Papi Oso & Mami Ki. × ShowKi.

Sobre crayones, cachorro travieso y otra vez!

Era día domingo, uno lleno de nubes grisaceas características de la estación, acompañadas de una brisa helada que terminaba de hacer caer las últimas hojas secas de los árboles.

Al ser fin de semana, la mayoría de las personas salían a pasear, o bien, a refugiarse en la calidez de sus hogares. La familia Son prefirió la última opción.

El reloj marcaba casi las cinco de la tarde de ese día. Los niños jugaban en la sala entre risas suaves y otras escandalosas, mientras los jóvenes padres preparaban algo delicioso para la merienda, compartiendo uno que otro dulce beso.

El bebé, con sus casi diez meses, se entretenía dentro de su corralito jugando con sus peluches. De vez en cuando, sus hermanos se acercaban al borde de madera para hablarle o pedirle besitos. HyungWon gateaba hasta ellos y se paraba afirmado de los barrotes para estirar su boquita hacia ellos. Luego seguía jugando entre pequeños balbuceos.

En esos momentos, HoSeok y MinHyuk jugaban con unos rompecabezas sobre la mesita de centro que había en la sala. La televisión se encontraba encendida, ya que el menor había insistido en poner alguna película de disney. Al final decidieron ver 101 Dálmatas.

Como hacía algo de frío en la estancia, ambos estaban con ropas abrigadas. El conejito vestía sobre una playera manga larga, un suéter blanco invierno, y un pantalón de algodón negro. El cachorro traía puesto un sueter marrón con estampado de huellitas de perritos, y un pantalón de algodón azul marino. Por otra parte, HyungWon fue vestido con un buzo de algodón color lila a juego.

Estaban pasando un momento grato, jugando y viendo caricaturas, eso y hasta que HoSeok comenzó a rendirse con su puzzle.

Con un puchero entre sus labios, cruzó sus bracitos sobre la mesa y apoyó su mentón allí. Su ceño fruncido denotaba su molestia y agobio.

Llevaba un buen rato intentando armar el rompecabezas de Pororo que su abuelita Bora le había regalado el fin de semana pasado. Pero parecía no encontrar las piezas indicadas, el pingüino no tenía cuerpo y le faltaba un ojo.

Sus ojitos se desviaron de las tontas piezas, para ver el de MinHyuk. Este estaba por terminar el suyo de Mickey Mouse, aún cuando se la pasaba viendo a los cachorros y a Cruella de Vil en la televisión. Iba a desarmar su propio progreso cuando su atención se fijó en los rizos que se movían dentro del corralito.

Se levantó de su lugar, olvidando las piezas y su frustración, para acercarse al borde de madera. Su hermanito estaba balbuceando muy bajito, mientras ordenaba sus peluches entre las mantas que tenía allí. Luego de observarlo un rato en completo silencio, se dio cuenta que estaba preparándose para dormir.

HyungWon había acostado a ambos peluches bajo las mantas, dejando una almohada entre ellos donde el puso su cabecita y se cubrió con la manta con estampado de tortugas. Por último se puso su chupete en su boquita, acurrucandose con sus peluches.

HoSeok sonrió desde su lugar. La escena le había causado una ternura infinita junto con un poquito de gracia. Se veía tan pequeño, estaba hecho una verdadera bolita.

Con cautela, pasó los barrotes y se metió al corralito. Gateo hasta él, viendo como ya había cerrado sus ojitos. Dirigió una de sus manitos hasta el peluche de tortuga, ese que el menor abrazaba suavemente. Se lo arrebató con cuidado, dejándolo a un lado. Los ojitos del pequeño se abrieron de inmediato al sentir lejos uno de sus peluches, su ceño fruncido en una mueca de molestia. Sin embargo, se suavizó al darse cuenta de que se trataba de HoSeok.

-HyungWonnie, ya vas a dormir denuevo.- Soltó una pequeña risa al ver los ojos adormilados de su menor. Una de sus manitos acariciaba los rizos de su cabeza con ternura.