Entre Verdades y Mentiras

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Introducción: Holaa!! Estoy aquí, una noche más en la que edito otro capítulo. Siento que esto empieza a ir sobre ruedas, de manera que ya terminé de editar la parte que consideraba la más "caótica". ¡¡Espero les guste!! Sufrirán, un poquitín, lo lamentoo. Con cariño:

Delfy.

Capítulo 34

Entre Verdades y Mentiras

Drave

Christian era una molestia total.

Me sentía fatal por haber evitado a Victoria, aunque intenté hacerlo de la manera más sutil posible. Recordar el dolor en su rostro, me carcomía por dentro. Cada vez que sus ojos se nublaban de confusión una parte de mí se desmoronaba. Pero sabía que era lo mejor. Debía mantenerla a salvo, pero sabía que eso podría significar romper un par de corazones en el proceso.

Es por su bien.

Pero habían personas que no podía mantener alejadas por más que quisiese. Como Chris, quien siempre lograba entrar por cualquier grieta existente, cómo una rata. Era cómo el recordatorio de que mi mundo y el de Victoria Collins eran incompatibles.

-. Vamos Adams, deja de jugar al héroe y acepta la oferta.- Siguió presionando.

Estaba muy empeñado con que me uniera a su bando, lo cual sembraba sospechas en mi.

Había considerado infiltrarme para obtener información desde dentro. Ya lo había discutido con Megan y los chicos, pero cada vez que lo hacía, objetaban que era algo arriesgado. Y tenían razón, además, no era tan idiota para jugar con ese tipo de fuego, podría costarme la vida.

-. Sabes la respuesta, no me interesa el juego sucio Evanson. - Lo rechacé por milésima vez.

Chris soltó una carcajada maníaca, no me extrañaría que estuviera drogado en ese momento.

Christian Evanson no rogaba, o al menos no en un estado sobrio.

-. ¿Tu chica sabe a lo que te dedicas Drave? - Me provocó con su tono venenoso.

Estaba a punto de colgarle, pero él siguió hablando sin detenerse.

-. La mierda que hacen ustedes y la policía no es tan distinta a lo que hacemos nosotros. No creo que sea algo de lo que estés orgulloso.

El idiota no tenía idea de lo que estaba hablando.

-. No sabes lo que dices imbécil. Hablemos cuando no estés drogado hasta la médula. -Dije, sintiéndome cada vez más aburrido de su estupidez.

-. Se lo diré Adams. ¿Es que no lo sabe? Sabía que era tu peón para ir tras Marina, pero veo que va más allá de eso. - Dijo con una carcajada.

Sentí cómo la furia se apoderaba de mí, deseando poder estrellar el teléfono contra la pared.

-. No te atrevas a amenazarme. Ella no te creería. Nunca me interesaría por alguien como Victoria. - Mentí con firmeza, y escuché su resoplido en la línea.

-. Que te jodan. - Fue su último comentario antes de colgar.

Idiota.

De repente, oí un sonido proveniente de mi puerta; alguien estaba en mi habitación.


Cuando la miré, Victoria estaba parada en el umbral, inmóvil y con una expresión que no lograba descifrar. Mi corazón se aceleró,  ¿Cuánto había oído?

Abrí la boca para decir algo, pero ella me interrumpió antes de que pudiera empezar.

-. ¿Qué fue eso Drave? - Preguntó Victoria, su mirada era una mezcla de serenidad y tensión.

La apuesta de tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora