Spider-Woman: Across Our Hearts ৷ Gwen Stacy

Capítulo 43: Love, Pain & Death

Peter no parecía tan sorprendido de la noticia como yo lo habría estado si conociera a Fisk de la manera que lo hace.

Ni siquiera me respondió, giró la computadora hasta que pude ver la pantalla. La noticia estaba por todos lados. En el noticiero nacional, en páginas de chismes; la noticia se había adueñado de todo internet. Para bien o para mal. Aunque las teorías de la gente ya habían hecho acto de presencia, había algo que todo el mundo repetía: "ahora está junto a su hijo".

Fisk había periodo a su familia en un corto tiempo, primero a su hijo, y ahora a su esposa. El hombre debía de estar destrozado, y ser la cara de Alchemax no ayudaba a lidiar con su dolor. Tenía a los medios sobre él. A la gente no parecía importarle en lo más mínimo lo que le estaba pasando, habían reporteros afuera de su casa, luchando por intentar hablar con él. Mientras la policía y varios forenses salían de su casa.

Todo pasando en vivo desde otro noticiero que filmaba el lugar desde el cielo.

Cerré de golpe la computadora, porque me sentaba mal ser otra morbosa más que veía todo desde internet.

Faltó al desfile de Halloween de la cafetería por problemas personales. ¿Acaso detuvo a su esposa la primera vez? También ese día me aseguró que sería chaperón de la fiesta, y anoche no se presentó...

—¿Cuando te enteraste?

—Hace un rato. —respondió Peter. — Acabo de despertar. No quiero hablar de esto ahora. — Pasó las manos por su cara y luego sacudió la cabeza.

—Sí, lo entiendo. — me levanté de su cama, fui al baño a mojarme un poco la cara. Al menos aunque le di la noticia, no traje noticias malas que él no supiera ya.

—No creas que con esto se me olvida.

Ni siquiera me dió tiempo de secarme las gotas de agua fría que goteaban por mi cara.

—¿Ah? —saqué la cabeza por la puerta.

—Que no dormiste aquí.

Solté un bufido mezclado con una risa falsa.

—No tengo idea de lo que dices.

—No soy tonto, Tara. La cama está tendida. —Inmediatamente él y yo miramos a mi cama. Tiene un punto. Iba a justificarme y decir que la tendí temprano pero... —Nunca tiendes la cama en las mañanas.

Aunque me regañaba, tenía una tonta risa en la cara.

—¿A qué hora regresaste de la fiesta? — me oculté en el baño de nuevo para secarme la cara. Él tenía una cara de estar cansado, lo cual me hizo pensar que seguramente había regresado tarde, mucho más tarde de lo que terminaba la fiesta.

—No me cambies el tema. ¿Te quedaste a dormir con ella?

Me atoré con mi propia saliva.

—¿En su habitación? —continuó preguntando.

Ah claro. Se supone que estudia aquí. Debería ir anotando las mentiras que voy diciendo.

—Yo... bueno...

—¿Te escapaste con ella? ¿A dónde fueron luego de la fiesta? Tengo tantas preguntas.

Caminé hasta quedar sentada al borde de mi cama. Era el momento. ¿No?

—Anoche... Bueno, yo... —Tomé una bocanada de aire antes de seguir. No había tenido tiempo de ordenar mis ideas. Pensé que esta conversación llegaría más tarde. —Peter, yo creo que... Me gusta Gwen.

—Eso también lo sabía.

—¿Ah?

—No importa. Quiero que me lo cuentes todo.