Capitulo 14

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— Tu hermano...es un pilar ¿No? — preguntó Kanao a Zenitsu, mientras caminaban por los vagones en busca del alfa azabache.

— Si, no hace mucho lo ascendieron a pilar...es una lastima que no seamos tan cercanos  — contestó el rubio con pesar, recibiendo un asentimiento de la pelinegra, quien llevaba cargando en su espalda la famosa caja de madera con Nezuko dentro.

— ¿Y podrás reconocerlo? — volvió a preguntar, frunciendo el ceño cuando escucho un resoplido burlón por parte de Inosuke.

— Por supuesto, Kaigaku tiene un sonido muy peculiar y lo vi hace poco cuando fui de visita con el abuelo, se nota que es su orgullo — respondió con una sonrisa sutil al recordar a su hermano mayor.

— ¡Ay, por favor Kanao! Estamos hablando del mismo alfa que se la lleva en la finca mariposa cotilleando con tu hermana para que este imbécil le haga caso, es imposible no reconocerlo — comentó Inosuke, hastiado de las preguntas sin sentido por parte de la omega.

— ¡Eso no es verdad! A Kaigaku ni siquiera le agrado y el al igual que yo es otro alfa, no digas estupideces — chilló el rubio, aparentemente ofendido y siendo ignorado por ambos presentes.

— No tengo todos mis recuerdos conmigo y todos los días van cientos de personas en busca de mi hermana — se justificó la ojirosa.

Zenitsu frunció el ceño en muestra de confusión por la extraña conversación que estaban teniendo, pero decidió no preguntar, últimamente eso era común.

— Si, como sea — respondió el alfa sin interés, a la vez que abría la puerta para entrar al siguiente vagón y sonriendo con burla en cuanto notó como el alfa azabache le dirigía una mirada de advertencia al ver que estaba muy pegado al rubio, así que queriendo jugar un poco más con el, paso uno de sus brazos por encima de los hombros del omega para pegarlo más a su cuerpo.

— ¡Kaigaku! — exclamó Zenitsu emocionado de volver a ver a su hermano, aún cuando sabia que el mayor no lo consideraba parte de su familia, ni soportaba verlo, ya que cada vez que se acercaba este desprendía un olor desagradable, como a rabia.

— Zenitsu — respondió el alfa con un asentimiento de cabeza, devolviendole el saludo, sin dejar de mirar al alfa peliazul.

— Ellos son mis compañeros, Kanao Tsuyuri e Inosuke Hashibira — presentó el omega, mientras Kanao hacia una reverencia e incómodo por el silencio abrumador que se había formado de repente, pensando que el alfa otra vez estaba hastiado por su presencia, sin saber que era todo lo contrario.

— Si, me acuerdo — contestó simplemente, haciendo más pesado el ambiente — Si quieres puedes sentarte — ofreció, palmeando el asiento a su lado y decidido a quitarle ese asqueroso aroma del alfa ojiesmeralda de encima — Será solo para hablar de la misión — agregó, tratando de justificarse.

— ¡Sera un placer! — gritó Inosuke, sentandose a su lado de imprevisto, haciendo que empezaran a gruñirse entre ambos.

— No te estaba hablando a ti— gruñó Kaigaku molesto, con el ceño fruncido, pensando para sus adentros que si el peliazul no fuera hijo de la pilar del hielo ya se hubiera desecho de el.

¿No se suponía que el ya había encontrado a su detinada? ¿Por qué seguía pegado como sanguijuela a su omega?

— No hay problema Kaigaku, aún quedan muchos asientos— intentó apaciguar Zenitsu, de forma tímida e incómodo por las fuertes feromonas que desprendían ambos alfas.

Después de que el rubio se sentará en frente suyo soltando esa dulce fragancia a girasoles que el pilar recordaba muy bien, decidió empezar.

— Como aumentaron las víctimas del tren infinito, nos han mandado aquí en busca de un posible demonio — informó Kaigaku, que aunque ya sabía todo lo que iba a pasar en la misión, hablaba como si no lo supiera — ¿No has cenado aún? — preguntó, cambiando de tema bruscamente, mientras le estiraba una caja de bento que había preparado justo antes de salir de mision, pensando que ya había disimulado lo suficiente, aunque no habían durado ni un minuto hablando de la misión.

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