Capitulo 19

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Abrió los ojos con lentitud, con la luz del sol golpeando fuertemente en su rostro y un agradable aroma a girasoles que se le hacía familiar inundando la habitación por completo.

Soltó un siseo de dolor al intentar moverse, ya que al instante sintió un ardor en su abdomen y parte de su pecho y ojo, producto de sus heridas hechas en combate.

Se sentó de golpe en la camilla al recordar lo sucedido ¿Zenitsu estará bien? La última vez este tenía una gran herida en su vientre.

Al girar la cabeza para ver a su alrededor, notó con asombro y con algo de emoción como cierto omega ya conocido estaba sentado en una dura silla a su lado, con los brazos cruzados sobre su pecho y los párpados cerrados.

Supuso que el rubio se sintió observado, ya que después de unos segundos soltó un gran bostezo desperezandose, antes de notar también sorprendido como el azabache le miraba fijamente.

Se paró de un brinco de su lugar, sin siquiera decir una palabra, para ir por ayuda, antes de ser detenido por un suave agarre sobre su muñeca.

— Kaigaku...necesitas ser revisado, deja que vaya por una de las señoritas Kocho para que te revise —le comentó el ojimiel, aún sin poder creer que el ojiazul al fin había despertado después de una semana entera de haber estado en coma.

Por supuesto que quería hablar con el, quería sobre todo agradecerle por haberlo salvado, pero era más importante que fuera revisado por un médico, después tendría todo el tiempo del mundo para hablar con su querido hermano mayor.

Por lo qué tomó la mano del contrario con delicadeza, antes de apartarla hacía un lado, sin saber lo que eso ocasionaba en el alfa, quien sólo quería estar a su lado y asegurarse de que el omega estuviera bien.

[...]

Soltó un largo bostezo de sueño, haciendo un gran esfuerzo por mantener los ojos abiertos, mientras comía de su desayuno en compañía de Muichiro, Shinobu y Tengen.

Giyu estaba en el jardin entrenando y el resto habían salido de misiones, pues tenían que ponerse al corriente con sus labores después de haber estado "descansando" por una semana entera.

Muichiro también tenía misiones, pero había decidido quedarse un rato más, con la excusa de que aún era de día y que podía conseguir la información del demonio por la tarde, que no había prisas.

Niño tonto.

Lo que el daría por estar en su lugar y salir de esa horrible casa.

Soltó un suspiro de irritación al sentir como el menor seguía sobando su vientre, cuando apenas había pasado un día desde que su celo acabó.

No lo había dejado en paz todo ese tiempo y ya comenzaba a irritarle.

— Tanjiro...si quieres, puedes venir conmigo el día de hoy, ire a la finca y así tal vez puedas ver a tus amigos — ofreció Shinobu de forma tímida al ver el estado de animo de su omega — Pero si no quieres está bien, puedes quedarte aquí con Tengen y Giyu — agregó al no obtener respuesta del menor.

— ¡No! — gritó el pelirrojo, mientras se levantaba de la mesa de un sobresalto — Ire contigo — afirmó en un tono determinante, no pensaba quedarse ahí ni un minuto más, con el amargado de Giyu, el lujurioso de Tengen y el empalagoso de Muichiro.

Además, ya comenzaba a extrañar a su hermana, últimamente tenía muy abandonada a la pobre, por lo qué se levantó de la mesa sin terminar su desayuno aún, dispuesto a cambiarse de ropa, temía que la alfa lo abandonará en esa casa si tardaba más de la cuenta en vestirse.

Cuando salió de su habitación con un cambio más decente, notó con desagrado como el alfa albino estaba parado a medio pasillo con los brazos cruzados sobre su pecho y un gesto serio.

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