Capitulo 2

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Tanjiro se encontraba bañándose en un río, mientras Shinobu lo ayudaba lavando su cabello, había intentado negarse pero la alfa había insistido demasiado poniendo como excusa que ella era médico y estaba acostumbrada a ver cuerpos desnudos por lo que no tenía que avergonzarse, Kyojuro había ido al pueblo más cercano a comprar algo de ropa para el y Obanai había sido llamado por su cuervo para otra misión, por lo que se habia retirado no sin antes prometerle que regresaría pronto, como si a el le importara.

Mientras tanto, ellos se dirigían a la finca mariposa, ya que tanto Kyojuro como Shinobu se habían negado a que fuera con el resto de cazadores y kakushis.

Después de que la alfa curará sus heridas había insistido tanto en tomar un baño, ya que le avergonzaba mucho ser visto en ese estado tan lamentable y aunque nadie había comentado nada, sabía que no tenia un olor muy agradable.

— No tienes que avergonzarte Tanjiro, este es mi deber, además es peligroso podrías abrirte las heridas de nuevo si llegas a tallarte con demasiada fuerza — comentó la alfa con una sonrisa, mientras desprendía de sus feromonas para tranquilizarlo ya que notaba como el omega estaba todo sonrojado y soltaba un olor a incomodidad.

El pelirrojo solo asintió avergonzado por lo que la chica decía, cuando empezó a oler el característico aroma a vainilla de Kyojuro, como señal de que se acercaba, un olor poco común en alfas.

Kyojuro Rengoku era un alfa muy amable y gentil según todos en la asociación, pero cuando intentaba acercarse a el, al igual que con el pilar de la serpiente, era recibido con un aroma a la defensiva, ya que no aceptaba que su destinado fuera un omega tan debil que ni siquiera podía cumplir con el reglamento de los cazadores de demonios, con el no había tenido tantos problemas como con el resto ya que nunca había sido agredido por este, pero el junto a los demás se había encargado de que no volviera a sostener su katana, encerrándolo en la mansión por el resto de sus días, ya que no le permitían seguir asistiendo a misiones y en caso de negarse pasaría menos días con sus hijos a los que sólo podía ver dos veces al mes y en fechas festivas.

Salió de sus pensamientos al sentir como la alfa que estaba sentada detrás de el se paraba para dirigirse a Kyojuro y tomar la ropa que había traído, también notaba como estos se secreteaban mucho para que el no oyera, suponía que era por qué ellos pensaban que el no los recordaba.

— ¿Aún no ha dicho nada? — preguntó Kyojuro en un susurro con curiosidad.

— No, se ha negado a hablar, solo responde cuando es necesario, no es así como lo recordaba — contestó Shinobu de forma pesimista.

— Dale un poco de tiempo, recuerda que ha pasado por mucho, sabes que los omegas son muy fragiles y no sabemos que tipo de cosas le hizo el demonio — dijo Kyojuro con un tono tranquilo mientras ponía una mano en el hombro de su compañera para tratar de darle animos —Deberiamos de pasar la noche aquí, ya se esta metiendo el sol y aún falta un día más para llegar a la finca.

La pelimorada asintió a lo dicho por el rubio y se volteó hacía el pelirrojo.

— Tanjiro, es hora de salir, pasaremos la noche acampando aquí en el bosque, no debes preocuparte por los demonios, después de todo estamos aquí contigo —explico Shinobu con una sonrisa, el nombrado solo asintió a lo dicho por la contraria.

[...]

Douma estaba preparando la comida muy emocionado para sus alfas mientras pensaba que no podía estar más feliz, había notado como el comportamiento de sus parejas había cambiado bruscamente desde hacía unos meses, pasaban más tiempo en casa y Kanae había dejado de agredirlo, hasta lo había dejado llamarla por su nombre, no pudo evitar recordar como era su vida antes.

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