CAPÍTULO 16

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Gimió escondiendo su rostro en su hombro cuando dejó caer su cadera, encajandose el pene de Yoongi en sus entrañas, tan profundo y rico que tocó su próstata haciéndolo ver puntitos a su alrededor. Yoongi lo acompañó, abriendo sus nalgas para apreciar como ese agujero se tragaba su duro pene y la manera tan deliciosa que lo apretaba con sus paredes.

JiMin era una locura y Yoongi estaba perdido por él, podía sentir como su pene palpitaba dentro suyo, ahogándose por no tener una respiradera, lo llenaba todo, ocupaba cada espacio, cada centímetro de su recto, llegando a cada rincón y amando como se sentía, calentito muy a pesar de que traía condón.

— Oh~ — jadeó poniendo sus manos en la cama, tomando largas inhalaciones, se había quedado sin aire con ese salto y sentía como su cabeza daba vueltas, se había corrido minutos atrás por el éxtasis que sintió cuando Yoongi lo masturbó — Yoon~

Gimió su nombre acomodándose de nueva cuenta entre sus piernas, a continuación; subió y bajó despacio un par de veces para luego hacer los movimientos constantes pero pausados.

¡Santo cielos! Esa vista era tan maravillosa, era como estar en el jodido paraíso, JiMin dándole la espalda, con su culo bien levantando y con su hermosa figura de corazón por lo gordo que era su trasero.

Fue la puta gloria para Yoongi que no se resistió y lo nalgueó con su mano bien abierta dejándole sus cinco dedos pintados. El respingo de JiMin lo enloqueció y esa apretada tan rica lo hizo perder la poca razón que tenía. Los movimientos de JiMin eran tan brutales para él, lo volvía loquito la manera en como se movía, rebotando sus nalgas y succionando su pene, queriéndose llevar consigo todo de él, hasta el preservativo.

¡Por todas las malditas perras que ha matado! Yoongi iba a perder la cordura si él seguía moviéndose así de delicioso.

— Lo estás haciendo tan bien, cariño — halagó embelesado, hipnotizado por como su pene se incrustaba en su interior. — Eres tan sexy,

Bendita había sido la hora en que JiMin decidió hacer la posición de vaquero invertido, su culo en el ángulo que estaba era tan hermoso, no se cansaba de verlo, de manosearlo, de nalguearlo se volvió vicio golpearlo y ver cómo le rebotaban.

JiMin era su mejor droga, y él se volvió un adicto, un drogadicto porque no podía dejar de probarlo a cualquier hora del día.

Meneó su cadera en círculos, soltando gemidos bajos, sus dedos apretaban fuertemente las sábanas de la cama, JiMin no lo iba a negar, era la puta gloria, él tenía el control, y, aunque le gustara rápido y con rudeza, en esos momentos se sentía en otro mundo moviendo sus caderas con lentitud, en un vaivén. Podía sentir esa palpitación en sus paredes, esa dureza paseándose por sus entrañas, apropiándose de cada  parte de su interior.

Amaba eso, amaba como se sentía dentro suyo, amaba cuando lo hacían sin condón, amaba cuando su culo terminaba empapado y su semen escurriéndose por sus piernas, amaba como Yoongi se lo cogía.

— Como me encantas — confesó sediento por correrse, la parte baja de su estómago se comprimió y un fuerte espamo lo hizo gemir. — JiMin — lo llamó borracho, tomándolo por sus caderas y obligándolo a ponerse en cuatro — eres una maldita puta.

Expresó enloquecido, con su mente nublada por el éxtasis. Su pulso se descontroló y la primera embestida llegó con rudeza que se incrustó hasta el fondo, maltratando su próstata de golpe.

JiMin ahogó un gritó en su dedo índice,  su espalda se encorvó y su trasero se levantó, apretando los dedos de sus pies con fuerza y sus paredes anales detuvieron cualquier otro moviendo por parte de Yoongi. O eso creyó cuando lo sintió moverse, tomando impulso con sus caderas.

— Eres mío — decretó con firmeza, tomándolo por sus cabellos sin dejar de embestirlo. Lo jaló sacándole jadeos de dolor a JiMin — todo de ti me pertenece a mí — le hizo saber, agarrándolo por sus caderas, besando su cuello junto con su hombro con desespero — no vas a huir de mí nunca, porque a donde  vayas te encontraré y te cogeré para que sepas a quién le perteneces.

Asintió con su vista borrosa, sus pensamientos no estaban claros, lo único que JiMin tenía en su mente era que le siguiera dando más. Volvió asentir con la cabeza luciendo totalmente perdido, llevando sus manos hacia las caderas Yoongi y así ayudarlo con sus movimientos.

— Yoongi — gimió bajo, dejando caer su cabeza en su hombro — Yoon~ — llamó una vez más, apretando el pene de Min con sus paredes— si, justo así, mi señor.

— ¿Te gusta? — preguntó dejando pequeños mordiscos en su hombros, aumentando el ritmo de sus embestidas — ¿Te gusta como te la estoy metiendo, no es así? — interrogó subiendo su mano para atrapar su cuello — lloriqueas para que te la meta — murmuró en su oído, cortándole la respiración, — eres tan sucio que me haces creer que eres una maldita perra que está en celo y busca quién se la coja para que la deje preñada — mordió su mejilla, podía escuchar lo pesada que se volvió su respiración — ¿Eso es lo quieres, acaso?


— Yoon-gi — llamó con dificultad, sintiendo su estómago vibrar y un cosquilleo en su vientre bajo — si quiero, quiero todo de ti.

Sonrió con morbo, soltándolo para que pudiera respirar. Jadeó y tomó un último impulso para correrse y llenar el condón con su esperma, hubiera preferido hacerlo en su interior pero se estaban arriesgando mucho y no quería sorpresas.

JiMin cayó a la cama exhausto, cansado pero feliz, su rostro tenía una enorme sonrisa pintada, no era lo que tenía planeado pero si que quedó satisfecho. Se giró y sonrió viendo desde abajo a Yoongi quitarse el condón, tirándolo en la cama.

— ¿Me besas? — pidió con su boca como pato, no había recibido besos desde que cambiaron de posición y él se puso de espalda. — besame hasta que me olvide del dolor.

Yoongi se echó a reír terminando de subirse la cremallera del pantalón. Extendió sus manos hacia JiMin y lo ayudó a ponerse de rodillas.

— Eres tan bonito — murmuró tomándolo por su rostro, respiró hondo y beso sus labios — el más bonito de todos.

— Lo sé — relamió sus labios, pasando sus manos por sus hombros — ¿Sabes? Sé que tenemos poco tiempo pero en verdad te quiero, me haces bien.


— Escuchar decirte eso hace que mis problemas sean insignificantes, también te quiero, cariño— sonrió rozando sus narices, besó con ternura sus labios y lo abrazó por la cintura — vístete, pronto llegaremos al aeropuerto.

— Ya era hora— dijo con alivio, poniéndose de pie con ayuda de Yoongi — ¿Puedes decirle a una de las azafatas que me preparé un sándwich? Es que tengo hambre.


Sonrió inocente, con su mano tocando su estómago. Yoongi asintió dejándolo solo para que se pudiera cambiar. Respiró profundo caminando hacia su bolso, sacando los paños húmedos que siempre trae consigo y que son muy útiles, ser modelo le había servido de mucho, era mucho más aseado que antes.

Su celular volvió a sonar, indicando una llamada entrante, suspiró estirándose para agarrarlo, verificando quién lo llamaba.

Taehyung.

— Hola — contestó la videollamada, sacando un paño y pasarlo por su cuello.

— Tengo algo que contarte — informó viendo por un momento el celular, se encontraba manejando y lo que menos quería él era que lo multaran — es sobre SeokJin y su novio.


— ¿A ver? — preguntó interesado, quitándose el sudor de su cuerpo con el paño — ¿Qué pasó con ellos?

— Ya me peneentregaron la invitación a su boda — avisó mostrándole el sobre, JiMin lo miró y asintió — pero ese no es el asunto, sino que no se iban a casar, su noviazgo en los últimos días estuvo agarrado de un hilo.


— ¿Y eso por qué? ¿Ocurrió algo entre ellos? — inquirió confuso, según él, los había visto muy enamorados en el baby shower de Alessia — ¿Lievin puso los ojos en otra persona?

— Así es, mi mejor, mejor, mejor amigo — ambos se vieron, JiMin preguntándole con su mirada quién era esa persona, y Taehyung sonriendo — tú.


— ¿Disculpa? — cuestionó en completo shock, viendo anonado a su amigo. — ¿Es una broma? — Taehyung negó y JiMin abrió su boca — verga, pero solo lo vi una vez, ¿Cómo sabes eso?

— El mismo Lievin se lo penecontó a SeokJin, dijo que cuando te conoció tuvo un impacto contigo, o sea, cupido le penemetió la flecha de amor por unos días — se burló estacionando el auto frente de su edificio, Taehyung suspiró y miró a la cámara — SeokJin lo dejó porque pues, pobrecito ¿No? Se vuelve a enamorar y le penehacen lo mismo, pero Lievin lo ama, quizá lo que sintió por ti fue un tonto desliz que le sirvió para aclarar que era lo que en verdad quería para su vida.


— Que bueno, porque sino me odiará como lo hace con JungKook y que pereza lidiar con él y sus trastornos — expresó poniéndose el bóxer — supongo que toda acción tiene un precio, él solo se buscó lo que le pasó y ahora tiene inseguridades que le impiden avanzar como persona, lo mejor es que busque ayuda psicológica para tratarse. — comentó terminando de maquillarse — ¿Me veo bien?

— Si, yo también pienso lo mismo, odiar a alguien solo porqué te quitó un pene ya es avaricia — levantó sus hombros tomando sus cosas — sí, te ves bonito, como el pene de Jay. ¡Ay me peneencanta! Esta mañana estábamos haciendo el sesenta y nueve y fue el mejor desayuno que pude tener. La mama tan delicioso, luego cogimos bien rico como unos conejos, Jay dice que hicimos el amor pero es mentira, me dio más duro que las veces anteriores.


— Eres un enfermo sexual — escupió negando con su cabeza — ni yo cojo tanto como tú, también deberías de buscar ayuda.

— Habla quién sufrió un accidente mientras cogía — espectó rodando los ojos — te dejo, tengo que arreglarme, iré a una cena con Jay.


— ¿Y Yeontan, quién lo cuidará?

— Va conmigo porque será en la casa de Jay, jugará con su hermanastro Mickey, o bueno no sé, con su nuevo amigo porque él y yo no somos nada, solo cogemos y ya.


— Adiós, enfermo.

Se despidió guardando todo en su sitio, se miró en el espejo y sonrió al verse todo hermoso como siempre.

Antes de salir, estiró la cama, botó el condón usado en el bote de basura no sin antes hacerle un nudo, se echó bálsamo en sus labios y perfume para oler rico.

Ahora sí estaba listo para conocer Maldivas.

Pasó por los pasillos del Jet privado de Yoongi sin darse cuenta que él estaba sentado una de las sillas drogándose.

– Un desafortunado suceso a ocurrido hoy en Italia, Marco Lombardi fue encontrado muerto fuera de su residencia en Milán Moscova. Muchos aseguran que quienes acabaron con la vida de este hombre tan querido para muchas personas en Italia; fue la mafia. Marco Lombardi fue el principal donador del Vaticano a lo largo de su vi…

Apagó la tablet dejando caer su cuerpo hacia atrás, transpirando profundo y pasando su dedo por su nariz para que cada partícula del polvo blanco ingresara a sus fosas nasales. No había tenido una buena noche, el sexo y la droga fueron su alivio para reponer energías. JiMin había tenido un episodio de ansiedad que él la trató de una manera muy tranquila y cuidadosa, quedándose a su lado, abrazándolo, permaneciendo en silencio sin recriminarle nada, solo dándole pequeños besos y caricias en su rostro.

Nadie estaba preparado para la vida que él lleva, incluso, para él no fue fácil estar en donde está, tuvo que pasar muchos obstáculos, soportar torturas y sufrimientos siendo él solo un niño al que su padre estaba criando para ser el nuevo líder, para ser esa figura de autoridad ante la sociedad, para convertirlo en alguien que no tuviera sentimientos porque era una perdida de tiempo.

Porque en la mafia no existe el amor, el amor los hace ver débiles y son el blanco perfecto para sus enemigos.

Yoongi esa noche se dio cuenta que JiMin era débil de corazón, tenía sentimientos genuinos y que no daba para cargar con culpas.

Eso lo hizo cuestionarse ayer mientras lo abrazaba y con sus manos le hacia cariñitos en su cuero cabelludo, ¿JiMin podía estar con él a pesar de que es un criminal? ¿Se quedaría a su lado aun si sus manos están manchadas de sangre? 

No quería ser un egocéntrico, pero confiaba que sí.

Se colocó de pie, viendo desde la ventanilla el cielo azul claro siendo protegido por las nubes.  Luego de la reunión que tuvo con los miembros de su familia, a primera hora se embarcó en su Jet, la muerte de Marco se la pasaría por el culo porque Yoongi iba a tener sus vacaciones con JiMin. 

— Encárgate de todo, Louis.

Haciendo una avenida con su cabeza, Louis asintió caminando hacia otro lado de los asientos donde estaban algunos de sus hombres sin mover un solo muslo, tenían prohibido ingerir cualquier tipo de sustancias mientras estén en horas de trabajo, la gran mayoría del personal trabajaba veinticuatro siete, no dormían porque algo que lo caracterizaba a él era la perfección, no le iba a salir con un chorro de baba a la primera persona que confío en él, que creyó en sus capacidades, le daría siempre un trabajo de calidad a Min Yoongi.

— Yoon — pronunció su nombre, entrelazando sus manos, para él era hermoso de ver como la diferencia era tan notoria y aún así encajaban a la perfección—  ¿Me ayudas con esto? Es una tarea que le dejaron a Bel pero yo de álgebra no sé nada. No se dividir, no sé multiplicar, bueno si, pero tengo que tener una calculadora porque no me sé las tablas.

— ¿No quieres que te explique y así aprendes? — inquirió tomando el iPhone para ver la imagen de los ejercicios —, polinomios.


— Me puedes explicar cien veces que docientas veces no voy a entender, soy como JungKook con el inglés, brutico —  se excusó levantando los hombros, Yoongi se echó a reír pidiéndole a una de las azafatas que le consiguiera una libreta —, gracias, amor. 

— ¿Cómo me has llamado? — preguntó sorprendido, era la primera vez que JiMin lo llamaba por ese apodo que le hizo revolver todo su estómago, sintiendo un montón de mariposas volar a su alrededor — dilo otra vez.


Pidió totalmente enamorado, emocionado como un niño pequeño al que le compraron un juguete nuevo. Sus brillantes ojos negros se posaron sobre JiMin, ilusionado. Fue el mismo sentimiento que tuvo cuando conoció a Hanni, o cuando JungKook lo llamó borracho cantándole una canción y diciéndole cuánto lo ama. Era ese tipo de sentimiento que se sentía bien, que le hacia bien.

— ¿Qué cosa? ¿Amor? — inquirió aguantando la risa. Su reacción la iba atesorar por el resto de sus días en lo más profundo de su corazón — gracias, amor.

Repitió y la sonrisa de Yoongi en todo el resto del viaje no desapareció en ningún momento, era tan grande y radiante que sus encías estaba a la vista, por más que quisiera dejar de sonreír no podía dejar de hacerlo.

Era una emoción que no quería que se desvaneciera.

JiMin estaba igual que él, en todo el viaje del aeropuerto hasta la isla en el yate no desapareció, ver a Yoongi contento y esa agua tan cristalina era un espectáculo increíblemente hermoso de apreciar.

Su móvil había capturado más de diez imágenes en menos de dos minutos, le gustaba el agua, le gustaba Yoongi, le gustaba ese precioso atardecer, habían llegado a las cuatro y media, pero JiMin tenía hambre y pasaron a comer a un restaurante, de nada había servido porque dejó más de la mitad, lo mismo pasó con el sándwich, todo se lo terminó comiendo Yoongi, y,  JiMin seguía con hambre.

Todas las fotos tomadas fueron directamente a parar a sus historias de Instagram, todavía no las publicaría, eso lo haría en noche cuando elija las imágenes adecuadas para subirla a su cuenta bien aesthetic que su buen amigo JungKook decoró a su gusto.

Según Louis, estarían en la isla en unos treinta o cuarenta minutos, Yoongi había elegido un resort privado, estuvo a nada de cuestionarle del por qué instalarse en algo tan caro, una sola noche en esa isla costaba casi los veintisiete mil dólares, se relajó cuando Louis le explicó que antes de venir había comprado la villa principal y la que estaba más separada de las demás.

No podía creer como Yoongi podía comprar todo con solo un chasquido de dedos, cosa de ricos; había pensado mientras cerraba el trato con un apretón de manos.

Llegar a la villa y ver todo con sus propios ojos y no por su teléfono fue un sueño hecho realidad, los habían recibido muy bien, fue una bienvenida agradable y cálida.

— Tengo preparado algo para ti — informó agarrándolo por su cintura, preparándose para la próxima foto — no hay necesidad de que te cambies, así estás precioso.

— Recibir tantas muestras de afecto se siente raro, nunca antes nadie lo había hecho — confesó abrazándolo por el cuello — gracias, Yoongi — murmuró besando su mejilla.


— Ya está — Louis avisó mostrando su mano con su dedo gordo levantado. Caminó hacia ellos y le entregó el celular a su jefe. — ¿Nos necesitan para algo más o eso sería todo?

— Puedes irte — JiMin le sonrió quitándole el celular a Yoongi, quería ver la foto en la cual no posó pero que por ser bonito y fotogénico había quedado bien — debo de admitir que Samsung toma  fotos muy bonitas, su cámara es mejor que la del iPhone.


— Cualquier tonto sabría eso, cariño — soltó con obviedad, dejando atrás a JiMin para ingresar a la casa, estaban precisamente sobre el agua cristalina, lejos de las otras villas. — ven.

JiMin caminó detrás suyo, viendo la fotografía, en cierta parte le pareció gracioso la gran diferencia de personalidad a la hora de vestirse; Yoongi no cambiaba sus trajes de tres piezas, mientras que él ama usar diferentes variedades de outfits de acuerdo a la ocasión. Traía puesto un suéter de lana que le llegaba hasta los muslos, negro y con un estampado de una flor grande, unos jeans sueltos, gafas de sol y un gorro del mismo color que el suéter.

Mientras que Yoongi tenía traje formal, una Coat de cuerina negra y gafas de sol.

Se echó a reír alcanzado a Yoongi, sonrió y entrelazó sus manos para juntos ingresar a la casa.

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— ¿Y esto? — cuestionó con un nudo en su garganta, por lo bajo empuñó sus manos en su suéter, viendo incrédulo a Yoongi. — ¿Esto que significa? ¿Acaso me vas a pedir matrimonio?

— ¿Quieres que lo haga? — respondió con una pregunta, lo tomó de su rostro y le dijo—: ¿Quieres casarte conmigo , cariño?


JiMin se echó a reír echándole un vistazo a su entorno, queriendo ocultar ese sonrojo en sus mejillas, ese nerviosismo y lo alocado que se puso su corazón con solo escuchar esas palabras.

— Lo pensaré — murmuró mordiéndose sus labios, asintió con timidez tomando largas inhalaciones — ¿Es una cita?

— Quiero tener muchas citas con el hombre más hermoso del mundo — espectó dejando un tenue beso en el dorso de su mano — quiero hacer tantas cosas contigo, cariño. Sólo permíteme sostener tu mano.


— De acuerdo — aceptó apretando sus labios, y asintió echándole un vistazo a su alrededor.

JiMin no se consideraba antiromantico, amaba los clichés, le gustaba leer historias de amor en una plataforma en su celular, ama crearse escenarios ficticios de él viviendo un romance de época, amaba que le hicieran sentir mariposas en su estómago, que lo hicieran sentir amado; pero le costaba demostrar ese afecto, porque de tantas cosas que quería decir en ese momento, no pudo, sintió un nudo en su garganta difícil de deshacer, las palabras no salían.

Pero la felicidad en su rostro era palpable, sus ojos ante la mirada de Yoongi lucian como dos luceros brillando intensamente.

— Ten mis manos, agarra mi vida y hazla tuya — pidió con su rostro caliente, poniéndose frente suyo en medio del muelle. Sonrió y sostuvo sus manos — toma todo de mí porque incluso si no me lo pides, mis sentimientos ya son tuyos, mi corazón te pertenece y mi alma dejaría de existir si tú no estás a mi lado.

— Contigo todo tiene sentido y la palabra amor no suena tan mal — confesó besando con ternura su frente, afirmando el agarre en sus manos — ¿Te gusta


— ¿Puedo preguntar cuando hiciste todo esto? — cuestionó remojando sus labios, el lugar era mágico a su parecer, había elegido el escenario perfecto para la cita. — Me gusta, pero me gustas más tú.

Le hizo saber, sin perderse ningún detalle, los faroles esparcidos en el agua con ese atardecer narajan era hermoso de apreciar, el muelle con pequeñas lámparas a cada lado, guiándolos hacia su destino, era lo más romántico que le pudieron haber hecho. Su sueño de tener una cita frente al mar se estaba cumpliendo.

Finalmente dejó de ser un espectador para convertirse en protagonista.

El protagonista de su propia historia.

— Lo planeé cuando te vi a los ojos y confirmé que quiero compartir mi vida a tu lado — sonrió agarrándolo por su cintura, insultándolo a caminar hacia el lugar donde ocurriría la magia. — Tengo excelentes ideas ¿No creés cariño?

JiMin sonrió, deteniendo sus pasos para besarlo con pasión, para hacerle sentir ese amor que sentía por él.

Quizá Yoongi había caído primero pero JiMin cayó más profundo, estaba enamorado de él, lo supo hoy cuando echó al chef para cocinar le, cuando en todo la noche no dejó de decirle lo mucho que quiere estar a su lado, lo bien que le hace su cariño.

Lo afirmó en medio de la noche cuando le propuso compartir sus sueños con él.

Ahí supo lo mucho que quería estar con Yoongi.

Sus sueños serían de él al igual que su vida.

Ahora sí podía decir que era oficialmente el novio de Min Yoongi y su prometido.

Porque en su dedo anular estaba el anillo de compromiso que le dio.

JiMin no lo sabía y Yoongi tampoco se lo dijo, pero no solo se comprometió con Yoongi sino con la mafia.
















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¡Holaaa mis penelovers!

¿Si les gustó el capítulo?

Peneperdon si hay faltas ortográficas, soy ciega y no veo.

¡Adiós!

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