Mención especial "fetiche": le gusta que lo ahorques.
Hobie no sería de las personas que tienen la necesidad de mantener relaciones sexuales todo el tiempo con su pareja. Es algo que disfruta, sí. Pero hay otro tipo de cosas a las que le da más prioridad, o incluso que aprecia más. Tocar instrumentos juntos, pasar tiempo de calidad en tu casa o su departamento, organizar protestas, o incluso reventar algunas cabezas opositoras cuando las protestas se salían de control. Él amaba eso de ti, tu espíritu libre...
Pero también amaba tus curvas, y no se molestaba en negarlo.
~•~
—¿Cómo estuvo el patrullaje?—
—Borrachines, algunos ladrones tristes y un par de tipos peleando en la avenida.—Hobie entró al cuarto de la chica y no tardó en quitarse la máscara.
—Nada de problemas entonces.—
—Nah.—dejó la guitarra en un rincón, comenzando a quitarse el traje—. ¿Había dejado una camiseta y unos pantalones aquí no?—
—Bueno...—Hobie le dedicó más atención a la chica, notando que traía su remera—. Te la doy, no hay probelma.—
Antes de poder decirle que estaba bien, ____ se quitó la remera y se la lanzó, quedando solo en sostén.
—Tus pantalones... Creo que están colgados en el patio, los lavé porque eran un asco.—la chica confirmó que no estaban en el ropero—. Déjame ir por ellos y-
—Déjalo.—sintió los brazos de Hobie rodearla por la espalda—. Puedo acostarme solo en ropa interior.—
—¿Te invitas solo a dormir conmigo?—lo escuchó reír en su oído.
—Bueno... Dormir no es la palabra que estaba imaginando.—
Las grandes manos de Hobie se deslizaron por su abdomen, disfrutando la calidez que emanaba. Dejó besitos en su hombro, apretujando su cintura gustoso.
—... ¿Podrías dejar de amasar mi panza como si fuese masa de pizza? ¡Hobie!—____ le dio un golpe en la frente al sentirlo morder su hombro.
Dejó besitos sobre la mordida. La mujer no volvió a alejarlo, esta vez inclinando aún más la cabeza, dándole mejor acceso para besarla.
—Lindo sostén ¿sabes qué queda mejor?—le quitó la prenda, apretando sus pechos sin tardar—. Mis manos, mira... Caben perfecto.—
El guitarrista rió bajito apenas la chica volteó y lo empujó hacia la cama detrás de él, subiéndose sobre su abdomen. Llevó sus manos al cuello de Hobie, quien sonrió de solo sentir sus cálidas manos rodearlo.
—Mira, te quedan mejor que éste collar... ¿Quién te lo había regalado? ¿La niña ballet?—
Le quitó aquel choker y lo lanzó sin cuidado al suelo, inclinándose sobre él y comenzando a ejercer una leve presión en su cuello. A la mujer no le agradaba mucho la idea de lastimarlo, pero Hobie insistía tanto en lo mucho que lo disfrutaba que no podía negarse.
—Me lo dio Gwen, una amiga.—sonrió al ver el ceño fruncido de su novia.
—¿Te parece gracioso molestarme?—
—No creo en las provocaciones.—
____ devoró sus labios con algo de rudeza, tirando apenas de aquel piercing en su labio. Hobie amaba eso. Dejó unos besitos fugaces en sus labios, y fue bajando poco a poco hasta su cuello, donde lo mordió.
—Mordiste más fuerte.—____ sonrió victoriosa mientras su mano bajaba desde el abdomen de Hobie hasta su ropa interior. Lo sintió tensarse al presionar su miembro bajo la tela.
—No podrás usar ese collar si tienes lastimado, te dolerá.—
—Me curo enseguida, cariño... No es problema para mi.—la tomó de los hombros con intención de acomodarla bajo su cuerpo, pero ella se negó.
—Vuelves a ponerte ese choker... y las tachas terminarán en tu trasero ¿Me escuchaste?—lo empujó contra la cama al sentir que quería volver a intentar tomar las riendas—. Yo iré arriba esta vez.—
Hobie alzó ambas manos divertido, a modo de rendición. La chica urgó rápidamente en su mesita de noche, de donde sacó un preservativo y lo colocó sin problemas en el miembro de su pareja.
—¿Nada de cariño antes?—soltó el chico con dificultad apenas sintió que ella tomaba su pene y lo acomodaba en su entrada.
—Me hiciste enojar, no mereces mejores tratos.—
____ se sentó sin más sobre el miembro de su novio, quien reprimió con algo de dificultad un gemido. Sus manos se aferraron con desesperación a los muslos de la chica, quien se movía cada vez más rápido sobre él. Pequeños gemidos colmaron el ambiente, y fue entonces que ____ gimió con más fuerza de la usual. Hobie no tardó en llevar la mano a su boca.
—Shh, cariño... ¿No olvidas las quejas de los vecinos?—aprovechó que la mujer bajó la guardia para comenzar a tener más participación en el acto, moviendo la cadera contra su intimidad.
____ comenzó a dar pequeños brinquitos, sintiendo que tocaba el cielo cada vez que el miembro de su novio salía y entraba, abriéndose paso en su ya más que húmedo canal vaginal. Hobie se sentó en la cama, permitiendo que la chica descansara la frente en su hombro. Comenzaba a sentir que ____ se estaba cansando así que, sacándole provecho a su longeva stamina y fuerza, volvió a aferrarse a aquellos muslos que tanto amaba y comenzó a alzarla, facilitándole la tarea de los brinquitos.
—Hobie... Ya casi llego.—____ se aferraba a la espalda del chico con urgencia, sintiendo como él aceleraba sus movimientos.
—Vamos... Suéltalo todo para mi.—
Hobie sintió como las paredes de ____ se comprimían sobre él, acompañado de los suaves gemidos en su oido y sus uñas clavándose apenas en sus omoplatos. No tardó en venirse también. Se desplomó en la cama, y la chica se acomodó en su pecho.
—... Me debes unos cariños extra.—____ rió contra su pecho, intentando recuperar el aliento mientras sacaba el miembro de Hobie.
Se levantó apenas, sacó el preservativo y lo lanzó a un cesto junto a la cama tras anudarlo. Buscó las sábanas y los tapó a ambos.
—... Puedes quedarte con mi camiseta.—
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