El calor de los rayos del sol que pegan contra mi piel me hace abrir los ojos lenta y pesadamente. Me tardo unos instantes para despertarme completamente y comprender en qué situación estoy metido.
Quizás fue la dureza del sillón sobre el que estoy acostado o el estrecho espacio que hay para mis piernas lo que me dio una pista rápida de que no estoy en mi casa. Soy un maldito idiota.
Comienzo a incorporarme lentamente, en medio del traqueteo de mi espalda y gemidos pesados que escapan de mi boca conforme estiro mi espalda, cuando me doy cuenta que hay una taza de café humeante sobre la mesa junto al sillón en el que al parecer dormí.
Levanto la mirada hacia la parte de la caja registradora y una joven me regala una sonrisa amable en cuanto nuestros ojos hacen contacto. No puedo creer que en mi estado debería haya decidido venir aquí.
–Ha despertado, profesor...-separo la taza de mis labios en cuanto escucho la voz del joven que me ha atendido varias veces.
–Gracias al cielo alguien conocido...-digo por lo bajo antes de acercarme un poco más a él.-¿puedes decirme porque estoy aquí?...-él observa en todas direcciones antes de sentarse en la silla a mi lado.
–Por el estado en el que lo vimos ayer, nuestra jefa permitió que lo dejáramos durmiendo aquí, ya que no sabíamos donde vive usted ni a quién llamar...-coloco una mano sobre mis ojos y dejo escapar un suspiro frustrado ante eso.
–Ya puedo imaginar la escena que monté aquí...-ruego a Dios no haberme subido a ninguna mesa a bailar o alguna de esas estupideces que se hace cuando está ebrio.
–Solamente se sentó aquí y comenzó a decir un par de cosas malas sobre una mujer de la que sinceramente no recuerdo el nombre...-levanto la mirada hacia el techo y nuevamente dejo escapar el aire.-no había mucha gente cuando usted llegó, si lo que le preocupa es que alguien lo haya visto...-paso una mano por mi cabello y me siento derecho para por lo menos verme como alguien decente.-igual, casi no nos preocupamos por usted porque alguien lo acompañó todo el rato que se mantuvo abierta la cafetería...-frunzo el ceño ligeramente y dirijo mi mirada hacia él.
–¿Acompañó?...-él asiente con la cabeza en respuesta y de inmediato un montón de pensamientos invaden mi cerebro.-¿era hombre o mujer?...-si mis teorías no son erróneas y mi cerebro está funcionando al cien por ciento, puede que esa persona sea la que ha estado enviando las cartas.
–Era una mujer...-una extraña sensación de alivio me invade el cuerpo al saber que quién me ha estado enviando cartas es una mujer y no un hombre como creí al principio.
–De casualidad, ¿la pudo ver bien? ¿Sabe cómo es ella? ¿De qué color es su cabello, sus ojos y como es su rostro? ¿O su estatura? ¿Tenía algo particular que llamaba la atención?...-esa bola de preguntas salió de mi boca antes de que pudiera frenarla o pensarla mejor.-perdóneme...-no puedo creer que haya dejado que por un instante la curiosidad dominara por completo mi sistema.Él me regala una sonrisa amable antes de levantarse de la silla para irse a atender a otras personas. No sé qué me pasa ni porque estoy preguntando por alguien a quien no deseo conocer, pero al saber que alguien me acompañó y que fue una mujer, ella vino a mi cabeza y me entró la curiosidad de saber cómo es.
–Tenía ojos azules...-dice el joven de repente y girando rápidamente en su sitio.
–¿Ojos azules?...-digo por lo bajo y tratando de que mi mente no olvide ese detalle.-no sé si es mucho pedir, pero ¿cree que podría darme una descripción más a fondo de cómo era su mirada?...-entrelaza sus brazos sobre su pecho mientras piensa en su respuesta.
–Diría que la forma de describirla es cálida...-me lleno de confusión rápidamente ante esa extraña descripción sobre una mirada.-sus ojos azules transmitían una calidez al mirarnos...-creo que esa nueva descripción me deja un poquito más ubicado con respecto a la mirada de esta mujer.-pero...-levanto la mirada hacia él al escuchar ese extraño y profundo "pero" qué ha salido de esos labios de repente.-se sentía diferente cuando lo miraba a usted, es como si de alguna forma todo desapareciera a su alrededor y sólo usted existiera para sus ojos...-bajo la mirada hacia mis manos entrelazadas y trago pesadamente. Esa es una descripción bastante inesperada y que de alguna forma me hace sentir extraño.
–Le agradezco mucho que me haya ayudado con esa descripción...-digo sentándome derecho en el sillón y regalándole una sonrisa amable.
–Me alegra haberle ayudado, profesor...-dice él antes de retirarse y dejarme nuevamente con la soledad de mi mente.Parece que he olvidado porque jamás tomo algún tipo de alcohol y por qué precisamente evito las malditas citas a ciegas que planea Matt. Toda cita ciegas incluye alcohol y también tener contacto con una mujer desconocida, lo cual había evitado a la perfección hasta que esta mujer decidió traspasar mi escudo y verme en mi momento más vulnerable.
Ni siquiera voy a intentar recordar algo porque es probable que no lo vaya a lograr nuevamente y para ser honesto, no tengo gran interés en recordar un poco de estupideces que dije sobre Cara ni mucho menos las cosas que hice en ese estado.
Paso una mano por mi cabello con resignación antes de finalmente levantarme del sillón y acomodarme ligeramente la ropa que llevo puesta. Agradezco que no haya tanta gente en este lugar o sufriría un bochorno enorme.
–¿Dereck?...-giro mi cabeza ligeramente en cuanto oigo mi nombre.-creí haber visto erróneamente, pero realmente eres tú...-en cuanto reconozco su rostro, una sonrisa sorpresivamente real se dibuja en mis labios.
–Anna...-digo antes de acercarme a ella para envolverla con mis brazos.-que sorpresa verte...-me regala una de esas sonrisas tiernas que dejan ver ese hoyuelo bajo su labio inferior.-¿qué haces aquí?...-no puedo pasar por alto el anillo de matrimonio que veo en su dedo, pero lo disimulo.
–Me mudé aquí...-separa la mano con el anillo del vaso de café y la levanta para que lo mire.-con mi esposo...-por extraño que parezca, me alegra mucho que después de que rompiéramos pudiera conseguir a alguien que realmente la amara.-Enzo...-eso me saca completamente de órbita.
–¿Enzo?...-por la forma en la que se ha llenado de vergüenza su rostro, me doy cuenta que si es el Enzo que creo que es.-¿te refieres a mi hermano?...-una mezcla de sorpresa, extrañeza y duda invade mi mente rápidamente.No puedo creer que mi hermano no me haya contado que se ha casado ni mucho menos que lo haya hecho con la mujer que estuvo conmigo antes de Cara y aunque es un hecho que no es un crimen, si es inesperado y extraño el porque de que mi hermano jamás se atrevió a decirme nada sobre eso.
ESTÁS LEYENDO
Mi querido profesor. ♡
Romance"Todas las grandes historias comienzan en el final de un desastre y esta no era la excepción a la regla." El profesor Dereck Emerson era ese hombre callado y solitario al que todas las mujeres buscaban, más del que toda persona con cerebro y un cel...