El Huésped y el Forastero

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Introducción: Hola, holaa. Tercer capítulo del día!! Creo que hoy lo dejaré hasta aquí, espero que les guste mucho. Cómo ven, si es que ya habían leído el libro en su primera versión, estas últimas partes no han sido tan cambiadas cómo otros capítulos. Lo que sí, todos mantienen su esencia original. Bueeno, los dejo con la lectura. Con cariño.

Delfy.

Capítulo 37

El Huésped y el Forastero

Christian se acercó al verme.

-. Chris, hola. - Lo saludé cordialmente, él me devolvió el saludo.

Chris era el novio de Marina, quien no era un completo extraño. Pero nuestra interacciones, hasta el momento, habían sido pocas y superficiales. Aunque siempre había sido educado y amable, nunca habíamos tenido grandes conversaciones, manteniendo un distancia entre nosotros.

Por lo que pese a no ser un desconocido, la desconfianza seguía en mí al verme sola con él.

-. Hey, lamento aparecer así. ¿No estabas en casa, no? - Preguntó, su tono era amable pero noté una ligera inquietud en su mirada.

Negué.

-. Estaba en casa de unos amigos. De hecho, acabo de llegar. ¿Ocurrió algo? - Inquerí, preocupada.

-. Todo en orden. ¿Pero tendrías un momento? Digamos que necesito de tu ayuda. - Respondió, su tono serio me hizo sentir curiosa y un poco alerta.

Lo miré extrañada, pero acepté, aunque no muy confiada.

-. Esta bien, ¿Quieres entrar o prefieres que nos quedemos fuera? - Pregunté dudosa, la buena anfitriona que había instruido mi madre saliendo a la luz.

-. ¿Entramos? Es otoño y el ambiente se enfría más de noche. - Dijo calmado.

-. Claro. - Asentí, abriendo la puerta y dejándolo entrar. Chris echó un vistazo alrededor y luego tomó asiento en uno de los sillones del salón.

-. ¿Quieres algo de tomar? No sé cuánto tiempo estuviste allá afuera. - Dije divertida, tratando de aligerar el ambiente.

Él negó con una sonrisa e indicó el asiento de enfrente para que me sentara.

-. No te preocupes por mi, será rápido lo juro, no quisiera molestar a tus padres. - Dijo.

-. Esta bien, pero no hay problema. Mi madre está de viaje. - Respondí para que no se sintiera como un intruso.

-. Oh, ¿En donde? - Me miró con curiosidad.

-. Mmm, no muy lejos. Solo otro estado. Es por trabajo. - Me apresuré a responder, sintiéndome un poco incómoda con la dirección que tomaba la conversación.

-. ¿Entonces te quedas a menudo sola? - Cuestionó, su precaución evidente.

Una alarma interior se prendió, incomodándome un poco con su cuestionario, pero la apagué mentalmente.

Paranoica.

-. Algo así. La suerte que tenemos algunos, supongo. ¿Pero sobre qué querías hablarme? - El suspenso no iba conmigo.

-. Lo lamento, me desvíe. Como sabes, el cumpleaños de Marina es en tres días, y no tengo idea de qué regalarle. Así que pensé que tú, su mejor amiga, podrías ayudarme. - Explicó.

Me pareció tan tierno de su parte; Marina tenía un novio increíble.

-. Con gusto lo haré. Viniste al lugar correcto. De hecho, Marina y yo hicimos nuestras listas de deseos. Las tengo en el escritorio, ahora vuelvo. - Sali corriendo hacia mi habitación sin esperar su respuesta.

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