Miles 42 (final)

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—¿Dónde está mi tejedora favorita? Prometió enseñarme a tejer, quiero hacer unas mantitas para el invierno.—

Rio miró a su hijo, quien mantenía el mentón contra la mesa.

—____ ya no es más mi amiga, ma.—

—¿¡Qué me estás diciendo!?—

—Ella dijo que yo le gustaba.—

—¿¡Y cómo eso es algo malo!? ¡La quiero de nuera!—

—Pero a mi no me gusta ella, no de esa forma.—

Rio notó lo raro que su hijo estaba.

—¿Quieres hablar de eso?—

El chico se sentó mejor, pero aún con la mirada en la mesa.

—A mi... Me gusta Wanda.—

—¿Tu compañera que se mudó de la ciudad?—

—Me gusta ella, pero cuando ____ me dijo que me quería yo... No lo sé, me sentí raro.—

La mujer se sentó junto a su hijo, acariciando su cabello.

—No cometas tonterías, piensa bien las cosas... Porque podrías lastimar a alguien.—

—No quiero perder a ____... Y dijo que no quería volver a verme.—

—Es doloroso, lo sé. Pero bueno, si ella asi lo quiere...—dejó un besito en su frente—. De todas formas, yo seguiré yendo a su casa. Quedamos en que me enseñaría a tejer.—

~•~

Desde aquel día, ____ ansiaba volver a ver a Gonzalo.
Esperaba que en cualquier momento, el chico apareciera en su casa.

—¿Te la quitas al bañarte o qué?—Hobie miró a su amiga, que hundía el rostro en el cuello de aquella chaqueta.

—Ya no tiene su olor... Ahora huele a mi.—

—Eso es... Algo asqueroso.—

—Tú no puedes criticar la higiene ni olor de nadie.—el chico rió por lo bajo.

—Bueno, bueno, tampoco me agredas... ¿De verdad crees que volverá? Miguel se pondría loco si se entera que-

—¿Tú le dirás?—

—Para nada.—

—Entonces esta perfecto todo.—la chica miró por la ventana, parecía que iba a llover—. Miguel no debe saber lo del reloj... Y mucho menos que Gonzalo lo tiene.—

~•~

Algo de música baja sonaba en aquella cocina, ____ revisaba los estantes corroborando tener todo para preparar un pastel.

Huevos, huevos~. Como los que me sobran.—

—No sabía que los tenías.—

La chica casi suelta los dichosos huevos al escuchar aquello a sus espaldas. Era Gonza.

—Bueno, no tengo huevos como tal... Es algo figurado... Soy argentina, y solemos decir eso... Nos sobran los... Huevos...—carraspeó nerviosa—. ¿Entras a la casa de la gente sin aviso?—

—Solo a la casa de chicas lindas que tienen mi chaqueta favorita.—se acercó a ella emocionado, pues ver que usaba la prenda le dio cierta alegria—. ¿Estabas por hacer algo rico?—

—Un pastel... ¿Quieres ayudarme?—

~•~

El chico de traje rojo y negro caminaba de un lado a otro en aquella azotea, sin estar muy seguro de qué hacer.

~One Shots ~ SpiderverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora