Capítulo 16: Fisk

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Casi un mes antes...

—¡Señor! ¡Señor!— la doctora Octavius irrumpió en la oficina del señor Fisk.

Cuando abrió la puerta de un golpe, se dió cuenta de que ahí no estaba él, en su lugar estaba su secretaria, organizando unos papeles en su escritorio y organizando el lugar.

—El señor se fue a casa, su hijo ha empeorado.— informó la secretaria.

Olivia sin decir nada más, volvió a azotar la puerta, saliendo de ahí. Corrió hasta salir por completo de las instalaciones de Alchemax, con una tableta digital en su mano.

Un par de horas después se encontraba vestida sin su bata científica, en el portón de la mansión Fisk. Se encontraba tocando el timbre.

La gran seguridad injustificada del hombre, después de revisar sus datos una y otra vez, la dejaron pasar. Llevaba un ramo de globos con dulces en él, que tenía un mensaje de "Recupérate pronto" escrito con letras de vinilo dorado.

—Señor...— musitó en el momento en el que vió el estado del hijo de Fisk. Su esposa recibió el racimo de globos, agradeciéndole el gesto en silencio.

—No está mejorando Olivia, me atrevo a decir que está empeorando.— el hombre sujetaba la mano de su hijo.

En ese mismo instante su hijo sufrió otro ataque "epiléptico", su cuerpo sufría choques eléctricos en todo su cuerpo, que eran muy dolorosos, era casi despartición de su propio cuerpo. Se fragmentaba en pedazos por segundos, y luego regresaba a la normalidad.

Olvia había sugerido la idea de que ese no era su hijo realmente, pero Fisk amenazó con despedirla si volvía a mencionar eso. Claro que era su hijo, lucía como su hijo, se vestía como él, hablaba como él. Solo pasó algo en el momento en el que el colisionador del otro universo regresó todo a su orden natural, algo que afectó a su hijo. Sin embargo, a Olivia le hubiera encantado poder investigar más, Fisk le prohibió cualquier experimentación en su hijo.

—Necesitamos la cura. Esa araña es todo lo que necesitamos. Necesito encontrarla. Sé que eso lo salvará.

—La doctora Olivia seguramente viene aquí con buenas noticias ¿cierto? ¿Ya la encontraron verdad?— la señora Fisk estaba muy preocupada.

—Señor... yo... no traigo buenas noticias.

Luego de proyectar los videos y noticias en la televisión de la habitación, Fisk salió hecho furia del lugar. Maldiciendo a los cuatro vientos, sin importarle si su hijo o su esposa lo escucharan.

La doctora Olivia lo persiguió.

—Señor, cálmese por favor. Sólo debemos encontrarla, anoche me adelanté un poco en cuanto la gente comenzó a subir videos e imágenes de la mujer. Mandé uno de nuestros proyectos beta. Para comprobarlo, deseaba obtener huellas digitales, sangre o algo que pudiera revelarnos su identidad, lastimosamente, no conseguí nada de eso, pero pude comprobar todo lo que teníamos. Es fuerte, es ágil, todo funciona tal y como lo soñamos señor.— A Olivia poco le importaba el hijo de Fisk, ella estaba ahí por la ciencia, su experimento había sido un éxito.— Si la encontramos, extraemos su sangre y con un poco de mi ayuda, podríamos crear un suero para su hijo.

—¿Cuánto necesitamos?

—Bueno señor, siempre hay un margen de error, necesitaría experimentar un poco para conseguir lo que quiero... —pausó un segundo.— y otras cosas que podría investigar.— murmuró para sí misma.— Tres o cuatro litros serán más que suficientes.

—Eso la mataría.

Se escuchó algo caer afuera, en el patio continuo al pasillo donde estaban.

Ellos no pudieron ver a la chica rubia que salió corriendo.

—Bueno señor, es una desconocida que le quitó la cura a su hijo o bueno... la vida de su hijo.

—¿Cómo planeas conseguirla?

—Si funciona como lo planeamos... Se sentirá una heroína, el peligro atrae a los héroes, un fatal accidente es lo único que necesitamos. Para eso necesito tiempo, bastante tiempo...— Fisk la miró amenazante frente a esas palabras.— ¡No se preocupe tengo lo necesario para ayudar a su hijo!— dijo de inmediato y de manera apresurada. Sacó un suero de su bolso.— Debe inyectar eso en su brazo, dos veces al día, aminoraría el dolor, y si mis cálculos no me fallan, ralentizaría el tiempo entre glitches, o mejor dicho, entre convulsiones. Deme tiempo, mejoraré nuestro prototipo y conseguiré lo que necesitamos.

Así pasaron las semanas. Día tras día, era más doloroso, nada parecía ayudarlo, y cada vez estaba más débil.

Días antes de la actualidad.

—¡Octavius!— Fisk entró furioso en el área química de Alchemax.

—¡Señor!— la mujer dejó de hacer lo que estaba haciendo.

—¡Esta porquería no sirvió! ¡Está muerto! — se acercó y la tomó del cuello de la bata, levantándola del suelo por su fuerza.— Y desapareció, en mis brazos. ¡Quiero una explicación!

El hombre en ese momento estaba completamente dispuesto a matarla, solo faltaría un golpe de sus enormes manos para acabar con su vida. Quería sangre.

—¡Señor! Le advertí que eso pasaría. ¡Ese niño no era su hijo!

—¡Entonces trae a mi hijo de vuelta!

—Señor... si el niño murió aquí, su hijo debió pasar por lo mismo, tal vez murió antes... yo ayudé tanto como pude a que su cuerpo resistiera estar en este universo.

Eso lo destruyó más.

Al día siguiente realizaron el entierro de un cuerpo inexistente.

Su mujer había sido recetada por Olivia, pastillas que la mantendrían tan calmada que no podría reaccionar a ningún estímulo, eran muchas, pero funcionarían para mantenerla calmada, sobre todo porque horas antes del entierro había intentado terminar con su vida.

El hombre no quería más experimentos con el espécimen, quería venganza. Estaba sediento de ella, necesitaba deshacerse de la chica que se había quedado con la única salvación de su hijo.

El hombre aún así intentaba demostrar que había tomado su duelo de la manera más calmada posible.

Su esposa era quien no colaboraba, aún más sedienta de venganza, deseaba ver morir a la dueña del veneno de la araña.

Por eso enloqueció en cuanto vió a una chica encapuchada, con poderes de araña, escapar en su cara.

Sin embargo eso disipó sus dudas de la joven a la que seguía, una estudiante de la Academia donde su esposo trabajaba, un lugar potencialmente sospechoso donde la araña podría haber terminado. Había pasado horas viendo el comportamiento de todos los estudiantes que asistieron, y a otros los había investigado horas antes. Es así que la última en su lista era una estudiante de artes de nuevo ingreso, sin nada interesante que ofrecer al mundo. Más allá de su contextura media, altura cercana a metro con setenta, solamente por su físico podría ser algo relevante para el caso de su hijo.

La siguió en cuanto notó un comportamiento sospechoso.

Todas sus dudas desaparecieron luego de lo ocurrido, sin embargo otras crecieron, respecto a su conocimiento sobre la identidad secreta de la chica que escapó.

Todo eso despertó una intriga enorme hacia la chica, que además, era hija de la nueva mano derecha de su esposo.

Spider-Woman: Across Our Hearts ৷ Gwen StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora