Capítulo 9: Libertad y Decisiones

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Peter me había obligado a comer mejor los últimos tres días desde nuestra charla. "¿Cómo piensas bailar sin romperte si no comes?" Me lo repetía a diario.

Me sentía mejor, más fuerte al menos.

—Oye Peter, no quiero acusaciones con nadie, vuelvo luego.— saqué mis audífonos de uno de mis cajones y caminé hasta afuera de mi habitación.

—¿Tienes algún romance secreto?

—¿Qué?

—Sales de vez en cuando en las noches... y bueno. Ahora que lo pienso, todo comenzó desde esa chica que trajiste.

Mis impulsos de callarlo con una telaraña estaban ahí, sería tan rápido hacerlo, pero mejor saqué los auriculares de su estuche de carga y me los puse.

—No te escucho.— grité, aún sin música.

—Qué graciosa eres. Hablando en serio ¿a dónde vas?

—Voy a trotar por ahí, ¿no que querías que esté fuerte?— Abrí la puerta.

—Creí que no me escuchabas.— se burló de mí.

—¿Qué? Lo siento no te oigo.— azoté la puerta y salí corriendo.

Una vez en el campus me propuse buscar uno de los bloques de edificios que estuvieran con las luces apagadas, eran alrededor de las nueve de la noche, normalmente a estas horas deberían apagar las luces todos por órdenes de dirección, pero como no era algo que controlen, muchos no lo hacían, por eso era difícil pasar por las ventanas sin ser vista.

Si Gwen estuviera aquí probablemente hubiera salido por la misma ventana de mi habitación, sin ser vista por nadie, así haya sido a plena luz del día, parecía que todo le salía perfecto, yo nunca correría con la misma suerte. Es más, era la primera vez que intentaría hacer esto sola, en mi mente solo rogaba no chocar contra la ventana de nadie. Con salir en una pieza de aquí me conformaba.

Guardé de nuevo los audífonos en su estuche, tenía miedo de perder alguno mientras saltaba de pared en pared. No quise recoger mi cabello para evitar tener la cara completamente al descubierto, no tenía una máscara ni nada parecido, así que era lo que me quedaba.

Respiré hondo un par de veces antes de disparar la primera red a uno de los tejados. Una vez enganchada, tenía que moverme lo más rápido posible para no ser vista, es así que entre tambaleos y nerviosismo llegué hasta New York, siguiendo el mismo camino que Gwen tomaba. El problema era ¿cómo llego hasta el piso desde aquí? Necesitaba un edificio comercial, unas ventanas abiertas y podría entrar. Lo encontré justo frente a mí, una sola ventana abierta, era perfecta, si entraba lo suficientemente despacio, podría evitar problemas y acusaciones de intento de asalto. Una red hasta esa ventana bastó.

No había mejor ciudad para disfrutar libremente de estos nuevos "poderes", todos los edificios lo hacían tan fácil, nadie desde abajo prestaba atención a esta altura a la que me encontraba.

Ya me encontraba colgando de esa pared, entré con cuidado por la ventana, resultó ser una tienda de ropa, se veía una de esas tiendas costosas, y lo era, en el momento en el que vi una de las etiquetas de un bolso pequeño, no podía creer el monto, las mujeres y varones estaban muy bien vestidos, y yo estaba en pants y ropa holgada para ejercitarme, me sentí avergonzada de pronto. Aunque a nadie parecía importarle, parecía que no me veían, o preferían no hacerlo.

Salí con cuidado de llamar demasiado la atención, estuvo sencillo.

Llegué hasta el ascensor y luego de esperar en un silencio incómodo con otras cuatro personas por casi diez minutos, finalmente pude subirme, fueron casi cinco minutos ahí dentro bajando todos esos pisos, otro silencio incómodo.

Spider-Woman: Across Our Hearts ৷ Gwen StacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora