CAPÍTULO 17

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— Okay — asintió limpiándose la comisura de sus labios con la servilleta, Yoongi le sonrió pasando sus dedos por su mejilla — no demores.

Le dijo recibiendo como respuesta un asentimiento de cabeza. Se acomodó en la silla viéndolo alejarse, hoy era un nuevo día, comenzaron su mañana muy temprano, con el frío abrazando sus cuerpos y con las ganas de aprovechar su semana en la isla al máximo; habían decidido desayunar en la terraza, con la espectacular vista frente a ellos, no veían otra cosa que no sea el agua cristalina.

Habían tomado su desayuno con una plática amena, pensando que harían el día de hoy, ayer habían decidido hacer el Tour con su guía turística, la chica les mostró sus tradiciones y su cultura iniciando por la mezquita Hukuru Miskiiy, la mezquita más antigua de la ciudad de Malé. Por la noche disfrutaron del espectáculo natural de bioluminiscencia, el mar de estrellas frente a sus ojos producido por el bajamar fue una de las cosas más hermosas que JiMin pudo apreciar, quedó enamorado de esa Isla.

Decidieron por hacer snorkel, y nuevamente JiMin confirmó que quería vivir frente al mar, sumergirse y contemplar las diferentes especies y vegetación que habitan en la zona es su sueño de vida, había disfrutado cada segundo con Yoongi y su celular había capturado más de dos mil fotos. JiMin tenía entendido que de nada servía tener guardado en su cabeza esos momentos inolvidables donde era feliz a cada instante, y sin importar cuántas veces le dijeran que él iba de vacaciones y no para fotografiar cada objeto, comida, paisaje entre otras cosas, él lo hacía, y no para llevarles la contraria, sino para ver lo feliz que era en ese entonces.

Yoongi lo seguía en cada travesía, y, aunque no sea muy fan de tomarse fotos, le decía que se tenía que tomar una foto aquí, otra allá, una con él, porque verlo feliz era lo que deseaba.

— Veamos que hay en Instagram— murmuró mordiéndose sus labios, habían merendado en la terraza y aprovechó para tomar un baño de sol porque más tarde van a surfear.

Actualizó su inicio, viendo el primer post que era de Taehyung, había subido varias fotos entre ellas uno que otro vídeo, salía con JungKook y dos caninos, dedujo que el otro era nubecita, el perrito de JungKook y Yeontan, estaban en el parque y de descripción puso: ‘con mi penemejor amigo’ chasqueó su lengua y negó por lo distraído que estaba siendo, hace unos días habían decido compartir icons de los escandalosos en Instagram, Taehyung y JungKook ya los habían puesto y faltaba él por hacerlo.

Mordió sus labios dándole en editar perfil para cambiar la foto y poner al oso polar, lo habían elegido de acuerdo a su personalidad, según sus amigo, JiMin era el más serio por no decir aburrido.  Suspiró y le dio en guardar, para ahora meterse en sus historias y verlas por décima vez en el día.

La gran mayoría de fotos eran de él y Yoongi, con canciones de fondo o una frase que describiera ese momento. Su cuenta tenía muchos seguidores, la gran mayoría venían de las páginas en que transmitía, había decido desactivar la opción de comentar para evitar que le comentaran sus fotos con palabras obscenas o emojis, también había decidido ponerla en privado porque meses atrás sus ex compañeros de secundaria se metieron a chismear en su cuenta para saber de su vida.

— Amor.

Lo llamaron desde atrás, JiMin se giró dejando su celular de lado para ver a Yoongi sosteniendo un cigarrillo entre sus dedos. No lo estaba fumando pero lo haría porque en tres días no lo había hecho.

— Dime — se colocó de pie, caminando hacia él, sonrió acomodando sus cabellos detrás de sus orejas, la brisa lo tenía con los cabellos desordenados mientras que Yoongi tenía su cabello intacto, perfectamente peinado hacia atrás — no me gusta que hagas eso Yoongi, te hará mal, sin contar de que terminas apestando a cigarro y me lo pegas a mi al abrazarme.

— Será el último, cariño mío — prometió tomando su mano — vamos a dar una vuelta en el yate, ya Louis y Harry prepararon todo para zarpar ahora mismo.


— ¿Entonces si haremos eso? — preguntó y Yoongi asintió dándole un apretón a su mano — que emoción — saltó a sus brazos, envolviendo sus piernas en su cadera — sería la primera vez que haré ese tipo de contenido.

— Hay que ganar, ¿No? — levantó su ceja, sosteniendo a JiMin de su trasero —. No pienso perder ante NamJoon y Jay.


— JungKook es la verga al poner un reto así — se echó a reír, rozando sus labios — ¿Es hereditario que los Min sean así de calenturientos?

— Ni idea— respondió con simpleza, caminando hacia la entrada principal de la casa — JungKook es así desde pequeño, no sé si él te contó que yo un día le jalé los cabellos por andar besándose con un niño, o sea, trece años tenía y ya andaba buscando novio.


— Que loco, yo dí mi primer beso a los diesiseis, recuerdo que estaba jugando a la botella con mis compañeros y me retaron a besar al niño que me gustaba en ese entonces. — se burló dejando caer su cabeza en su hombro — ¿Qué tienes pensado hacer? Yo no sé de posiciones, no salía del sexo vainilla hasta que llegaste tú.

— ¿Son cuatro posiciones, no? — JiMin asintió y Yoongi movió su cabeza en una afirmación, apretando sus nalgas  — hay muchas pero el problema es que JungKook y Taehyung se irán por los más difíciles pero que llegan hacer bastante placenteros.


— O sea, ¿JungKook quiere que los espectadores se arrechen? — inquirió poniendo un pie en el suelo y luego el otro, habían llegado al muelle y el yate los esperaba con Louis como capitán y otro que no reconoció. Yoongi asintió y JiMin sonrió— ¡Que travesía tan divertida!— exclamó mordiéndose su dedo — amor.

— ¿Dime?


— ¿Crees que sea paranoico? — inquirió tomándolo del brazo, viéndolo directamente, y una vez más JiMin quedó enamorado del perfil de Yoongi — ¿No, cierto?

— ¿Por qué lo preguntas? — giró su rostro para verlo, la pregunta lo había dejado descolocado porque hasta el momento no había ocurrido nada del otro mundo — ¿Por qué lo dices, cariño?


— ¿Si ves a ese hombre que está allá? — interrogó, señalando con su cabeza al jardinero — tengo excelente memoria y no suelo olvidar las cosas, las retengo por meses o años en mi cabeza.

— ¿Qué pasa con ese hombre? ¿Te hizo algo?


— Nos está siguiendo — dijo un tanto dudoso, no muy seguro de si era la palabra correcta para expresarse— ayer él iba como turista con otro grupo de viajeros o eso creo, porque siempre que lo veía se ponía hablar con los demás, quizá no haya nada de raro ahí ¿Verdad? — Yoongi asintió, sin apartar la mirada del tipo — no me regañes por no decirte, pero esta mañana cuando te metiste a bañar luego de que volvimos de hacer snorkel, yo me quedé en la sala porque Taehyung me llamó, no sé de qué fue pero me asomé y lo ví en la esquina de la terraza viendo hacia dentro mientras hablaba por teléfono y ahora que lo veo es jardinero y está arreglando el jardín de la otra villa, ¿Eso no te parece raro? ¿O soy paranoico?

— JiMin, eso no me parece raro, es raro — le hizo saber, llamando con su dedo a Louis, esa información le había caído de sorpresa porque rentó las demás villas que estaban a su alrededor, solo eran sus hombres, ellos, el resto de huéspedes que se podían contar con una sola mano y los del staff— ve preparándote.


— ¿Así estoy bien?

— Estás perfecto, amor — sonrió besando sus labios, dándole un apretón a sus manos. Yoongi estaba empezando amar lo perspicaz que era JiMin.— Ve con Harry, en un momento te alcanzo.


JiMin sonrió de vuelta, dándole otro beso, suspiró y caminó al lado de Harry, iba aprovechar de que tenía una cámara para que le tomara unas cuentas fotos en la cubierta.

— ¿Ocurre algo, Suga? — Louis preguntó, parándose frente de su jefe y amigo.

Yoongi se acercó a él, murmurando le un par de cosas en el oído.

— Ya sabes lo que tienes que hacer, quiero saber todo de él porque cuando yo llegue vamos a saldar cuentas— le ordenó, despedazando el cigarro con sus dedos — nadie en este mundo le va a sembrar pánico ni miedo a JiMin, porque mientras esté conmigo le deben respeto y lealtad.

Yoongi le dio una última mirada al tipo, soltando una risa nasal, iría a juicio y la corte sería él, su vida ahora le pertenecía a Yoongi, sus horas estaban contadas, a no ser de que le proporcione algún tipo de información que sea valiosa tanto para él como para su negocio.

Louis lo sabía, tenía que buscar información sobre el hombre para que Yoongi pueda interceptar y negociar su existencia en el mundo.

Golpeando su lengua contra su mejilla, caminó hacia el yate guardando el encendedor entre su saco. Luego se ocuparía del hombre, ahora tenía un asunto que arreglar entre las piernas de JiMin.

— Amor, ven — JiMin extendió su mano hacia él, con una hermosa sonrisa que deslumbró a Yoongi. — siéntate a mi lado.

Sonrió, eso era justo lo que necesitaba, escuchar salir de sus labios la palabra amor,  para que todo marchara bien, entrelazó sus mano, sentándose en el sillón y acomodando a JiMin en su regazo.

Yoongi lo tenía decido por segunda vez, quería a JiMin en su vida.


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— JungKook, te penellamo más tarde ¿De acuerdo? Ahora estoy ocupado — murmuró bajito, colgando la llamada sin esperar respuesta alguna por parte de su amigo.

Guardó su celular dentro de su bolsillo, sintiendo su corazón quererse salir de su pecho, el miedo lo estaba consumiendo, el temor de que alguien lo descubra lo tenía nervioso y con el Jesús en la boca.

Hace unos minutos se había despertado por la llamada que Jay recibió donde le notificaban un problema, no le había tomado importancia pero cuando se levantó para ir por un vaso de agua, todos en la casa estaban tensos, el ambiente era pesado y gritos provenir del jardín lo alertaron.

No quería ser chismoso, después de todo estaba en casa ajena y no era de su incumbencia ese problema, pero la curiosidad le ganó cuando de un momento a otro todo quedó en completo silencio.

Recargándose en la pared, afinó su oído prestando atención a lo que Jay decía, por lo que había entendido, estaba hablando por videollamada con otro tipo llamado Félix.

— ¿Por qué no se ha movido la mercancía? — cuestionó con molestia, viendo la ubicación por la iPad, el enojo en su mirada era aterrador y tenía a más de uno con los nervios de punta, sabían lo explosivo que podría ser su jefe cuando las cosas no le salen como lo tenía planeado— Te la voy a cantar de una maldita vez, escúchame muy bien Félix porque no pienso repetirlo, como esa mercancía mañana no esté en Estados Unidos te voy a enterrar vivo y a ti y a toda tu maldita familia ¿Me escuchaste?

Escupió con enojó, sediento por romperle la cara a su nuevo socio por ser un incompetente que no sirve para nada, Jay no sabía porque Félix Jones es el jefe de esa unidad cuando no sabe ni siquiera lavarse el culo.

— Espero que en los próximos cinco minutos despegues el avión o de lo contrario lo que volará será tu cabeza por los aires — amenazó importándole poco esas excusas baratas que ponía, colgó la llamada y se giró para ver a las personas arrodilladas frente suyo.

Jay era un adulto pero le gustaba jugar con las personas que lo traicionaban.

— Qué mierda — murmuró asomando su cabeza para ver lo que hacía, lo que no se esperó fue ver el primer cuerpo caer en el suelo con un disparo en la frente. — ¿Pero qué…? — cubrió con rapidez su nariz y boca, temiendo de que su respiración lo delatara.

Estaba en shock, anonado por lo que veía y escuchó, teniendo miles de preguntas y con sentimientos encontrados, porque eso solo podía significar una cosa; se habían metido con narcotraficante, incluyendo a Yoongi en ese grupo.

Ahora todo tenía sentido para Taehyung, los viajes, joyas, dinero, todo era gracias a los negocios ilícitos que tenían.

Y él cayó en esa trampa que le había puesto Yoongi días atrás cuando le pidió que buscara información con respecto a un hombre que frecuentaba a la cafetería y se ponía hablar por horas por teléfono en uno de los cubículos del baño. Él y su maldita bocota, si no la hubiera abierto para contarle a Yoongi sobre lo que oyó ese día en el baño quizá no se hubiera involucrado con él más a allá del negocio que hicieron.

Sino que se acostó con dos malditos narcotraficantes.

Tuvo sexo con Yoongi y también con Jay.

Sin duda el karma lo estaba recibiendo él y no su ex; Hoseok.

Lo único que le daba alivio era que JiMin no lo odiará, pasó mucho antes de que estuvieran en una relación y que por supuesto, ya lo sabe, fue el primero en saberlo. Porque pasó meses atrás, cuando acompañó a Momo a la cárcel a visitar a su marido. Fue su primer encuentro con Yoongi y el último.

— Mierda, mierda, — jadeó sintiendo una opresión en su pecho, él no quería estar involucrado con ese tipo de gente ¿Qué le podrían traer a su vida a parte de las buenas cogidas que dan? Nada, solo desgracias, porque en ese mundo no existen los finales felices.

Porque sino terminas preso, acabas muerto, una de dos.

— ¿En qué penemierda me vine a meter, Dios mío? — preguntó al aire, saliendo del escondiendo para encararlo — ¿Qué crees qué estás haciendo?

—¿Qué no ves? — preguntó de vuelta, tan arisco que dejó boquiabierto a Taehyung. Jay se echó a reír, acercándose a él y pasándole el arma — ¿No deseas probar?

— Si claro, ¿La puedo usar contigo? — preguntó apuntándole, con media sonrisa en su rostro — O espera ¿Puedo agarrar otra arma?

— Puedes agarrar la que más te guste — le concedió el permiso, completamente enamorado por su actitud — usa la que quieras.


Taehyung asintió dejando el arma en la mesa, viendo la colección de armas y artefactos punzantes, todo bajo la atenta mirada de Jay. Pasó su dedo por la mesa, luciendo indeciso por cual escoger.

— ¿Quieres que te ayude a escoger una para ti? — Asintió, sentándose en la orilla de la mesa, Jay se acercó a él, dispuso a darle un arma pero Taehyung lo detuvo— ¿Pasa algo?

— Mm… — lo pensó, abriendo sus piernas para que Jay se acomodara entre ellas — quiero esta — sonrió coqueto, metiendo su mano dentro de su pantalón, agarrándole su pene y así darle un apretón —, pero quiero que seas tú quien me dispare en la cama.


— Oh cariño, supe que serías el indicado cuando me visitaste en la cárcel hace tres meses en la visita conyugal — se lanzó como un león hambriento a sus labios, besándolo desesperadamente, impidiéndole a Taehyung seguir el beso.

— Quítate, sigo enojado contigo — lo empujó a la fuerza, tomando largas inhalaciones, queriendo recuperar su aliento — me sigues mintiendo y yo como el tonto que soy sigo cayendo — espectó cruzando sus brazos en su pecho — tener sexo a oscuras aumenta la adrenalina, ¡Mentira! Lo que no querías que supiera era que eras el hermano gemelo de Hoseok — imitó su voz, explotando en íra — nos volvimos a ver y fue lo mismo, la luz por obra del destino se fue cuando fueron tus hombres quienes la cortaron. Y ahora ne vuelves a metir diciéndome que eres un empresario super exitoso cuando en realidad te dedicas al narcotráfico, dime Jay ¿A qué más te dedicas aparte de ser un asesino?


— Taehyung…

— Me gusta tu pene pero no estaré… Oh- mierda — jadeó de dolor, sosteniéndose de la mesa para no caer, respiró profundo y su labio inferior tembló por el inmenso dolor que sentía.


— ¿Estás bien? — preocupado se acercó a él, tomándolo por sus brazos — ¿Qué tienes, Taehyung?

— Quítate, no te quiero ver — lo empujó con las pocas fuerzas que tenía, tratando de caminar hacia la salida de la casa, sus lagrimas empañaron su visión y cayó tras no ver un muro — ¡Por el pene!


— Hey— se apresuró a ir con él, era preocupante verlo así, entendía su enojo pero su dolor no, desde ayer se venía sintiendo raro según sus palabras y Taehyung no le decía nada — ¿Ocurre algo? ¿Dime qué te duele?

— ¡Suéltame! — gritó queriendo empujarlo, pero no tenía fuerzas, con cada suspiro que daba sentía que moría — suéltame, déjame ir por favor. No te quiero ver, no quiero saber nada de ti.


— No estás bien, no te dejaré ir, ayer tuviste una mala noche aunque me digas que no, lo sé porque te escuché, ¿Dime qué tienes? — insistió tomándolo en sus brazos, girándose para ver a una de las empleadas— llama al médico de la familia.

— Lo sabes mejor que nadie, así que bajame — ordenó con enojo, dándole golpes para que lo bajara— te estoy diciendo que me bajes, a ti no te preocupa lo que me está pasando, estás mintiendo como siempre, porque es tu pasatiempo favorito. Te gusta mentirme.


— No lo haré — negó subiendo las escaleras, agarrándolo con firmeza por si se le ocurría tirarse — no insistas más, Taehyung. El médico ya viene y te va a atender.

— Qué irónico ¿No creés? — soltó, haciendo detener a Jay a mitad de las escaleras. Bajándose de sus brazos; pasó por encima de él chocando su hombro—. A hora te preocupa como si te importara — se echó a reír, cubriendo su boca para no sollozar —  ¿Por qué me sigues culpando como si yo lo hubiera querido? Mírame, soy joven, muchísimo más que tú, tengo veinticuatro años Jay ¿Por un momento te detuviste a pensar en mí y en que era lo que quería y lo que pensaba con respecto a la decisión que tú tomaste? Porque no sé qué es lo que yo quiero en mi vida y entre más lo pienso los días pasan, y seguimos aquí.


— Taehyung…

— No te quiero en mi vida, Jay, y ahora menos que sé que eres un narco.












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¡Holaaa mis penelovers!

¿Cómo están?

Oigan, ya Taehyung penesabe la verdad y si él lo tomó así ¿Cómo creen que lo vaya a tomar JiMin?

¡Adiós!

𝐖𝐞𝐛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora