Hobie

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~ Enemies to lovers ~


*ser vecinos era lo peor que les había pasado, se odiaban, odiaban siquiera verse en el ascensor al subir. Pero cuando la araña notó la ausencia de su vecina, no le sentó muy bien*

Edificio Sheppard.
5 pisos.
10 departamentos.
Brown y Sánchez ocupaban el último piso.
A y B.

—¿Le puedes bajar el volumen a la música?—

—Pero si le bajo, no escucho la música desde el baño.—

Hobie miró desde arriba a su bajita vecina, sonriendo con cierto aire de superioridad por esa diferencia de altura.

—¿Qué? ¿Estás toda la tarde bañándote?—

—Me gusta relajarme en la ducha, sí.—

—... ¿Por qué sos tan pelotudo?—alzó su dedo índice, frunciendo su ceño molesta—. Bájale el volumen a esa música de mierda, o la próxima voy a ir con el encargado del edificio.—

—¿Ah si?—se inclinó un poco hacia ella—. ¿Y si yo voy... Y le digo que escucho maullidos por las noches?—la chica se sorprendió con aquello—. No están permitidos los animales en este edificio, cariño~

____ lo miró sumamente superada por esa actitud.

—... Bájale a esa música.—

La chica se dio la vuelta, entrando a la puerta del otro lado del pasillo. La azotó enojada.

~•~

Hobie reía a carcajadas con sus compañeros de banda, mirando a uno de ellos bailar ebrio en un rincón.
La música estaba tan alta que no escuchó cuando cierta chica tocaba una y otra vez la puerta.

Ese fue el detonante.
Se había cansado.

—Bob, eran las 3 de la mañana, un miércoles. Yo no puedo seguir así.—

____ miraba a aquel encargado que reparaba una botonera.

—Lo siento, ____. Pero Hobart es conocido del dueño, yo solo soy el encargado. Si elevo el reclamo al dueño, dudo mucho que haga algo.—

—Es injusto...—

—Lo sé, pero así son las cosas.—

La chica presionó las bolsas de víveres en sus brazos, sumamente frustrada.

—Pues si son así... Son muy injustas.—

~•~

Era sábado por la tarde y Hobie, tal y como hacía solo para molestar a su vecina, subió la musica a tope.
Una, dos, tres horas y ella no aparecía para reclamarle nada. Era raro.
Salió al pasillo, notando que la puerta apenas estaba arrimada. Se acercó ya algo preocupado, pensando que tal vez había pasado algo. Grande fue su sorpresa al ver que estaba todo vacío.

—¿Necesitabas algo?—

Bob apareció por el ascensor, acercándose al lugar.

—¿Y la gruñona?—

—____ se mudó hoy a primera hora ¿No leíste las notas en el lobby?—

—Nunca leo los memos...—

—Tampoco creo que te importe...—soltó el hombre por lo bajo, pero Hobie llegó a escucharlo.

—¿Por qué lo dices?—

—Se fue por tu culpa, después de todo.—le puso llave a la puerta—. Tal vez el lunes ya tengas nuevo vecino, intenta no espantar al nuevo.—

Hobie miró al hombre volver a bajar por el ascensor. No se sentía muy a gusto con todo aquello.

~•~

—¿Y cómo vas?—

—El depa es muy lindo, tiene buena iluminación, no muy caro y permiten mascotas.—

—... ¿Y por qué la cara larga?—

____ revolvía su café pensativa.

—¿Sería muy raro decir que prefiero el anterior?—su amiga la miró sin terminar de creer aquello.

—Tu gato era ilegal, no entraba luz solar y tu vecino era un imbécil ¿Por qué preferirías eso?—

—No sé...—

Sí sabía.

—¿Quieres salir un rato a pasear?—

~•~

—Entonces se fue.—

Gwen miraba como Hobie se asomaba por la ventana.

—No pensé que lo haría.—

—¿Después de ser tan pesado? No me digas.—

—... Quiero que vuelva.—

Miró decidido a la chica, quien no parecía comprender del todo su actitud.

—¿Por qué? Se la pasaban peleando.—

—... Porque creo que me gusta.—

—Tiene que ser una broma.—

Hobie volvió la mirada fugazmente a la ventana, notando apenas cierta sudadera amarilla que conocía bien. Gwen miró confundida como su amigo salía volando del departamento.

~•~

—¿Qué haces por aquí?—

Bob no entendía qué hacía la chica en el recibidor del edificio.

—Recordé que tenía una copia extra de la llave de la puerta, vine a devolverla.—hurgó su mochila—. Solo déjame... Aquí esta.—

Bob estaba por tomar el llaverito de peluche que la chica le extendía, cuando una tercer mano apareció desde arriba y la tomó.

—Buenas, gruñona. Te extrañé bastante.—____ suspiró al ver a Hobie sonreír emocionado.

—Pues yo no, devuélveme la llave.—

—Te la daré... Si vuelves a ser mi vecina.—

A esas alturas, Bob no entendía para nada lo que estaba pasando.

—Ni por todo el dinero del mundo volvería, Hobart... Dame la llave.—

—Tampoco podría ofrecerte dinero... ¿Y si te consigo algunos meses gratis de alquiler?—sonrió al ver que la quica enarcaba una ceja—. Y solo para hacer más interesante la propuesta, prometo arreglar el cantero del frente.—

—¿El que tú mismo destrozaste la semana pasada?—

—Justo ese, si.—

Tomó la mano de la chica, y por un segundo creyó que sus poderes de electricidad fallaron.

No fue por eso. ____ también sintió bonito aquello.

—... Ya pagué un mes adelantado en el otro edificio.—Hobie dejó aquellas llaves en la palma de la chica.

—Pues tengo un mes para arreglar las flores entonces... Solo vuelve ¿Si?—

—No lo sé.—

—No subiré tanto la música... Solo un poco, asi vienes hasta mi puerta a saludar...—

—

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~One Shots ~ SpiderverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora