Papi Oso & Mami Ki. × ShowKi.

Sobre delicioso aroma, somnoliento y satisfecho.

Se encontraba durmiendo, pero lentamente comenzó a despertar y ser consciente de su alrededor. Primero fueron sus oídos los que sintieron diferentes sonidos. Escuchó agua cayendo, como mil gotas chapoteando y una suave voz tarareando una canción que no lograba descifrar del todo debido a que aún vagaba entre el país de los sueños y la realidad. También llegó a él el trino de los pájaros, muy suave, muy relajante.

Su olfato fue lo siguiente, que luego de dormirse unos minutos o segundos, se activó. Percibió un aroma conocido que parecía provenir justo de bajo y encima de él. Al mismo tiempo sintió que estaba envuelto en una cálida y acolchada suavidad, con la punta de sus dedos acariciaba la tersa superficie trazando figuras sin sentido. Inhaló profundo, permitiéndose llenar sus pulmones de aquel exquisito almizcle que producía una sensación inexplicable de tranquilidad en su interior.

No quería moverse ni un poco, deseaba mantenerse como estaba y quizás volver a dormir unos minutos u horas más. Sin embargo, una nueva fragancia llegó a el como una nube que lo envolvió por completo. Esta vez se sintió desfallecer al sentir la mezcla de cacao y almendras, era encantador y abrumador al mismo tiempo, olía tan bien.

Para ese entonces ya casi estaba despierto por completo, pero se reusaba a abrir sus ojos y dejar que la luz lo cegara, podía ver por debajo de sus párpados unos rayos de sol pegando justo en su cara. Se restregó en la almohada donde descansaba, sin dejar de olfatear el exquisito aroma de dudosa procedencia. Unos minutos más y se dió cuenta que aquel sonido de agua había acabado y solo quedaba el débil tarareo que se hizo más audible cuando una puerta se abrió.

KiHyun ni si quiera se inmutó, fingiendo aún que dormía escuchó los pasos alrededor de la habitación y como el cacao con almendras se hacía cada vez más fuerte y tentador. Una pequeña sonrisa adormilada se asomó en sus labios sin querer.

La cama hundiéndose justo a su lado le indicó que había sido descubierto, pero aún así no abrió los ojos. Sintió una mano ligeramente húmeda acariciar su mejilla con suma delicadeza, acunando su rostro. Las caricias subieron hacia sus cabellos, despejando sus ojos cerrados. El toque era gentil y caliente sobre su piel, dejaba tras de sí un cosquilleo que le producía mariposas en el estómago. Se acercó a su tacto por más muestras de cariño, pero el movimiento de su mano se detuvo en su mejilla. En su lugar sintió algo pomposo y aterciopelado posarse en su frente que duró cerca de un minuto.

Solo cuando aquella sensación cálida se apartó abrió sus ojos, incapaz de seguir fingiendo dormir. Se topó de inmediato con unos ojos castaños que le veían cargados de cariño y adoración junto a una sonrisa embobada. Se instaló entre los dos un silencio cómodo y sin prisas, donde KiHyun se dedicó a observar a HyunWoo. Su cabello estaba mojado, pequeñas gotas hacían su camino por su torso desnudo y se perdían en el borde de la toalla que estaba atada a su cadera. Ahora razonaba que el sonido de mil gotas, como una lluvia, provenía en realidad del baño, su mayor se estaba bañando y el olor a cacao y almendras eran de sus productos de baño.

Se lo había dicho mil veces, mas nunca se cansaba, pero le encantaba como esas dos fragancias combinaban a la perfección con el moreno. Podía pasar horas abrazado al contrario solo para dejarse envolver por su aroma característico.

Le sonrió de vuelta, sintiéndose demasiado feliz y agradecido por tener la oportunidad de despertar y ver a su esposo. Dejó que una de sus manos saliera de debajo de las mantas para posarse justo sobre la que descansaba en su mejilla y volteó su rostro para dejar un besito en su palma.

- Buenos días, amor.- Habló por fin con voz adormilada y sin dejar de restregar su rostro en la mano ajena. A ojos del mayor lucía como un gatito. Sus mejillas sonrojadas por recién despertar aumentaban su ternura.