CAPÍTULO 20

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La chica sonrió con una mirada seductora mientras tocaba su cuerpo medio desnudo al ritmo de la música, transmitiendo ese deseo que sentía.

Sus senos eran grandes, sus pezones solo estaban cubiertos por una pegatina de flor, mientras que su pecho y sus muslos tenían arnés que la hacían lucir tan sexy junto con esa tanga brasilera que dejaba todo a la imaginación.

Era casi perfecta ante los ojos de JiMin, lastima que él seguía teniendo mejor cuerpo que ella.

Bebió de un solo trago su whisky, poniéndose de pie mientras soltaba una pequeña risa nasal, el alcohol en su sistema estaba surgiendo efecto, las luces neón y la música que a pesar de no ser alta al estar en un lugar privado, lo tenían mareado.

Yoongi estaba a su lado, sentado con sus piernas abiertas, absorto en la chica que estaba en el centro de la piesta de baile. Sirviéndose otro trago de whisky Lagavulin, era tan fuerte que al menos lo hacia olvidar que no podia fumar, JiMin se lo habia prohibido y le botó todas las cajas de cigarros mientras le daba el sermón que su madre nunca le dió, advirtiéndole de que si fumaba tan siquiera uno, le iria mal.

— Vete — ordenó estando frente de ella, como si no supiera sus malditas intensiones, su baile solo iba dirigido a Yoongi. La miró con seriedad, había sido una orden clara que ella tomó con indignación, saliendo de la zona vip con su rostro rojo de la ira. — mucho mejor.

— Baila para mí, bonito — pidió con media sonrisa, verlo le alegraba el alma, ver el rostro sonriente de JiMin era suficiente para poner su mundo de cabeza.

Sonrió dejando caer el abrigo al suelo, su pecho quedó al desnudo ante la atenta mirada de Yoongi, quién se acomodó su hombría al sentirse asfixiado.

Nada era coincidencia, cuando Yoongi invitó a JiMin a ir a un club nocturno para pasar el rato él buscó su mejor atuendo, optando solo por ponerse unos joggers de color crema sin nada abajo ni arriba, y para que Yoongi no se pusiera hablar, se colocó el abrigo.

Esa curva que tenía en su barriga había desaparecido, ahora estaba tan plano como hace unos meses, estaba agradecido por eso, aunque ya había empezado amarse con esa panza que al despertar se le veía más grande y al comer peor, Yoongi todos los días le recordaba lo hermoso que estaba y lo precioso que se veía al despertar.

La música de fondo ayudó a que el ambiente sea más acogedor, no podía apartar la mirada de esos suaves y sensuales movimientos, creía que si parpadeaba se perderia de ese gran espectáculo que su adorado prometido le estaba dando.

JiMin sonrió acercándose a él, se dió la vuelta y se arrodilló para a continuación dibujar ondas con su cuerpo de manera suave, dejando caer su cuerpo; llevándose consigo la mirada de Yoongi que estaba puesta entre su pierna y ese split fantástico que hizo que tuviera miles de pensamientos sucios en ese instante.

Era mucho mejor que ver a la bailarina anterior que ni siquiera logró mover una pequeña fibra dentro de su cuerpo. JiMin simplemente era único, amaba verlo bailar, ver su cuerpo lo prendía, esos movimientos que hacía con su cadera eran sensacional, de solo verlo podia imaginarlo ponerlo en cuatro o incluso, arriba suyo para que se moviera así de rico en su hombría.

Ya entendía cual era la obsesión con los user en pedir que hiciera twerking a cada segundo, dejaba mucho en que pensar, esos movimientos si que eran peligrosos para alguien tan sensible como él, su pene estaba tan duro; apresado entre su pantalón, tan palpitante que dolía; deseoso por entrar en ese hueco y volverse loco dentro de él.

JiMin era precioso de pies a cabeza, su hermoso cuerpo con los diferentes tatuajes que tenía era una tarea difícil, se le hacía complicado dejar de apreciarlo, su cintura era estrecha, quiza no como la de las chicas pero si lo suficiente para que sus manos lo sujetaran a la perfección.

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