CAPÍTULO 5

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Suspiró escuchando atentamente a su vecina, la mañana había llegado más rápido de lo que imaginó, y, como todos los días, JiMin se encontraba hablando con Momo en el balcón, su vecina japonesa que se mudó a Corea hace cuatro años con sus dos hijos, uno de 17 y otro de 10 años. No sabe mucho de ella, siempre que hablan no suelen hacerlo de sus vidas privadas sino de la vida de los chismosos de sus vecinos. Es una mujer muy agradable, risueña y llena de sueños, buscando siempre darle lo mejor a sus hijos.

Momo se mudó hace unos meses atrás, cuando estuvo de vacaciones con Taehyung a Jeju, llegaron a entablar una conversación por primera vez luego de una discusión con su vecina la del departamento de abajo, se llevaron muy bien, desde ahí nació una amistad, no como las otras amigas de Momo que vivían al frente.

JiMin sabía que eran amigos sin la necesidad de hablar y salir todos los días.

— ... Es horrible, la vida de los presos y las cárceles son muy distintas a lo que uno vé en las telenovelas o noticias — contó con una mueca, viendo cómo las ramas de los árboles se movían — ¿Sabes qué es lo peor? — JiMin negó poniendo sus manos en el barandal. Momo se giró hacia él y contestó —: Que las mujeres que van a ver al novio, papá, hermano o cualquier otro familiar se humillan.

—¿Y qué hacen para humillarse? — Preguntó su madre, sacándole las palabras de su boca. — ¿Suficiente no tienen con tener a un familiar en la cárcel?

— Se meten no solo droga en la vagina, sino también celulares — respondió con asco, sientiendo como un frío recorrió su cuerpo al recordar ese desagradable momento que vivió —. El domingo que yo fuí a visitar al papá de mis hijos habían dos señoras, las dos iban a ver a sus respectivas parejas o eso creo yo, ya que tenían permitido ir a una visita conyugal — comenzó contando —, una de ellas se puso muy nerviosa y se dieron cuenta que llevaba algo, ¿En donde? No sé sabía, yo ni tenía la puta idea que se podía meter objetos por la vagina aparte del pene.

— ¿Y un celular si cabe por ahí? Digo, es grande y...

— Mamá, si sale un bebé que es el doble de grande que un celular es obvio que si, cabe todo lo que tú le quieras meter, hasta tres penes y súmale un consolador, cuatro cositas aden... ¡Mamá! — se quejó sobándose el brazo, la señora Park le lanzó una mirada que le crispó los pelos a JiMin del miedo. — Es un decir, no lo digo como si yo lo hubiera practicado o algo así.

Dijo mordiendose la lengua, JiMin nunca le ha ocultado algo a su madre, solo de que se llegó a acostarse con hombres a cambio de dinero cuando ella enfermó, no le avergonzaba lo que hacía, incluso disfrutó de esos dos segundos que le daban esos hombres en el pasado, amaba tener sexo, y lo veía así, disfrutando su sexualidad al máximo, por eso nunca se complicó la vida, sabía hacer sus cosas y no se comparaba con las otras personas que vendían su cuerpo por necesidad, él también lo hacía por la misma razón, pero lo disfrutaba y no lo hacía con cualquiera, tenía gustos, y entre ellos no entraba la gente con una belleza peculiar e inferior a la de él.

Aunque claro, JiMin hubiera preferido hacerlo porque quería y no porque necesitaba dinero para darle de comer a su hermana y pagar los tratamientos de su madre.

Por eso, cuando Seokjin le ofreció trabajo, aceptó y la primera en saberlo fue su madre, le contó de que era y que tenía que hacer, desde allí, siempre le cuenta a su mamá como le iba.

Momo se echó a reír, contagiando a JiMin y a su madre en el proceso.

— ¿Y como le sacan eso de ahí a dentro? — Esta vez cuestionó JiMin, sintiéndose curioso por saber más.

— Es obvio que el guardia no le va a meter la mano ahí, está prohibido, lo que si hacen es presionarla para que lo hagan, deja y te muestro —, Momo se puso detrás de JiMin, colocó sus manos en sus hombros y su rodilla en su espalda baja e hizo presión hacia abajo, llevándose el cuerpo de JiMin — al ellos hacer esto, tu reacción es pujar para no dejarte ir, casi igual cuando uno va a dar a luz, tú pujas y sale el bebé.

𝐖𝐞𝐛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora