Spider-Woman: Across Our Hearts ৷ Gwen Stacy

Capítulo 32: Ella se preparó cantó Ozuna alguna vez

—¡Lo siento! Te veías pensativa y no sabía si... Lo siento.

—¿Puedes usar la puerta? Y tocar antes de pasar. De preferencia. ¡Ah! Y no usar mi baño para tus portales.

—¡Lo siento también por eso! Por cierto... —sacó con miedo mi bloqueador solar y me lo entregó. — Pero gracias por no lanzar algo más grande o pesado porque me llegó directo a la nariz.

—Oh, bueno gracias. De todas formas, lo cerraste a tiempo porque mi plancha de cabello no llegó a pasar tu portal. —lo tomé para apoyarlo sobre mi escritorio.

Gwen comenzó a pasearse por la habitación.

—Todavía no estás lista. —giró a verme una vez más.

—Sí bueno, se supone que debía maquillar a Peter, no quería manchar el traje con sombra de ojos o algo parecido. De todos modos al final no hice nada.

—¿Peter? Ah, claro, "Bonnie". — marcó las comillas con sus dedos. —Por cierto ¿tienes lo que compramos? Quiero cambiarme.

—Puedes revisar en el clóset, creo que lo metí ahí. —señalé al mueble de madera.

Lo encontró todo aún dentro de las mismas bolsas en las que nos lo dieron. Cuando regresé a mi habitación en la madrugada estaba muy cansada como para siquiera pensar en colgar todo.

—¿Se arrugó mucho? —pregunté.

—¿Aquí metiste el traje? Lyla dice que no es antiarrugas.

—¡Oh! —realmente no recordaba que había hecho eso, pero supongo que sí. —Tenía que ocultarlo para que nadie lo viera cuando llegué.

—Bueno, tendrás que encontrar un lugar para esconderlo de Peter también.

Tenía razón.

—Dame un segundo, voy a cambiarme. —tomó todas las bolsas y se metió al baño.

Mientras ella hace eso, yo debo buscar la manera de deshacerme de esta cara de muerta que tengo. Parece que fuera adicta a cinco ácidos diferentes y que me acabo de divorciar por quinta vez. Tal parece que la que necesita maquillaje para la fiesta soy yo. También un poco de música no me vendría nada mal.

Conecté mi teléfono con el reproductor de música de Peter antes de comenzar a hacer algo con mi cara.

Viéndome en pequeño espejo en frente casi puedo decir que me parezco un zombie. Si mi disfraz fuera otro tal vez esta cara me ayudaría y me evitaría todo el trabajo de maquillarme. Tal vez debería ser un Hombre de Negro zombie.

(...)

No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado mientras me arreglaba, pero tengo el presentimiento de que ha pasado bastante. Mi teléfono está muy lejos como para revisar la hora, y odio usar relojes así que debo pararme sí o sí para revisar la hora.

Tal vez eran poco más de las tres de la tarde cuando llegó Gwen. Y ahora son las...

Cuatro y media.

¿¡Cuatro y media!?

¿Qué está haciendo Gwen que hizo que tardara tanto cambiándose?

Supongo que no fue totalmente consciente de la hora. No tengo la más mínima idea de si su reloj abre portales también sabe qué hora es aquí.

—¿Gwen? —me acerqué al baño a tocar la puerta. —¿Sigues viva?

—¡Salgo en un minuto! —gritó desde el interior del baño. —Ten más cuidado, no vayas a romper nada. —murmuró. Podría estar hablando consigo misma. ¿No?