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"Mi querido profesor..."


Esa primera línea es la que siempre marca el inicio de un escrito que posiblemente en el futuro admiraré o quizás llegue a añorar con todas las fuerzas de mi alma.

Quisiera poder entender cuál es el mensaje oculto en todas estas cartas y sí realmente solo es una expresión de su más sincero y profundo afecto por mi persona.

Él se acerca para observar cada una de las cartas que están sobre la mesa y analizar todo lo que dicen. Me resulta un poco incómodo que alguien más las vea, pero necesito que se quite de la cabeza que yo vaya a utilizar esas cartas para escribir la novela.

–¿Cuándo planeas empezar a escribir la novela?...-vuelco los ojos y dejo escapar un suspiro frustrado.-no sé qué tanto esperas si aquí tienes buen material...-me acerco a la mesa y me pongo frente a él para taparle la vista de las cartas.
–No planeo utilizar las cartas como inspiración para escribir una novela romántica...-ahora el que deja escapar un suspiro cargado frustración es él.
–Vamos Dereck...-da dos pasos hacia la izquierda y estira una mano para señalar las cartas.-¿tienes el mejor material romántico justo aquí y no planeas utilizarlo?...-me limito a solamente negar con la cabeza en respuesta.
–Lo utilizaría si hubiera sido yo el que escribió todo esto...-él me mira con una expresión incrédula en su rostro.
–¿Acaso crees que los grandes escritores románticos no se inspiraron en una cosa como ésta o en una película o en una historia romántica que quizás escucharon en el transporte público y de repente se inspiraron para escribir una gran novela romántica?...-me gustaría que alguna cosa de lo que está diciendo tuviera sentido.-Dereck...-él se acerca a mí y me toma firmemente de ambos brazos.-utiliza estas cartas para hacer tu novela romántica y así ganar ese concurso...-su mirada se dirige nuevamente hacia las cartas y un pensamiento parece surcar en su cabeza.-si lo piensas bien, con estas cartas ya tienes suficiente para poder realizarla...-su mirada se dirige nuevamente hacia mí y en sus labios se dibuja una sonrisa.-ya no necesitas que ella te siga enviando cartas que evidentemente detestas...-me limito a solamente sonreír y asentir con la cabeza.
–Sí, es posible...-digo antes de alejarme de su lado y dirigirme hacia la cocina donde tengo el café caliente.

La verdad es que no me había detenido a pensar en que, si utilizaba estas cartas para realizar la novela, tendría que decirle a esa mujer que era mejor que dejara de enviarlas y así me libraría de ella de una vez por todas.

No sabía que tenía la oportunidad de hacer eso desde un principio y en su lugar, solamente me quedé aquí resistiendo todos y cada una de sus palabras románticas que me parecían bastante empalagosas.

–Piénsalo bien...-sirvo dos tazas de café y me encamino hacia él para darle una.-ya no tendrás a tu molesta acosadora enviando estas cartas tan terriblemente empalagosas donde te revela su amor en cada palabra...-tomo un sorbo de café y asiento con la cabeza en respuesta.

En ese aspecto él tiene razón, me voy a poder deshacer de ella y podré seguir con mi vida normal como si nada de esto hubiera pasado.

–Es cierto...-digo sin más antes de beberme otro sorbo de café y analizar ese escenario.

El sonido de su risa burlona me hace salir de la profundidad de mis pensamientos y enfocar toda mi atención en él. A veces siento que el mayor de los dos es él y no yo.

–Debo decir que a como eres escribiendo historias románticas, también lo eres fingiendo...-vuelca los ojos antes de girar para observar las cartas nuevamente.
–¿A qué te refieres?...-gira su rostro hacia mi dirección mientras estira una mano para tocar una de las cartas con la punta de un dedo.
–Te gusta esta mujer, Dereck...-dejo escapar un enorme "Pfff" al aire y empiezo a reír sonoramente.
–¿Estás demente? Vengo desde el principio tratando de deshacerme de ella y crees que ahora me gusta, ¿estás seguro que tu esposa te está dando la suficiente comida?...-una sonrisa malévola se dibuja en sus labios y para ser completamente honesto, no sé qué significa eso.
–¿Yo estoy demente? ¿Estás seguro de lo que estás diciendo?...-al ver que no respondo nada, su sonrisa malévola se vuelve más extensa de lo normal.-muy bien...-gira nuevamente y en un movimiento rápido, toma todas las cartas de la mesa y comienza a correr hacia la puerta.
–Oye..Tú...En...¡ENZO!...-cuando comienza a seguirlo, me empiezo a cuestionar si él tiene razón o si solamente está hablando estupideces.

Siempre me ha parecido que es una completa estupidez seguir a una persona por todos los lugares posibles, pero extrañamente ahora yo no puedo dejar de seguirlo.

Me detengo en media acera cuando mi corazón palpita desenfrenado en mi pecho y el aire no llega correctamente a mis pulmones. Estoy demasiado viejo para correr detrás de un hombre más joven que yo.

–Oye...-levanto la mirada del suelo y la enfoco en él.-¿estás seguro que no sientes nada por esta mujer?...-la mano en la que sostiene las cartas está extendida justamente encima de un bote de basura.
–¿Puedes parar ya este juego de mierda y darme eso? ¿O es que acaso no eres tú el que insiste en que escriba una estúpida novela con eso?...-mis palabras solamente lo hacen reír y provocan que haga un intento de asustarme haciendo que las va a tirar al bote.-para este estúpido juego y dame eso ya...-atrae la mano con las cartas hasta su pecho y una sensación de alivio invade mi sistema rápidamente.
–¿Ya vas a admitir que te gusta esta mujer?...-este idiota empieza a fastidiarme más de lo que normalmente debería hacerlo un hermano.
–Deja la mierda ya y dame esas cartas, Enzo...-levanta las cejas para darme a entender que mis palabras no provocan nada en él y nuevamente estira su mano con las cartas, pero esta vez sí la suelta sobre el bote de basura.-mierda...-corro hacia el bote de basura y me asomo para ver dónde han caído las cartas.

Me fastidia ver que todas han caído en diferentes direcciones y que unas parecen haberse ensuciado con toda la basura que hay ahí adentro. Entrar ahí a recogerlas no es una opción con tanta cosas asquerosa que se puede ver desde aquí.

–Oye estúpido...-giro mi rostro hacia él y le doy mi peor mirada de muerte.-las cartas todavía están en la mesa...-esas palabras borran toda expresión de rabia de mi rostro.-eso de ahí solo son los sobres...-se acerca a mí y golpea mi hombro con su mano.-pero ella no te gusta, ¿cierto?...-me sonríe con victoria antes de irse y dejarme aquí con una sensación de alivio, rabia y confusión por lo que esto puede llegar a significar.

Mi querido profesor. ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora