~One Shots ~ Spiderverse

Miles 42

Anoche estaba buscando fanarts de Ozunita en Tumblr y encontré una especie de corto que me gustó una bannnnda.
Hoy volví a buscarlo pero no lo encontré, quería dejarles el nombre del autor/a asi lo leían ustedes pero bueh, se los debo.

Asi que desde ya aclaro que la idea general de este shot NO es mía, me voy a basar en lo que masomenos recuerdo del cortito.
Si llego a encontrar al autor/a lo voy a dejar en comentarios.

~•~

Algunos años atrás...

—¡Que asco!—

____ rió bajito al ver la mueca de asco de su vecino.
El par de niños se conocía de toda la vida por vivir en aquel edificio, pasaban gran parte del dia juntos, sin mencionar que iban a la escuela juntos.
Últimamente habían tomado el hábito de ver películas juntos los viernes, y por eso ahí estaban.
Llevaban un buen rato mirando cierta peli nueva que Aaron les había recomendado, y a pesar de que les estaba encantando, las escenas de besos incomodaban al pequeño Morales.

—Prefiero ver a Anakin dándole besitos a Padme en lugar de soportar a Jar Jar un solo segundo... Que tonto es.—

—¡Pero es una película de acción! No necesita besos ni esas cosas.—Miles la miró indignado—. ¿Por qué hacen eso?—

—¿Qué cosa?—

—Besarse... Se ve asqueroso.—

La chica se encogió de hombros.

—Mis papás lo hacen a veces, supongo que se debe sentir lindo, no sé.—

Miles lo debatió en silencio, mirando como Anakin le daba suaves caricias a la reina.
Le pareció... Curioso.

Asqueroso también.

—¿Te parece si lo intentamos?—

—¿Eh?—

—Besarnos, tonta... A ver qué se siente.—

—... Dijiste que era desagradable.—

—Si, pero...—Miles suspiró—. ¿Lo quieres probar?—

Aquello que empezó como una simple curiosidad entre niños experimentando algo tan tonto como besar, se terminó convirtiendo en un hábito.
Uno que ambos comenzaron a confundir.
Y eso poco a poco se fue tornando en un problema.

~•~

—¿Hiciste el trabajo de Biología?—

—Te estaba esperando.—

____ le robó un besito a Miles antes de entrar a su departamento, lanzando su mochila al sofá.
Se sentó en el suelo frente a la mesita ratona, comenzando a sacar las cosas de la mochila.

—¿Vamos por algo de comer apenas terminemos?—

—Ni siquiera empezamos, genio.—

—Es facilito, lo haremos en un segundo.—Miles sonrió—. ¿Hamburguesas?—

—Tal vez mañana, hoy acordé salir con otra persona.—

El chico miró con curiosidad a la chica, quien acomodaba sus cosas sobre la mesita.

—... ¿Con quién?—

—Un amigo.—

—... Tú no tienes amigos.—Miles se ganó un sacapuntas volador en la frente.

—¡Si tengo amigos!—lo vio sonreir—. Pero esta vez no es un amigo... Es Teo, el chico nuevo. Como no conoce nada por aquí, me ofrecí a mostrarle la ciudad.—