Pactos y demonios
Hasan Faez
Soy meticuloso hasta para elegir a mis enemigos, por que si; yo elijo a mis enemigos, no compito con nadie por que soy el único Rey.
Y es lo que espero que a los Hochadel les quede claro, acomodo mis guantes de cuero fino, mientras llevo a mis labios el sabor cortante del líquido que quema mi garganta y a la ves endulza mi paladar.
Tomo el látigo en mis manos marcando la espalda de la esclava desnuda en mi alcoba.
Su piel de porcelana se torna más roja a medida que el látigo maltrata su piel expuesta. Sus manos están sujetadas a las cadenas que cuelgan del techo, estrelló el látigo contra su coño parece desmayarse cuando los espasmos toman su pelvis.
Tomo mi verga endurecida y hago a un lado el látigo tomando a mi sumisa por la nuca mientras ensancha sus labios lista para recibirme dentro de ella.
Mis sumisas y esclavas están adiestradas, saben que deben cumplir las fantasías de su sultán o sea yo. El rey de Arabia Saudita.
Las paredes tibias reciben mi tallo rígido, en tanto le follo la garganta haciendo que sus salivas se mezclen con mis líquidos preseminal eso hace que la sensación sea más exquisita y llene mi placer.
Cierro los ojos buscando lo que llevo meses sin encontrar desde que la capitana fue apartada de mi lado, estoy tan sumergido en mi extasis que siento como estoy apunto de vaciarme en esta pequeña y apretada boca pero... un par de ojos imperfectos llegan a mi mente, el lobo tatuado en su brazo con la misma imperfección en los ojos que salpique una y mil veces en cuando me venía encima de ella.
La maldita imagen de Hera Sherwood se apodera de mi mente, su tersa piel de porcelana, los mechones negros cubriendo esos perfectos pezones que mordisquee una y mil veces mientras la droga que le suministraba la hacía más sumisa.
La única mujer que puso resistencia para estar conmigo, si todas mueren por estar conmigo, pero ha sido la única a la que he tenido que doblegar de ese modo y a tan drástica manera.
Me visto enojado e impotente al no poder satisfacerme a mi antojo, salgo de mis aposentos preso en la ira ya que no es la primera ves que me pasa esto desde que la capitana ya no esta.
Mis sumisos me guían hasta las aposentos de Asahara donde los gritos de dolor consumen mis oídos y el llanto de un bebé hace que tense mis músculos y relaje mi presión.
——Señor.—Se inclinan los sumisos y el médico que trae al mundo a...—Fueron tres señor. Es padre de tres bebés.
Me encamino hasta ellos captando a los tres bebes que yacen en sus cunas.
—-No quiero tres, ese número no me gusta, sacrifiquen uno, que sea el más debil de los tres. Y quiero su corazón en una bandeja.
—Pero señor...
—-Cuestionas mis ordenes, estas cuestionado al gran sultán.
—No señor.
Los sosollos de Asahara se convierten en gritos de lamentos cuando se llevan al bebé más pequeño y diminuto que no me molesto en fijarme si es niña o niño solo me enfoco en los dos niños que yacen dormidos en sus cunas.
—-Está prohibido en número tres en Arabia Saudita y el que se imponga recibirá un castigo.
Todos se inclinan ante mi, con mis manos detrás de mi espalda y el porte recto de máximo líder salgo de mis aposentos dejando que mis esclavos se encarguen de lo demás.
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Perdición [+21]
AzioneLibro 3 ❤️🔥 completado ✅ Trilogía ✨Almas oscuras✨ ✨Las almas unidas en guerra son aquellas que sobreviven en la victoria✨ Cuando el cielo se nubla y el infierno arde es por que las Sherwood están devuelta esta vez unidas en una sola historia. ...