Sobre ropa estrecha y helados otoñales.

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Ese día, el centro comercial estaba repleto de personas dispuestas a pasar un lindo día sábado junto a su familia, pareja o amigos, de compras o a disfrutar de la deliciosa comida de los restaurantes.

Hacía frío afuera, una brisa helada hacía vibrar los vidrios de las ventanas y las puertas. Sin embargo, ellos estaban refugiados dentro del establecimiento, específicamente en una de las tiendas llena de ropa.

HyunWoo se encontraba sentado en un cómodo sillón frente a los probadores esperando a su pequeño esposo.

Debido al creciente vientre de KiHyun, este debía comprar ropa mucho más grande y holgada. Para el moreno resultaba algo completamente normal, pues era obvio que iba a subir algunos kilos. Hasta le parecía adorable ver a su niño usando ropa más grande, disfrutaba observándolo. Aún que no entendía ese afán por comprarse ropa si siempre sacaba la de él.

Por otro lado, para el menor el tema del peso era muy delicado gracias a su inestabilidad emocional que lo acompañaba desde los cuatro meses. Había pensado que se le pasaría con el pasar del tiempo, pero ya tenía seis meses y aún seguía demasiado sensible. Un caos.

Decidió matar el tiempo jugando en algún juego de su celular. Los minutos pasaron con la música de la tienda a un volumen moderado y el ajetreo de las personas.

Sus ojos se levantaron de la pantalla iluminada al escuchar un quejido proveniente de los probadores. Guardó el aparato en el bolsillo de su pantalón minuciosamente para luego levantarse. Al instante pudo ver como el rostro de su esposo se asomaba por la puerta con un puchero en sus labios.

- ¿Y? ¿Te gusta?- Para HyunWoo, esa era la mejor forma de preguntar sobre la ropa sin alterar al pequeño.

- Las mangas me quedan largas pero está estrecho...- KiHyun salió del probador luciendo una sudadera color vainilla. El moreno comprobó que las mangas casi cubrían por completo sus manos, en cambio en la zona de su vientre se apreciaba como la tela se estiraba. El pequeño frunció el ceño, molesto.

- ¿Y si te pruebas otra?- Posó con delicadeza sus manos sobre sus mejillas, acariciándolas con sus pulgares. Su cabeza se movió de arriba a abajo para luego dejar un pequeño beso sobre su diestra.

El ambiente entre los dos era dulce, cualquiera que pasara junto a ellos se sentiría extasiado ante tal ternura. El moreno sonrió al ver aquel gesto de su esposo.

El menor iba a ingresar al probador nuevamente para quitarse esa horrible y estrecha sudadera, mientras el moreno volvía a sentarse. No obstante, una voz interrumpió las acciones de ambos.

- ¡Oh! Disculpe, ¿Le puedo ayudar con algo?- Era una vendedora de la tienda que, amable, se le acercó a KiHyun. La chica no debía sobrepasar los veinte años, su cabello castaño brillante y sus mejillas rosáceas lo denotaban.

- Esta sudadera me queda muy estrecha, me gustaría una talla más grande.- KiHyun formó una mueca por lo apretado que se sentía su vientre. Hasta el bebé se movía disgustado.

La chica lo observó detenidamente para luego formar una "o" con sus labios color cereza. Mientras tanto, el moreno contestaba su celular que repentinamente había comenzado a sonar. Era su madre. Se alejó un poco, decidió poner su confianza en aquella muchacha.

- Es que esas sudaderas son de tallas normales. Debería probar con las tallas más grandes, las que están hechas para la gestación.- HyunWoo de inmediato puso su atención en ellos, ignorando completamente lo que su querida madre le decía sobre lo distraído que era su padre. Susurró un quedo tengo que cortar. Al rato te llamo mamá. Sus ojos se posaron con cautela sobre su esposo.

A cualquiera le hubiera parecido completamente amable la actitud de la chica, su voz había sonado comprensiva y cordial. No le costaba comprender por qué la contrataron. Sin embargo, para su pequeño esposo las palabras de la fémina estaban lejos de ser amables.

La chica no supo que hacer cuando vio las primeras lágrimas caer de los ojos rasgados de KiHyun. Su rostro denotaba sorpresa y pánico en cuanto esas lágrimas se volvieron un fuerte llanto. Por el contrario, ya familiarizado con tal situación, HyunWoo se acercó hasta el tomando sus manos, acarició estas intentando calmarlo.

- Ella...d-dice...que e-estoy g-gordo Hyunnie...- Su voz salía entrecortada y agitada por el llanto. Su método resultó inútil, dado que el menor soltaba sus manos para apuntar a la chica y tocar su vientre, mientras balbuceaba.- ¿E-estoy gordo? ¿Me veo feo?

La zona de los probadores se volvió un completo alboroto, algunas personas se detenían a husmear. La chica, asustada por lo que provocó, se largó a llorar al igual que KiHyun, desconsoladamente. HyunWoo sintió lástima por la chica, debió advertirle. Prestó atención nuevamente a su niño que seguía llorando. Debía calmarlo o más personas se aglomerarían a su alrededor y no quería más caos.

Como plan B, acunó entre sus manos las mejillas abultadas del más bajo y comenzó a repartir besos por todo su rostro susurrando suaves "no estas gordo, amor", "te ves hermoso", "no llores, bebé", "Estas perfecto". Nariz, mejillas, frente, ojos, labios. En otras circunstancias, donde las hormonas no alborotaran sus emociones, este se hubiera enojado por no dejarlo hablar. Pero esta vez, el pequeño de a poco fue calmando su llanto hasta que solo quedaron unos pequeños espasmos como rastro.

-¿Quieres un helado, amor?

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Al final, el moreno terminó comprando tres sudaderas de su talla para que KiHyun las usara y prometiendo que le compraría un helado de su sabor favorito aún cuando la idea sonaba descabellada siendo que estaban en pleno otoño.
También, pidió disculpas a la amable chica que los atendió.

Se sentaron en una de las tantas bancas que habían en el centro comercial con sus helados.

-¿Está rico? -Sonrió al ver a su esposo comer con ansias su helado de frutilla, sus ojitos estaban hinchados por el llanto de hace un rato. Con ternura entrelazó su mano libre con la de él, dejándolas apoyadas sobre su muslo. - ¿Le gusta al bebé?

- Si, le gusta mucho.- Soltó su agarre para guiar la mano del mayor hacia un costado de su vientre. Al instante sintió una patada e involuntariamente sonrió.

Se mantuvieron sentados en la banca hasta terminar sus helados, compartiendo besos sabor frutilla y chocolate de vez en cuando. Estaban listos para volver a su casa. HyunWoo anhelaba recostarse en la cama matrimonial que compartían, junto a su esposo para llenarlo de mimos aprovechando lo dócil que estaba y poder hablarle al bebé. Le gusta cuando le habla y este se comenzaba a mover.

Se levantó ansioso, entrelazando sus manos firmemente mientras con la otra cargaba las múltiples bolsas.

-HyunWoo...- Con un ligero apretón entre sus manos llamó la atención de su esposo, quien lo observo sonriente.- Quiero ramen...

😭👕🍦

Holi.~🌸👀

😌Aquí les vengo con una nueva parte🍼💚

💙Gracias por leer.~ Dejen sus bellos comentarios y votitos⭐💓

🍦Los amo🌹✨

Papi Oso & Mami Ki. × ShowKi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora