CAPITULO 30

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Se dejó caer a la cama exhausto, con el sudor recorriendo su rostro, con su pulso descontrolado soltando jadeos bajos.

La sábana blanca cubría su desnudez y la luz natural entraba por los grandes ventanales dándole iluminación a la habitación ¿Hace cuanto no se lo cogía así de rico? Quizá desde que la rara relación que tenían llegó a su fin.

La puerta de la habitación continua se abrió, Taehyung colocó la mirada sobre su invitado y le sonrió sentándose en la cama con las piernas abiertas, llevándose consigo la mirada nada discreta del más viejo.

— ¿Te vas tan rápido? — preguntó con un deje de tristeza, haciendo contacto visual con el hombre— pensé que te quedarías un rato más.

— Taehyung — lo llamó por su nombre, caminando hacia el chico, quien se puso de pie, su mirada recorrió su cuerpo, — me están esperando.

Suspiró con lastima, llevando sus manos a su pecho, ayudándole a arreglar el saco, no había incomodidad, eso habia pasado a segundo plano cuando lo miró coger con su mejor amigo.

— Yoongi — murmuró regresando a la cama, se sentó y cruzó sus piernas teniendo toda la atención del esposo de su mejor amigo en él — por mí no hay ningún problema en que te quedes.

— Me temo que eso no va a suceder — lo rechazó con media sonrisa, JiMin si le había dicho que a Taehyung le gustaba broncearse, tenía las marcas de las bragas pintadas y su pecho tenía la figura de dos corazones cubriéndole el pezón, debía de admitir que se le veía sexy el bronceado en su delgado cuerpo.

— ¿Te gusta verme desnudo, no? — Yoongi arrugó su nariz, haciendo reír a Taehyung. Tomó aíre y se levantó de nuevo, acortando la distancia que los separaba— ¿Sabes? Estuve pensando.

— A ver  ¿Qué estabas pensando? — preguntó por mera cortesía, cruzándose de brazos.

— JiMin a estado estresado en estos días y lo mejor que podrías hacer es regalarle un viaje no sé, a Cancún.

— Yo estoy seguro que si lo hice — con su dedo levantó su mentón, dándole un pequeño golpe en su frente— me voy, JiMin me está esperando en el auto.

Taehyung se echó a reír relamiendo sus labios, viendo cómo salía de la habitación moviendo su mano como despedida, lo quería asustar pero Yoongi recordaba mejor las cosas que él.

— ¿Seguimos? — Jay salió a los minutos de la misma habitación que Yoongi, Taehyung lo miró de arriba abajo apreciando lo bueno que estaba su esposo, la continuidad de los tatuajes de su pecho a su brazo era casi una obra de arte —, vamos a bañarnos, cariño.

Asintió mordiendo sus delgados labios, le sorprendía como después de tener sexo seguía con su pene erecto, Taehyung suponía que tanto Yoongi como Jay tenían la misma confianza que tenían JiMin y él, después de todo lo recibió desnudo y los encontró en pleno acto, sí, Min Yoongi le había arruinado la mañana a la pareja.

— Pensé que Yoongi se quedaría más tiempo— comentó siendo guiado hacía la habitación del baño, su visita lo molestó, había llegado en el mejor momento, cuando Jay por fin decidió metérsela— ¿A qué vino el perro ese?

— A buscar las llaves de su nueva casa, antes de venirse me pidió que le consiguiera en donde vivir aquí Manhattan, no quería que JiMin durmiera en la misma cama en que te cogió a tí y a todas esas perras malparidas. — musitó bajo, dejando besos pequeños en su cuello y con sus manos acariciaba su cadera. A Jay no le molestaba ese tema, Taehyung no le debía nada cuando se metió con Yoongi, en ese entonces no eran pareja y ni siquiera un polvo rico porque no se conocían.

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