Medicina para...

7K 382 73
                                    

El sol ya empezaba a calentar la ciudad poco a poco y, a la vez, en aquel apacible edificio se escuchaba un par de violines atreves del estéreo tranquilizando el lugar.

-Sigo sin entender este juego.

-Pero ya te lo explique muchas veces...

-Pues hazlo otra vez.

-Está bien...

Yesung seguía intentando -con verdaderas fuerzas- seguir el juego de cartas que el pequeño Hae le había insistido en jugar, pero por mucho que lo intentara aquel juego no era lo suyo. El cabello de Donghae estaba despeinado al igual que su azabache acompañante mientras que, en la cocina, un muy arreglado y apurado Ryeowook se paseaba de un lugar a otro con diferentes utensilios e ingredientes de cocina.

-El desayuno está servido -anuncio el pequeño cocinero provocando la inmediata atención del menor del lugar.

Donghae se apresuró con pasos grandes al comedor mientras un fastidiado Yesung, por el previo juego de cartas, le seguía a paso lento.

La cocina esta llenaba de un aroma exquisito y algo dulce. La mesa estaba repleta, casi a reventar, de diferentes tipos de panecillos y frutas acompañados de café o, en su defecto, leche fresca; además de un plato enorme con un par de huevos y tocino justo en el lugar donde el menor acostumbraba sentarse.

Sin perder un solo segundo el menor comenzó a degustar su desayuno, apartándose así un poco de los actos de sus dos mayores acompañantes:

-¿Acaso tu nunca te vez hecho mierda? -cuestiono Yesung a la vez que intentaba acomodar un poco su cabello.

-No -respondió simplemente el pequeño cocinero mientras veía a su amigo pelear con su peinado-. Me quedare un rato más con Hae -hablo Ryeowook mirando a su amigo y compañero de clases ya sentado en la mesa, derrotado por no conseguir que su cabello luciera decentemente-. Si gustas puedes retirarte Yesung, debes tener muchas cosas que hacer...

El mayor se lo pensó un poco y después volteo a mirar a Hae.

-No tengo nada importante que hacer -decreto pasados ya unos minutos y tomo un pedazo de tocino del plato de Hae, quien ya tenía la cara algo sucia por el ímpetu con el que comía y ni noto el pequeño robo de sus alimentos.

-Pe-pero Yesung... yo...

-De verdad no tengo nada que hacer Wook -hablo posando ahora, en sus labios, algo de la fruta frente a él-. Puedo esperarte sin problemas.

Ryeowook miro con suma atención a Yesung comiendo ya un panecillo y molestando al menor con comentarios graciosos sobre su aspecto y apetito.

-Pero... ¿Por qué? -susurro sin que nadie le escuchara ni se detuvieran.

Desde que había conocido a Yesung este le cuidaba y le hacía sentir seguro de sí mismo, pero los últimos meses le había visto demasiado sobreprotector. Como aquel día. Tan solo pudo hacerle una llama para decirle que Hyukjae le había pedido y favor y, ahora, estaría en casa de Hae sin salir hasta que la madre del menor y el mismo Hyukjae regresaran. Se sintió mal por cancelar sus planes con su amigo para salir de compras, pero se asombró al escuchar que su amigo le pedía la dirección para acompañarle e irse de compras hasta en la noche, una vez que terminara con sus compromisos. Ryeowook insistió tanto en verlo hasta otro día pero el azabache insistió aun con más fuerzas para que le pasase la dirección y pudiera ir hacerle compañía.

Y ahora ahí estaban. Acompañando al menor a desayunar hasta que fuera el momento de irse.

¿Debería considerarse rara la situación entre él y Yesung?

Inocencia Atrapada「Fanfic/EunHae/FINALIZADA」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora