Capitulo 4

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Tanjiro e Inosuke se encontraban sentados en el jardín de la finca de la pilar del hielo, había ido allí por petición del mayor, pues Kotoha le había pedido a Inosuke que intentará que Douma se hiciera más cercano a Tanjiro y Zenitsu para que conociera a más omegas, cosa que no le molestaba, el mayor le agradaba mucho.

— Yo digo que no te aman realmente, solo amaban que estes para ellos, no deberías de pasar tu celo a su lado  — opinó Inosuke sin ninguna delicadeza, mientras mecía a la bebe que tenía en brazos.

— Ya lo se, pero no tengo otra opción y muy en el fondo tengo la esperanza de que esta vez si me dejen cargar a mis cachorros — contestó Tanjiro mientras veía fijamente a la bebe que Inosuke cargaba en brazos.

[...]

Un grito ensordecedor se escuchó en toda la mansión, más especificamente proveniente de una habitación en la que se encontraban dos mujeres alfas atendiendo el parto de un omega, moviendose de forma apresurada, pues el último cachorro era demasiado grande y habían surgido complicaciones, si seguían así iban a tener que cortar.

— ¡Resiste un poco más, ya casi terminamos! — exclamó Shinobu mientras soltaba de su olor para tranquilizar a su omega — ¡Kanae, aplica la anestesia!

—¿Estás segura? ¡Ni siquiera tenemos sangre para hacerle una transfusión sanguínea después! — razonó la chica con duda.

— Hazlo, después me encargare de eso — ordenó Shinobu, ambos compartían el mismo tipo de sangre, terminando el parto le donaría un poco, la alfa que no sabía acerca de esto, con un poco de duda hizo caso a lo ordenado.

Había sido un parto largo y difícil, pero al final todo había resultado bien, Tanjiro tuvo tres cachorros, por los olores pudieron adivinar que el primero era de Giyu, el segundo de Muichiro y el último de Gyomei.

Ya habían saturado la herida, ambas mujeres se encontraban exhaustas, la alfa menor se encontraba sentada al lado del pelirrojo, haciendole la transfusión.

El omega ya estaba recuperando la consciencia, si terminaba de despertar por completo las cosas se harían más difíciles, por lo que Kanae se levantó de su asiento y salió al pasillo de la habitación.

— Tomioka, Tokito, Himejima, los cachorros son suyos, dense prisa, aún se encuentra debil  — informó la azabache.

Los mencionados asintieron a lo dicho por la chica y se dirigieron a la habitación, cada uno agarró a su cachorro y lo marco con su aroma.

Los tres cachorros resultaron ser varones, el de Tomioka tenía el pelo azabache y los ojos azules, no tenía ninguna seña característica que diera a entender quien era su madre, más que el olor, decidió llamarlo Hikaru.

El bebé de Muichiro también era una copia de su padre, tenía el pelo azabache con mechas mentas y los ojos color menta como su padre, lo nombró Hiroki.

Y por último el de Gyomei, a diferencia de sus hermanos era el único que estaba llorando, por lo que tuvo que mecerlo para calmarlo, este tenía el pelo negro y los ojos rojos como su madre, lo nombró Tatsumi.

Tanjiro iba recuperando cada vez más la consciencia, al ver que los alfas se retiraban con sus cachorros en brazos, sintió como la anestesia se le bajaba de un tirón y se sentó inmediatamente entrando en pánico, ya había recibido amenazas anteriormente, pero no pensó que realmente fueran capaces de hacerlo, pues lo consideraba muy cruel de su parte e Iguro le había dicho que sería cuando los cachorros dejarán la leche, no en cuanto nacieran.

— ¡Esperen ¿A dónde se los llevan?! — preguntó el omega alterado mientras intentaba levantarse y era sujetado por la menor de las hermanas Kocho.

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