capítulo 21: Primera Misión (Segunda Parte)

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Casi podía ver colores de tanto que exigía mi atención.

¿Por qué ahora? ¿Los robos de bolsos no pueden esperar ni en domingo?

Algo así podría encargarse la policía o ese robot raro de la otra vez.

Al fin estaba a unos pasos de mi habitación. Mi cuerpo parecía estar harto de que ignorara la señal de irme. "Sentido arácnido", si claro, ni a las arañas las joden tanto.

Se sintió como un golpe en mi médula, podría jurar que fue como una persona golpeándome.

Otro golpe eléctrico hizo que tirara la cesta al suelo.

Puta madre. —dolió.

No podía abrir la puerta, sería más difícil zafarme de ellos si me veían.

Tomé la máscara de luchador y salí corriendo hasta la cancha trasera. Las pantuflas no me ayudaban. En cuanto me elevé para escapar de la Academia, una pantufla salió volando.

¿Ahora a dónde voy? Un momento, debo cubrir mi rostro.

Supongo que puedo realmente confiar ciegamente en mi instinto arácnido o lo que sea.

Llegué hasta Queens, me moví hasta que al fin vi algo extraño pasando. Gwen ¿Dónde estás? Ahora qué se supone que debo hacer...

Me acerqué más hasta donde finalmente pude ver con claridad qué pasaba. Las vías del High Line habían... ¿Explotado? Supongo que mi trabajo no es descubrir la mecánica de las vías. Ni siquiera sabía que las vías seguían este camino.

Las vías se habían desprendido del suelo, literalmente.

Ya dije que no soy experta en vías ferroviarias, pero ni siquiera parecen bien puestas, es como si las hubieran añadido hace poco tiempo.

Se escuchaban gritos.

Lo más extraño era que las vías seguían un nuevo camino, hasta el mar, sin salida.

¿Esto era la "despedida al High Line"?

Los gritos de nuevo.

Corrí hasta el tren. La mitad del tren ya estaba dentro del agua. Por favor que no haya nadie en esas cabinas.

—¡Auxilio!

El tren seguía resbalando hacia las profundidades.

En las últimas cabinas se escuchaba gente.

Madre mía.— dije para mí misma.

Corrí hasta las cabinas.

—¡Ayúdanos!— gritó un anciano desde adentro. En esa cabina solamente habían cinco personas, dos parejas de ancianos y el conductor del tren.

—¿Había alguien más en el tren?

El conductor negó con la cabeza, pero casi ni me miró, estaba muerto de miedo.

—¡Llama a los bomberos o haz algo, niña!— gritó otra anciana.

La ignoré porque en primer lugar, en cuanto lleguen los bomberos, ellos ya estarían bajo el agua. Intenté abrir las puertas de los vagones, pero estaban atoradas, o cerradas con seguro. Las ventanas no podían abrirse, tenían un seguro que solo permitían abrirlas hasta cierto punto.

Los vagones estaban volteados, seguramente fue un accidente fatal, las vías además de estar sospechosamente dirigidas al fondo del mar, habían salido del suelo, lo que seguramente volteó a todo el tren.

—¿No crees que ya intentamos eso?

Qué malhumorados.

—Voy a... cortar la conexión entre vagones.

Spider-Woman: Across Our Hearts ৷ Gwen StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora