Capitulo 17

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La cara del menor era todo un poema, no podía leer muy bien sus expresiones, lo que la desesperaba aún más.

— ¿Qué? — preguntó, con una cara que parecía ser de sorpresa.

— Estoy esperando un cachorro — volvió a repetir, en un tono aparentemente desinteresado, ya que por dentro era todo un manojo de nervios, sabia que el alfa lo aceptaría, pero aún así no podía evitar sentirse así, temía que se molestara por haberse adelantado en el embarazo.

Soltó un chillido sorprendida, al sentír como era levantada del suelo con brusquedad, antes de que el bruto de su dentinado comenzara a dar vueltas con ella, mientras el ojiesmeralda comenzaba a reír y exudaba por cada uno de sus poros feromonas de felicidad.

Por reflejo, se agarró con fuerza a sus hombros para evitar caerse.

— ¡Inosuke, bajame! — le regañó la omega, en un falso tono enojado, antes de verse contagiada por las feromonas del peliazul.

Nunca lo admitiría en voz alta, pero amaba esos comportamientos de parte de su dentinado, le parecían adorables.

Después de que el menor la dejará en el suelo, ya más calmado, exclamó con fuerza, siendo escuchado por casi toda la finca — ¡Te tengo que marcar ya!

— ¡Inosuke, hablá más bajito! — le regañó con un sonrojo pintando si cara, mientras se llevaba el dedo indice a los labios.

— ¿Qué tiene de malo? Todo el mundo lo hace, es parte de nuestra naturaleza — resongó.

— No seas tan vulgar — pidió avergonzada la ojiazul, con su alfa asintiendo a regañadientes, pues estaba embarazada, no tenía que hacerla pasar por un mal momento, tenía que darle toda la comodidad posible — No puedes marcarme aún — comentó, viendo con tristeza como los ojos esmeraldas del menor perdían al instante ese brillo característico.

— ¿Y eso por qué? Tengo que hacerlo, así sabre si necesitas mi ayuda — reclamó con los brazos cruzados.

— Aún estamos en guerra — respondió la omega, soltando feromonas para tranquilizar a su alfa y así evitar que se alterará, tenía que hacer entender al tonto de su novio.

— Eso no nos detuvo antes — replicó.

— No lo entiendes, estamos peor que antes, cada día vienen decenas de heridos, incluso tu mismo has venido seguido últimamente con nuevas heridas, algo que antes no era tan común  — explicó, antes ver con una sutil sonrisa como el peliazul la veía con una mirada de cachorro perdido que no estaba entendiendo ni un carajo de lo que le decía — Debemos de poner a Aoba como nuestra prioridad, si me marcas y te llegará a pasar algo yo moriría contigo y nuestro bebe se quedaría solo, creeme cuando te digo que no hay nada que anhelé más que enlazarme contigo — dijo, tomando al más alto de las mejillas con delicadeza y haciendo contacto visual, para que viera la veracidad en sus ojos.

— Si es lo que tu quieres y si es por el bien de Aoba, entonces así será, aunque te aseguro que no pienso morir allá afuera, tengo muchos motivos por los que volver a casa y ustedes dos son los principales— contestó el ojiesmeralda, tomando las manos de la ojiazul, dandoles un leve apretón para darle apoyo, aún cuando no estaban enlazados podía sentir la inseguridad de su omega — Te prometo que los tres llegaremos juntos al final de la guerra — prometió el menor, con una gran sonrisa, luciendo muy seguro de si mismo.

[...]

Desvío la cara confundido, al sentir como algo se aproximaba a sus labios, queriendo entrar a la fuerza.

— Vamos, tienes que comer — habló Giyu en un tono preocupado que lo hizo terminar de despertarse, para aceptar la comida que el azabache le estaba ofreciendo.

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