Sobre curiosidad y un desastre en la cocina.

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Bonus💗

- Para de ser tan malditamente caliente, idiota.- Susurró aquello sobre sus labios, valiéndole mierda las reglas que tenían con las malas palabras. Recibió una sonrisa cargada de lascivia por parte del más alto.

Eso bastó para que enredara sus brazos en su cuello y terminara por juntar sus desesperados labios. Sus piernas se abrieron para recibir el cuerpo de su esposo, siendo presionado contra la mesa de la cocina.

No sabía en que momento había terminado sobre la mesa. Su atención estaba en el exquisito beso que compartían, llegando a salir sonidos húmedos por la intensidad. Con rapidez la temperatura se fue elevando en la cocina.

Las manos más pequeñas se deslizaron hasta su pecho para quitarle la endemoniada chaqueta de príncipe que le traía babeando desde que lo vio con ella puesta. La prenda quedó olvidada en alguna parte del suelo.

Se separon unos escasos centímetros por la falta de aire. Distancia suficiente para que el menor pudiera apreciar la camisa blanca del moreno ceñirse a su musculatura de una forma tan magnífica que bordeaba lo obsceno y atrevido. Sus dientes atraparon su propio labio inferior, conteniendo las ganas de gemir de puro gusto. Incluso sus manos rasguñaron su pecho por sobre la suave tela. Desabrochó la camisa para poder ver su espléndido torso marcado.

HyunWoo, por su parte, se encontraba encantado al ver la expresión que su esposo hacía, una que demostraba un genuino placer, y eso que solo llevaban un par de besos junto con unos roces. Sin embargo, el mayor planeaba jugar un poco con el pequeño como castigo por ignorarle gran parte del día.

Así fue como se acercó a repartir besos por todo su rostro. Frente, mejillas, nariz, barbilla, fueron besadas por los labios calientes del más alto, evitando los belfos rojizos e impacientes del contrario. Desesperado, estuvo a punto de tomar el rostro del mayor y fundir, por fin, sus labios en un beso. Pero el contrario fue mas rápido, bajando por su pálido cuello, repartiendo besos y mordidas hambrientas. Tenía bastante piel para marcar gracias al vestido, que dejaba gran parte de sus hombros a la vista, incluyendo su clavícula. Por otro lado, sus grandes manos se habían deslizado por debajo del vestido para retirar la ropa interior del pequeño y dejarla titada en el suelo.

Sin embargo, y a pesar de que le encantaba demasiado marcar con succiones la piel de su querido esposo, su objetivo era otro, y no estaba lejos de alcanzarlo.

Tomando ventaja del estado sumiso y perdido de KiHyun a causa de la excitación, bajó aún más la parte de arriba del vestido, dejando a la vista lo que tanto deseaba.

Tras bajar la tela rosa, se asomaron dos lindos botones rosas, mucho más abultados y erectos que usualmente.

Llámenlo fetichista o algo por el estilo, pero desde que supo que KiHyun podía optar por la lactancia, había tenido la curiosidad del como se sentiría saborear aquellos botones y mucho más, probar que tan sensibles eran ahora. Pero nunca pudo cumplirlo, dado que su pequeño esposo siempre lo detenía, muerto de la vergüenza.

Es por eso que ahora se aprovecharía de la guardia baja del menor. Sin más, relamiendo sus labios con las ansias a flor de pie, se inclinó hacia el pezón derecho de su esposo. De inmediato, cuando su aliento chocó contra el, una corriente recorrió el cuerpo más pequeño, haciendo que los ojitos castaños le miraran sorprendidos.

Compartieron miradas por un largo minuto, donde el mayor se divertía dejando que su respiración acariciara su pezón, escuchando los débiles gemidos del contrario.

-H-hyunWoo...no...- Intentó rehusarse y moverse de la mesa. Pero el nombrado fue mucho más rápido y aprisiono sus caderas.

Le sonrió una última vez antes de engullir su tierno y erecto pezón. El grado de sensibilidad era tan alto, que su pequeño esposo arqueó la espalda con apenas envolver la piel con su boca.

Papi Oso & Mami Ki. × ShowKi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora