Respiró hondo contando hasta tres.
Su mirada se fue hacia el reloj que colgaba en la sala y gruñó con frustración, ¿En qué momento se le había hecho tan tarde? Claro, si no fuese discutido con el dueño del departamento ya estaría en camino hacia su trabajo, y no a medio vestir tratando de calmarse.
Lo odiaba.
JiMin odiaba a ese señor, nunca le había guardado rencor a alguien por cosas sin sentido, esa pelea fue una estupidez que se salió de control por su señora esposa que se enojó por su llamada. A JiMin no le gustaba la pelea, era el típico chico que evade las cosas y que no le gusta discutir con sus vecinos ni con cualquier otra persona, era alguien pacífico pero si lo buscaban lo iban a encontrar.
— Ya llegué.
Hablaron desde atrás. JiMin giró sobre sus talones encontrándose con su hermana menor. La miró por un par de segundos que se volvieron eternos para la joven chica que lo miraba extrañado, buscando una respuesta a su disgusto.
— ¿Todo bien? — le había preguntado al ver que su hermano no se inmutó por esos minutos. — JiMin.
Su cuerpo pareció reaccionar ante el toque de su hermana. se echó a reír sacudiendo su cabeza, haciendo un amago con su mano.
— Bel, estás aquí, ¿Te fue bien en la escuela? — Cuestionó saliendo de un todo de esa burbuja de pensamientos. Su mirada se posó sobre ella y le sonrió con cariño. — Ya dejé todo listo, tú encárgate de calentar la comida, me tengo que ir, voy tarde.
— Si, ¿No te vas a bañar? — Abel lo siguió con su mirada, caminando detrás de su hermano con sus brazos cruzados en su pecho. — La vecina de alado me dijo que discutiste con el señor Shin, ¿Todo en orden?
— Estamos sin agua —, dijo con sus dientes apretados. JiMin agarró su bolso metiendo lo que se pondría para el show de hoy. — Lo llamé para que solucionara el problema y me contestó su esposa, me insultó.
Comenzó contando, recordando ese amargo momento que pasó con la señora Shin por teléfono, JiMin quiso guardar la calma, quizá se había equivocado y pensó que era la vecina del departamento de abajo quien la llamaba para ponerle quejas de los residentes de arriba, como siempre lo hacía desde que se mudó. Pero explotó cuando el dueño del departamento llegó y tambien le dijo de cosas, el enojo plasmado en su rostro mientras le recalcaba que no cuidaban las cosas iban hacer que JiMin cometiera un suicidio.
— Si él es el dueño es lógico que uno lo tiene que llamar, es su casa. — Abel habló sintiéndose desconcertada. — ¿Qué te dijo la señora Shin?
Su nariz se arrugó y un suspiro cansado salió de sus labios, JiMin se estaba aburriendo de vivir en ese departamento donde nada servía, la luz se les iba, cuando llueve se les mete el agua, el agua no llega si no se pone una máquina que hace que suba, no se atrevía a dejarlo porque era barato a comparación de otros que había visto, pero la idea de reconsiderar el mudarse le estaba respirando detrás de la oreja.
— Si yo quiero me lo culeo así de sencillo para que ahora si hable de que yo ando detrás de su marido, porque bien enamorador que si es el señor Shin —. Escupió con exasperación, cerrando el bolso con enojo. Negó pasando su mano por su rostro soltando por lo bajo un suspiro. Se echó a reír queriendo verle lo divertido a la situación y no enojarse nuevamente, menos descargar la ira con su hermana. — Me voy, el Uber me está esperando.
Su hermana asintió con lentitud, quería decir algo al respecto y más por la confesión de quererse coger al dueño del departamento, le creía hasta con los ojos cerrados, JiMin era capaz de endulzar le el oído al viejo para llevarlo a la cama y tener sexo con él solo para molestar a la señora Shin, no le importaba si le decían de cosas en la calle, le gustaba dar de que hablar a las personas.
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𝐖𝐞𝐛
FanfictionLa necesidad lo llevó a trabajar como modelo Webcam, pero la lujuria lo llevó a enredarse con el mafioso más poderoso y despiadado. JiMin no tenía ni idea en lo que se había metido, lo único que sabía era que su vida pasó de ser aburrida a una fantá...