CAPÍTULO 4

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En todo el camino del estudio al centro comercial, JiMin se la pasó mensajeando se con Agust, según lo que le dijo, tenía cosas importantes que le impedían irse a dormir,  le parecía divertido por el hecho de que era un hombre aburrido a la hora de escribir, termina cada oración con un punto final, no utilizaba emojis ni stickers, y él es todo lo contrario, le ponía sarcasmos a la conversación, mandaba más de dos mensajes porque no sabía escribir en un solo párrafo, y cada palabra u oración llevaba emojis y uno que otro stickers.

Estaban en pleno siglo XXI, la tecnología había avanzado una barbaridad, y, aunque cada hora de su día estaba comprometida con alguna actividad, JiMin no abandonaba sus redes sociales, si, no era tan activo como hace algunos años como cuando tenía 18, que salía de una app y se metía en otra, pero estaba al tanto de todos los cambios que han habido, incluso en el lenguaje.

Suspiró subiendo su pierna encima de la otra, las personas iban y venían con comidas, el bullicio no era tan alto considerando que estaba sentado en un lugar donde la gente venía a degustar la comida de los diferentes restaurantes.

— No es necesario, solo vine por un par de cosas que no tienen nada que ver con los shows— insistió cansado, tratando de convencer a la otra persona detrás de la línea. Moviendo su dedo sobre la mesa; echó una mirada a cada establecimiento de comidas —, ayer mi jefe me dió una invitación para el sábado y vine a comprar el regalo.

—Insisto, pásame tu número de cuenta, quiero hacerte un regalo.

La voz grave del hombre llegó a sus oídos, erizó su piel y su corazón latió contra su pecho, ¿Por qué no se podía acostumbrar al tono de su voz si ya había hablado con él anteriormente? Su cuerpo parecía reaccionar al momento en que decía su nombre o alguna otra palabra, su voz era suave pero mantenía ese tono áspero y ronco.

— Suficiente tengo con las flores y la pulsera...

JiMin, no es suficiente, pásame tu número de cuenta.

— hagamos algo, solo dame para un outfit que ví y que desde hace días he querido comprarme. — accedió con media sonrisa, encajando su celular contra su hombro y oreja, agarrando las bolsas de compras de la mesa. Taehyung junto con su hermana venían con la comida.

¿Cuánto es?

ciento cincuenta dólares. — Respondió enseguida, agarrando su celular correctamente. Negó con una mueca ante lo dicho por Taehyung. — Espera — murmuró deteniendo con su mano a su hermana. — Esperen.

¿Qué clase de ropa comprarás? 150 dólares es muy poco, eso no te alcanzará ni para una caja de chicles, te transferiré seiscientos dólares.

— De acuerdo, pero mandas más y te doy bloq — advirtió llevando una papita frita a su boca. — Vale, adiós, trata de dormir tan siquiera una hora.

Se despidió sonriendo, tratando de ocultar esa risita con una tos falsa y rascándose su frente para cubrir el sonrojo en sus mejillas. Aclaró su garganta acomodándose en la silla, remojó sus labios y miró a los recién llegados.

— Ahora si, ¿Qué gaseosa hay? No quiero sabor a manzana, si no hay Coca-Cola no quiero nada, tráiganme una botella de agua. — habló dejando su móvil en la mesa, haciendo círculos imaginarios con una papa. — ¿Ocurre algo?

— Bel, ve y compra tú la bebida — mandó Taehyung, la chica asintió tomando el dinero que le extendió Tae. — JiMin, penecuéntamelo todo — pidió sentandose frente a su amigo una vez que Abel se fue. — ¿Quién es? Nunca me penedijiste que estabas saliendo con alguien, ¿Ya no peneconfías en mí?

— ¿Qué? No, no es eso — se apresuró a decir, moviendo su cabeza en una negación. Respiró hondo agarrando su celular, lo desbloqueo e ingresó al chat que mantenía con Agust —,  si confío en ti, nunca dudes de eso, Tae sabes que yo te cuento todo y eres el primero en saber lo que pienso y lo que me pasa.

𝐖𝐞𝐛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora