Capitulo 24

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Lean las notas del final, por favor y disfruten de la lectura.

[...]

Se removió incómodo entre las cobijas, mientras se tapaba el rostro con una de las almohadas, tratando inútilmente de aminorar el ruido proveniente del pasillo y de retomar su sueño.

Solo cuándo notó que eso sería imposible se levantó molesto, con su enorme vientre de siete meses para dirigirse hacía el origen del escándalo ya teniendo una idea acerca de quienes estaban involucrados, comenzaba a ser casi una tradición que tenía que festejar todas las mañana.

— ¡Tú y tus jodidas porquerías! ¡Si vas a usar la cocina al menos ten la descendencia de limpiar! — exclamó el azabache enojado tratando de sobreponerse al contrario con sus feromonas, al principio le había sorprendido oír a Giyu alzar la voz, pero ya comenzaba a acostumbrarse.

Se sujeto el puente de la nariz tratando de reunir paciencia antes los dos hombres que seguían discutiendo tan ensimismados en si mismos que ni siquiera parecían haberse dado cuenta de su presencia lo que solo lograba encabronarle más.

Soltó un suspiro agotado antes de sujetar por detrás al peliblanco justo a tiempo, al ver sus intenciones de golpear al azabache con un sartén, llamando así la atención de ambos alfas.

— ¿Se puede saber por qué están discutiendo a esta hora? No son ni las seis de la mañana — rezongo el omega, con los brazos cruzados, haciendo un enorme esfuerzo para no alzar la voz también.

— ¡Lo que pasa es que este lunático es un estirado, fanático de la limpieza, no se soporta ni el mismo y quiere que yo lo haga por el! — explotó Sanemi, recibiendo un gruñido por parte del otro alfa.

— Este es el colmo, encima me quieres echar la culpa a mi, tu eres el cerdo que deja todo sucio después de usar la cocina y dejas tu ropa tirada en el suelo del baño cuando llegas de tus misiones — le reclamó el ojiazul en un tono frío y tranquilo.

— ¡Lo del baño no te estorba nada dejarlo ahí un día, yo también vengo cansado de mis misiones! — respondió el ojivioleta, con ganas de golpear al más bajo.

— ¡Todos estamos cansados, no eres el...!

— ¡Suficiente, ya me tienen harto! No los aguanto a ninguno de los dos, tu eres un desconsiderado al dejar la cocina hecha un desastre y tu eres demasiado molesto al estar insistiendo con que limpiemos a cada rato! — les grito el menor para sorpresa de ambos — ¡Y tu, por lo menos debiste de haber intentado intervenir para que guardarán silencio y así yo hubiera podido dormir un rato más! — le reclamó al otro albino quien estaba inmóvil en la sala tratando de no ser notado por el pelirrojo y fallando estrepitosamente.

Frunció el ceño aun mas molesto al escuchar al ojifucsia soltar un suspiro cansado, la poca relación que habían logrado tener estos últimos meses había caído en picada, pues la paciencia y entusiasmo de Tengen estaba mermando antes los constantes malos tratos del pelirrojo y lo ultimo que quería hacer era discutir, pero lo único que el omega hacía cada vez que se encontraban era presionarlo una y otra vez, queriendo empujarlo hasta su limite.

No pensó que reconciliarse con el menor sería tan difícil.

— ¿Y todavía tienes el descaro de suspirar? ¡Trata de ponerte en mi lugar una maldita vez y sabrás lo que es estar verdaderamente cansado teniendo que lidiar con ustedes todos los días! — exclamó el más bajo en un tono indignado.

— ¿Como no quieres que me canse si en cada oportunidad que se te presenta tienes que buscar la maldita manera pelear? — siseó Tengen, sin querer levantar la voz y tratando de mantener la calma, lo que se le estaba complicando ante los gritos del pelirrojo y las alteradas feromonas de los otros dos alfas.

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