Inocencia Atrapada「Fanfic/EunHae/FINALIZADA」

Por amor se lucha

El amor casi nunca tiene razones, o si las tiene, suelen ir a la rezaga del sentimiento cual cola de un cometa en el aire. Primero, inexplicablemente, se nos hace girones el corazón entre sentimientos y dudas, para luego, tozudamente, el cerebro intente darle un orden lógico al exabrupto, sin mucho éxito.

Y ahí es donde se encontraba Hyukjae ahora mismo.

Le daba mil y una vueltas al asunto sin estar de acuerdo o en desacuerdo con nada.

¿Estaba enamorado de Donghae? Sí, o, al menos, así se sentía. ¿Pero por qué precisamente Lee Donghae? No existía respuesta o explicación, sino más bien un rotundo "Porque sí", tan irracional como hermoso. ¡¿Y por qué no?!

"No hay nada en malo en amar a Hae", eso es lo cree fielmente Hyukjae pero sabe muy bien que un "te quiero" siempre implica ambición, pues suele incluir un "me perteneces" acaparador de cierta necesidad de posesión.

Y a eso, precisamente, es a lo que teme.

Los enamorados se miran hasta gastarse, se descubren, se maravillan y se hipnotizan el uno al otro, pues el otro es fuente de deseo. Es entonces cuando tu mente y corazón gritan al unísono: ¡Qué alegría que seas mío!

Caso imposible para el rubio con mil problemas en la mente.

Él no podía pedir, vaya... ni siquiera se atrevía a pensar en esperar el día en que, gracias a sus acciones y sentimientos, aquellos ojos avellanas le miraran con el brillo que sabía ahora aparecía en los suyos. Porque Lee Donghae es solo un niño; inocente y bueno sin ningún mal pensamiento.

¡¿Qué derecho tenía él de cambiar aquello?!

Pensó en renunciar a su empleo, lo pensó demasiado. Pero aquello no era justo para Dae que le esperaba para pasar el tiempo con gente nueva y confiable, no era justo para sus amigos quienes confiaban en él y le apoyaban, no era justo para la señora Lee quien confiaba ciegamente en su persona, no era justo para Hae que ya se había acostumbrado a su presencia y, sobre todo, no era justo para su corazón quien, quizá egoístamente, le pedía a gritos un segundo más con el menor.

¿Acaso es mucho pedir que el amor no sea tan complicado...? La respuesta era clara: Sí.

Hyuk no tiene idea porque le da tantas vueltas al asunto en su cabeza, pero lo hace. Una y otra vez. Repasa sin parar la situación en que conoció al menor, el cómo se sintió cuando le vio, analiza con sumo detalle el cómo su cuerpo alcanzo a reaccionar algo al querer defenderle, el cómo se sentía cuando le tenía cerca de él y a Dae... ¿Con tanto en su cabeza no había la posibilidad de que se volviera loco?

-¿Hyukie?

La voz de Hae llego hasta sus oídos, atravesando la cocina y la sala del departamento, por lo que se levantó y fue en busca del menor. Le encontró al pie de la cama en su habitación con el ceño fruncido y apretando fuertemente sobre su pecho un enorme peluche de oso.

-Ya era hora de que despertaras...

-¿Dónde está Dae? -cuestiono soñoliento entre bostecitos.

-Lo lleve a la sala para que no te molestará -respondió su niñero yendo hasta él-. Tu mamá ya se fue al trabajo y nosotros tres tenemos el día para nosotros, así que... ¿Te gustaría hacer algo en especial?

-Quiero ir al parque -pidió de inmediato, despertando en su totalidad.

-Solo recuerda que Dae aún no puede ir a los juegos contigo, ¿bien?

En lugar de una respuesta oral, el mayor sintió los labios del menor sobre su mejilla antes de salir corriendo al baño. Un golpe sobre su pecho le hizo acelerar su corazón a la vez que una descarga -similar a un rayo- le travesaba el cuerpo maldiciéndolo.